Benjamin Britten - Sinfonía Simple

Benjamin Britten (1913-1976)

Sinfonía Simple

Boisterous Bourrée
Playful Pizzicato
Sentimental Sarabande
Frolicsome Finale

BENJAMIN BRITTEN (1913-1976)

Sinfonía simple
Boisterous Bourrée
Playful Pizzicato
Sentimental Sarabande
Frolicsome Finale

Aldeburgh es un pequeño pueblo situado en la costa oriental de Suffolk, en Inglaterra. En la Edad Media, el estuario del río Alde formó en ese lugar una bahía que tuvo vierta importancia para la actividad de la región en aquella época. Hoy en día aún se practica en la pesca comercial en pequeña escala en Aldeburgh; sin embargo, el pueblo, de apenas unos cuanto miles de habitantes, funciona principalmente como centro vacacional y de recreo. En el siglo XVI Aldeburgh tuvo una considerable importancia comercial en el esquema económico de Suffolk. En 1908 fue elegida alcaldesa de Aldeburgh la señora Elizabeth Garrett Anderson, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar una alcaldía en Inglaterra. En la parroquia del pueblo se levanta una estatua de George Crabbe, poeta nativo de Aldeburgh.
Es probable que los datos consignados en el párrafo anterior no den la impresión de que Aldeburgh sea un lugar particularmente interesante. Sin embargo, este pequeño pueblo de Suffolk tendrá siempre un lugar especial en la memoria de los amantes de la música: en 1947, el gran compositor inglés Benjamin Britten eligió a Aldeburgh como su lugar de residencia permanente, al que habría de permanecer fiel hasta su muerte. De su vida en Aldeburgh, de sus sonidos, de su ambiente, de sus personajes, surgieron algunas de las obras más importantes de Britten.

Mi hogar está en Aldeburgh. He tratado de traer música aquí a través de nuestro festival. De aquí emana toda la música que escribo.

Con estas palabras, el propio Britten describió, con toda sencillez, la clase de lazos que lo unían con Aldeburgh. Poco después de terminar su educación musical formal, Britten trabajó como compositor para radio, para teatro y para cine. Durante una estancia de cuatro años en los Estados Unidos, Britten comenzó a incursionar en un medio en el que al paso del tiempo habría de destacar brillantemente: el de la música para la escena, particularmente la ópera. Compuso la opereta Paul Bunyan en Nueva York en 1941, sobre un libreto de W.H. Auden. Poco después, recibió un encargo de la Fundación Koussevitzki, encargo que habría de conducirlo a la creación de Peter Grimes, basada en un poema de George Crabbe, el poeta nativo de Aldeburgh. Con esta obra, que muy pronto alcanzó fama mundial, Britten se colocó a la cabeza de los compositores contemporáneos de ópera. Dentro de ese mismo género, Britten habría de producir una serie de sólidos trabajos que afirmarían aún más su status preeminente en el mundo de la ópera: El rapto de Lucrecia, Albert Herring, Billy Budd, Gloriana, Sueño de una noche de verano, El diluvio de Noé, Owen Wingrave. Hacia 1964, con la primera representación de su parábola de iglesia Curlew river, la concepción de teatro musical de Britten tomó una nueva dirección, llevándolo a combinar dos venerables tradiciones provenientes de dos culturas radicalmente diferentes: el teatro Noh del Japón y los dramas religiosos de la Inglaterra medieval. Desde 1948 y gracias al impulso personal de Britten, Aldeburgh ha tenido su festival musical de verano, en el que, además, se hacen exhibiciones de las artesanías de la parte oriental de Inglaterra. A pesar de sus numerosos compromisos metropolitanos e internacionales, el Festival de Aldeburgh siguió siendo para Britten el centro de su actividad musical.
Ya he mencionado que la ópera es un género que fue particularmente enriquecido por Britten; no sería justo olvidar, sin embargo, que el compositor creó numerosas obras importantes en otros géneros. Especialmente interesantes, sin dudas, son las obras compuestas específicamente por Britten pensando en las cualidades de intérpretes específicos. Tal es el caso, por ejemplo, de la Sinfonía para violoncello y orquesta, escrita para Mstislav Rostropovich, así como las numerosas piezas vocales compuestas para el tenor Peter Pears, fiel compañero de Britten durante muchos años.
Entre las obras puramente instrumentales de Britten, una de las más populares (junto con la Guía orquestal para los jóvenes) es sin duda la Sinfonía simple. La versión para orquesta de cuerdas de la Sinfonía simple fue realizada por Britten entre 1933 y 1934. Una nota suya en la partitura indica que la versión “está basada por entero en material de obras que el compositor escribió entre los nueve y los doce años. Aunque el desarrollo de estos temas es nuevo en algunas de sus partes, hay grandes secciones de la obra que han sido tomadas íntegramente de piezas anteriores, y reorquestadas para cuerdas.”
Los dos temas del primer movimiento están tomados respectivamente de la Suite No. 1 para piano (1926) y una canción de 1923. El segundo movimiento tiene su origen en un scherzo para piano escrito en 1924, y el tema del trío proviene de una canción del mismo año. Los temas del tercer movimiento son de la Suite No. 3 para piano (1925) y un vals para piano de 1923. El movimiento final surge de la Sonata para piano No. 9 (1926) y una canción de 1925. Además de que existen varias transcripciones de la obra a otros medios instrumentales, la Sinfonía simple fue concebida alternativamente por Britten para cuarteto de cuerdas. La partitura de la obra fue dedicada por el compositor a Audrey Alston, quien fuera su maestra de viola.
Si bien es perfectamente posible traducir al castellano los títulos de los movimientos de la Sinfonía simple (Bourrée escandalosa, Pizzicato juguetón, Sarabanda sentimental, Final retozón), vale la pena dejarlos en el inglés original, ya que la aliteración empleada por Britten es un buen testimonio de su ingenio y de su sentido del humor. La Sinfonía simple fue estrenada en Norwich el 6 de marzo de 1934 bajo la batuta del propio Britten. Por cierto, hay quienes en un loable afán de pureza lingüística prefieren llamar a esta obra en castellano Sinfonía sencilla o Sinfonía fácil.

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