Ottorino Respighi - *Arias y Danzas antiguas* Suite No. 1

Ottorino Respighi (1879-1936)

Arias y Danzas antiguas Suite No. 1

OTTORINO RESPIGHI (1879-1936)

Aires y danzas antiguos para el laúd, Suite No. 1
Balletto Il Conte Orlando
Gagliarda
Villanella
Passo mezzo e mascherada

A pesar de haber disfrutado de una sólida reputación durante su vida como uno de los más importantes compositores italianos, su gran facilidad técnica siempre estuvo por encima de su capacidad creativa, de modo que muchas de sus obras tardías reflejan una conspicua falta de inventiva musical, siendo quizá una excepción María Egipciaca, la séptima de sus nueve óperas.

Tal es el juicio crítico de Lionel Salter sobre Ottorino Respighi, un juicio que sin duda tendrá sus defensores y sus detractores en igual número. Entre los detractores de Salter se encuentra Guido Gatti, quien ha escrito lo siguiente:

De todos los compositores italianos que vivieron en el primer tercio de este siglo (el siglo XX), con la excepción de Puccini y los otros compositores de ópera de la escuela verista, Ottorino Respighi ha sido sin duda el más prominente. Entre los compositores modernos, un grupo al que el público siempre ha visto con un cierto grado de desconfianza, Respighi fue el único que supo, de acuerdo con las opiniones actuales, balancear los elementos clásicos con ciertas tendencias reformistas que atrajeron en mayor o menor grado a todos los compositores de su tiempo. Su facilidad técnica, su gran capacidad de asimilación, y por otra parte la ausencia de una convicción estética definida, hacen difícil la tarea de seguir una clara línea de desarrollo musical en su prolífica producción y de establecer un punto de partida y un punto de llegada dentro de un estilo expresivo claramente respighiano. Está ausente también un grupo de fórmulas, ciertos modos de expresión que, oídos por primera vez, pueden ser reconocidos como característicos del idioma del autor de Las fuentes de Roma. La suya es una manera elegante de escribir, en el sentido de la retórica de otros tiempos; una bella forma de armonizar, un espléndido método de orquestación y, con ellos, un deseo siempre presente de ser agradable, comedido y respetable a toda costa. Son estas las cualidades que el crítico está obligado a considerar en su valor real, que no es poco. Pero a la larga, tales cualidades no reflejan los lineamientos musicales de una época ni los de una verdadera individualidad artística. En suma, tales cualidades parecen ser más detalles de gusto que de arte, más justificables y productivos en un intérprete que en un creador de formas artísticas.

Así pues, sin ser una clara alabanza a la obra de Respighi, el texto de Gatti muestra un cuadro crítico relativamente matizado respecto a este compositor que se hizo famoso por sus opulentas descripciones orquestales de diversos aspectos de Roma, a pesar de haber sido él mismo nativo de Bolonia. Ottorino Respighi, hombre culto y estudioso, nunca ocultó su interés por la música antigua de Italia y por la obra de compositores anteriores a su propio tiempo. Buenos ejemplos de ello son su suite Rossiniana y su ballet La juguetería fantástica, basado también en temas de Gioachino Rossini (1792-1868). Entre las obras más conocidas y apreciadas de Respighi están sus Aires y danzas antiguos para el laúd, cuya fuente es el repertorio del laúd de los siglos XVII y XVIII. En estos Aires y danzas, Respighi supo tomar el espíritu renacentista y barroco y adaptarlo a su propio idioma musical. De las transcripciones de música antigua para el laúd, Respighi hizo tres suites que fueron publicadas, respectivamente, en 1917, 1923 y 1932. Las cuatro piezas que forman la Suite No. 1 de los Aires y danzas antiguos para el laúd fueron realizadas por Respighi a partir de música original de Simone Molinaro (ca. 1565-1615), Vincenzo Galilei (ca. 1530-1591), padre del ilustre Galileo Galilei y compositores anónimos.
En el año de 1937, Elsa Olivieri Sangiacomo, la viuda de Respighi, quien había sido su alumna y también se dedicaba a la composición, arregló las suites de los Aires y danzas antiguos para un ballet ideado por Claudio Guastalla (libretista de varias de las óperas de Respighi), que fue representado en el Teatro de La Scala en Milán ese mismo año.

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