Strauss, Richard - *Aus Italien*, op. 16

Richard Strauss (1864-1949)

Desde Italia, op.16

En la Campagna
En las ruinas de Roma
En la playa de Sorrento
Vida popular en Nápoles

En el verano de 1885, el prestigioso director (y buen pianista) Hans von Bülow ofreció al joven Richard Strauss el puesto de director asistente de la Orquesta de la Corte de Meiningen. Strauss aceptó el nombramiento, que le fue invaluable en su proceso de aprendizaje del oficio de dirigir orquestas. Poco después, Bülow renunció a la titularidad de la orquesta, y el puesto le fue ofrecido a Strauss. Sin embargo, la relación con su nuevo patrón, el duque de Saxe-Meiningen, no fue todo lo positiva que Strauss hubiera querido, lo que obligó al compositor y director a aceptar un puesto de menor jerarquía (el de tercer director) en la Ópera de la Corte de Munich, con un contrato de tres años. Strauss dejó Meiningen en abril de 1886 y, antes de asumir sus nuevos deberes en Munich, se dio tiempo para realizar un viejo sueño: su primer viaje por Italia. Entre otras escalas de menor importancia, este viaje llevó a Strauss a Milán, Bolonia, Florencia, Roma, Nápoles y Capri.

El 11 de mayo de 1886, Strauss escribió desde Roma una carta a su madre, en la que le narraba algunos aspectos importantes de su paso por la capital italiana. Esta carta es musicológicamente importante por dos razones. La primera, porque la narración de sus impresiones ofrecen al lector una idea bastante clara del espíritu musical que habría de animar su siguiente obra importante, el poema sinfónico Aus Italien ('Desde Italia'), compuesto como consecuencia directa de ese viaje. La segunda, porque en la misma carta, Strauss hace a su madre algunos comentarios anexos en los que ofrece pistas muy claras sobre el esquema armónico de la nueva obra.

El primer aspecto interesante de la partitura de Desde Italia es su forma. Desde el punto de vista externo, se trata cabalmente de un poema sinfónico, por cuanto está formado por una serie de impresiones descriptivas y programáticas de ese viaje a Italia. Por otra parte, sin embargo, esta singular obra de música narrativa tiene una estructura en cuatro movimientos claramente separados, lo cual la acerca un poco al ámbito de la sinfonía. Quizá consciente de esta dicotomía, Strauss designó a esta obra suya como Fantasía sinfónica, evitando así comprometerse cabalmente con la sinfonía o con el poema sinfónico. Es interesante saber, también, que el esquema original de Strauss para esta obra contemplaba cinco movimientos, tal y como Strauss se lo hizo saber en una carta a su amigo y protector Franz Wüllner. Respecto a las fuentes de inspiración específicas para las distintas partes de la obra, existe otra carta de Strauss, dirigida a Von Bülow, en la que el compositor clarifica un poco la relación entre el viaje y la obra. Escribía Strauss:

Nunca he creído del todo en la inspiración surgida de las bellezas de la naturaleza, pero en las ruinas de Roma cambió mi forma de pensar: las ideas simplemente me abrumaban.

Los tres primeros movimientos de la fantasía sinfónica Desde Italia se mueven en ámbitos expresivos plácidos y contemplativos, sin nada del dramatismo y del enorme poderío orquestal que Strauss habría de desplegar en sus mejores poemas sinfónicos. En el último, Vida popular en Nápoles, el compositor propone un discurso más ágil y brillante, una visión muy alemana de una fiesta italiana, utilizando como parte de su material temático la famosa canción napolitana Funiculì, funiculà. (Por cierto, Strauss citó Funiculì, funiculà creyendo que era una canción tradicional anónima, lo que le valió algunas querellas legales con Luigi Denza y Peppino Turco, autores de la canción). En esta obra temprana, Strauss se muestra todavía cercano a sus modelos más importantes: Felix Mendelssohn (1809-1847), Robert Schumann (1810-1856) y Johannes Brahms (1833-1897), con algunos toques de Franz Liszt (1811-1886) aquí y allá, y ciertos apuntes cuasi-impresionistas que llevaron a Claude Debussy (1862-1918) a admirar la obra, particularmente el movimiento titulado En la playa de Sorrento. Con motivo del estreno (no muy bien recibido por el público) del poema sinfónico Desde Italia, Strauss hizo estos comentarios a uno de sus tíos:

La interpretación de mi fantasía sobre Italia causó un gran revuelo aquí; un asombro general, y una furia, y la idea de que ahora debo emprender mi propio camino, crear mi propia forma y dejar perplejas a las mentes ociosas. Los primeros tres movimientos fueron más o menos tolerablemente recibidos. Después del último, Vida popular en Nápoles, del que debo decir que es bastante agitado (pero Nápoles también es bastante agitada), aplaudieron entusiastamente, aunque también se soltaron algunos abucheos, lo cual naturalmente me complació mucho.

Lo fundamental de la fantasía sinfónica Desde Italia fue creado por Strauss durante el viaje. El compositor inició la orquestación de la obra en Munich en julio de 1886, y concluyó la partitura el 31 de octubre de ese año. Strauss dedicó Desde Italia a Hans von Bülow, "con la más profunda gratitud y respeto". Con motivo de la dedicatoria, Von Bülow escribió una carta a Strauss, en la que le decía:

Su gentil ofrecimiento de dedicarme su fantasía sinfónica, coronado por la oposición local, lo acepto con el mismo entusiasmo con el que acostumbro rechazar honores de este tipo.

El estreno de la fantasía sinfónica Desde Italia se realizó en el Odeón Real de Munich el 2 de marzo de 1887, bajo la ya experimentada batuta del propio Strauss. Al año siguiente, Strauss dirigiría su primer concierto al frente de la Filarmónica de Berlín, y como muestra de la seguridad que tenía en su propia música, incluyó en ese programa inaugural la fantasía sinfónica Desde Italia, que fue muy bien recibida por los miembros de la orquesta desde el primer ensayo.

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