Ligeti, György - *Ramificaciones*

György Ligeti (1923-2006)

Ramificaciones

En su sólido e inexorable trayecto hacia la concreción de un lenguaje musical no solamente moderno sin concesiones, sino también muy personal, el compositor húngaro György Ligeti no estuvo exento de las preocupaciones y cuestionamientos sobre eso tan elusivo que suele llamarse "vanguardia" y, a la vez, sobre la apropiación de directrices y elementos de los lenguajes de otros tiempos. Decía el compositor:

Cuando uno es aceptado en un club, sin querer o sin notarlo uno adopta ciertos hábitos sobre lo que está in y lo que está out. La tonalidad estaba definitivamente out. Escribir melodías, incluso melodías no-tonales, era tabú. Los ritmos periódicos, la pulsación, eran tabú, imposibles, La música tiene que ser a priori. Funcionaba cuando era nueva, pero se volvió rancia. Ahora no hay tabús; todo está permitido. Pero uno no puede simplemente volver a la tonalidad, ese no es el camino. Debemos encontrar la manera de no volver atrás ni continuar la vanguardia. Estoy en una prisión: un muro es la vanguardia, el otro muro es el pasado, y quiero escapar.

A juzgar por la solidez y trascendencia de su obra, es claro que Ligeti logró, en buena medida, escapar de esos muros que lo asfixiaban, convirtiéndose en uno de los compositores más importantes del siglo XX.

Sin contar los conciertos con instrumento solista que escribió, la producción de música orquestal de Ligeti comprende las obras Apparitions, Atmoshpéres, Lontano, Melodien y San Francisco Polyphony. En el ámbito de la música para orquesta de cámara, creó Fragmento y Ramificaciones.

Uno de los recursos más importantes utilizados por Ligeti en Ramificaciones es la división del ensamble en dos partes iguales, afinados de manera diferente, desfasados a una distancia menor a un semitono; el primer grupo está afinado un cuarto de tono por encima de lo normal, y el segundo grupo usa la afinación convencional. El resultado sonoro es fascinante, y permite afirmar que entre las etiquetas que se pueden aplicar a esta obra, la de música microtonal es claramente apropiada. En la versión de cámara de la obra (que es la que Ligeti prefería), el primer grupo está formado por cuatro violines, dos violas y un violoncello. El segundo comprende tres violines, dos violoncellos y un contrabajo.

Al inicio de la partitura de Ramificaciones, Ligeti coloca la indicación Corrente, con delicatezza. A lo largo de la pieza, el compositor propone una gran cantidad de indicaciones para cada instrumento, tanto en lo que se refiere a la dinámica (el volumen del sonido) como a los muy diversos modos de producción sonora que exige de sus ejecutantes. La obra se mueve en un compás lento, prácticamente inmutable, de 4/4, que poco antes del final de la obra conduce a un breve accelerando que desemboca en una sección de tempo libre con las duraciones marcadas en segundos; este episodio es protagonizado por el registro más grave del contrabajo y pronto es complementado, muy al estilo de Ligeti, con un violín en su registro más agudo; el contraste resulta fascinante. La música vuelve a su pulso inicial para los compases finales de la obra, en los que Ligeti indica el uso del pizzicato, del que hasta ahora se ha abstenido. La música desparece inesperadamente, como interrumpida, porque el compositor hace esta indicación: Detenerse súbitamente, como si fuera arrancado. Y procede a incluir cinco compases de un largo silencio, instruyendo al director para que siga marcando el compás hasta el final. Así, ese largo silencio final es parte integral de la obra, y permite al que escucha experimentar ese "silencio después de la música" que nuestro ansioso e impreparado público nunca respeta.

Ligeti compuso Ramificaciones en el invierno de 1968-1969 como respuesta a un encargo de la Fundación Koussevitzki, y la partitura está dedicada a Serge y Natalie Koussevitzki. La versión para orquesta de cuerdas fue estrenada el 23 de abril de 1969, en Berlín, por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín dirigida por Michael Gielen. La versión para cuerdas solistas se escuchó por vez primera el 10 de octubre de ese mismo año, con Antonio Janigro dirigiendo a la Orquesta de Cámara de la Radio del Sarre.

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