Gustav Holst - *St. Paul's Suite*, Op. 29, N.° 2

Gustav Holst (1874-1934)

St. Paul's Suite, Op. 29, N.° 2

GUSTAV HOLST (1874-1934)

Suite St. Paul, Op. 29 No. 2
Giga
Ostinato
Intermezzo
Finale

Más allá de su atractiva suite sinfónica Los planetas, es poco lo que se conoce y difunde de la música del compositor inglés Gustav Holst. Acaso, se mencionan sus dos suites para banda, el poema sinfónico Paraje de Egdon, la ópera Savitri (de aliento místico como algunas otras de sus obras) y la Suite St. Paul. Además de compositor, Holst fue un buen maestro, y su carrera pedagógica estuvo centrada alrededor de tres instituciones inglesas: el Colegio Morley, el Real Colegio de Música y la Escuela de St. Paul, de la que fue director musical de 1905 a 1934. Tal y como lo hiciera Antonio Vivaldi (1678-1741) doscientos años antes en el Ospedale della Pietà en Venecia, Holst compuso música para sus jóvenes alumnas de la escuela de St. Paul, aunque no en tan gran volumen como su ilustre predecesor italiano.
En el año de 1913, Holst escribió la Suite St. Paul para el grupo de cuerdas de la escuela. La suite es una obra sencilla y su lenguaje musical directo, pero en su conjunto es una pieza rica e interesante. El primer movimiento, Giga, se refiere a un tipo de danza folklórica inglesa, viva y rápida, escrita por lo general en compás de 6/8 o de 12/8. La giga se incorporó a la música de concierto en el siglo XVIII y se hizo costumbre concluir las suites barrocas con una giga. El segundo movimiento de la Suite St. Paul es un Ostinato construido sobre un bajo de cuatro notas, y en él puede detectarse una dinámica musical similar a la del Mercurio de la suite Los planetas, del propio Holst. Viene después un ligero Intermezzo diseñado como un vals. La suite termina con un Finale en el que Holst utiliza una danza folklórica inglesa del renacimiento llamada dargason, que es combinada con la conocida melodía Greensleeves; este movimiento es una adaptación del último movimiento de la Segunda suite para banda militar que Holst había compuesto en 1911. Este uso de materiales folklóricos en la Suite St. Paul de Holst refleja una tendencia a recuperar y divulgar esa tradición musical que tomó fuerza al inicio del siglo XX, y que incluyó a importantes colegas de Holst, como Ralph Vaughan Williams (1872-1958). La partitura de la Suite St. Paul lleva esta dedicatoria: A la orquesta de la Escuela para Niñas de St. Paul, y no fue publicada sino hasta 1922, después de ser sometida por el compositor a algunas revisiones. Es interesante saber que Holst hizo que su hija Imogen, nacida en 1907, recibiera sus primeros conocimientos musicales en la escuela de St. Paul.
En un texto publicado por la Orquesta Sinfónica de Redlands con motivo de una ejecución de la Suite St. Paul, se afirma lo siguiente:

Esta pieza para orquesta de cuerdas fue concluida poco antes de la obra más famosa de Holst, Los planetas, la cual terminó en 1916. En la Suite St. Paul se hace evidente la economía de medios -nutrida por el fino sentido de Holst sobre cuánto puede extenderse un trozo particular de material melódico- que también contribuye al equilibrio de los movimientos de Los planetas a lo largo de su extensa duración de cincuenta minutos.

Veinte años después de la Suite St. Paul, en 1933, Holst compuso otra obra importante de su catálogo, dedicada también a la Orquesta de Cuerdas de St. Paul: se trata de la Suite Brook Green, estrenada en marzo de 1934, en el marco del último concierto al que el compositor asistió en su vida. Si la Suite St. Paul lleva el número Op. 29 No. 2 en el catálogo de Holst, es interesante saber que el Op. 29 No. 1 corresponde a la suite orquestal titulada Beni Mora, que le fue inspirada al compositor por un viaje a Argelia y el desierto del Sahara.
Finalmente: por si a usted le interesa el dato preciso, ya sea por razones turísticas, académicas o histórico-musicales, la dirección de la famosa Escuela de Niñas de St. Paul a la que Gustav Holst dedicó tanta música y tanto trabajo es:

St. Paul’s Girls’ School
Brook Green
Hammersmith
London W6 7BS

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