Armijo / Romero / Infanzón

Esta página documenta un concierto pasado.

Ilustración sobre el concierto

Leticia Armijo
OIKABETH (14')
(Sinfonía guerrera en un movimiento)

Germán Romero
Tu sangre corre * (16')

I N T E R M E D I O

Héctor Infanzón
Concierto para piano y orquesta, Celebración (23')
La víspera
Ofrenda
De fiesta

José Areán, Director Artístico
Héctor Infanzón, piano

*Estreno mundial

José Areán
Director(a)
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Héctor Infanzón
Piano
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Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México - UN MOMENTO EN EL ENSAYO 03.09.15 - Infanzón

Leticia Armijo (1966)

Notas de sirena…
El feminismo desde la creación musical
OIKABETH
(Olin Ikis pan Katuntah Bebezah Thot)
Movimiento de mujeres guerreras que abren caminos y esparcen flores
Sinfonía guerrera en un movimiento

por Dra. Leticia Armijo
Compositora, musicóloga y gestora cultural

La Sinfonía guerrera en un movimiento OIKABETH, fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de Acapulco conducida por Eduardo Álvarez el 26 de septiembre de 2008 en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro de Convenciones de la ciudad de Acapulco, Guerrero.

La obra fue galardonada con el Premio de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) de Composición Sinfónica, presea creada en conmemoración del vigésimo aniversario de Música de Concierto de México S.C.

Esta sinfonía está dedicada al movimiento de mujeres en México, desde su concepción compositiva sus siglas en lengua maya significan “Movimiento de mujeres guerreras que abren caminos y esparcen flores” y dieron nombre a un grupo de mujeres feministas de izquierda de la década de los 80 del siglo XX, que se convirtió en punta de lanza del movimiento feminista de entonces.

La obra está inspirada en la valentía, amor, entrega, conocimiento y profundidad de las mujeres que han entregado su vida a los movimientos sociales en México.

Estructuralmente la exposición tiene tres temas contrastantes entre sí. A diferencia de la forma sonata —forma tradicional del primer movimiento de la sinfonía clásica en donde se plantean dos temas, la lucha entre ellos y el triunfo de uno sobre otro—, la Sinfonía guerrera OIKABETH se plantea la coexistencia de los tres temas entre sí, como un concepto innovador de la diversidad y respeto del todo.

Musicalmente, el lenguaje integra elementos de la música tradicional de México y Latinoamérica, igualmente bajo un nuevo concepto ecléctico de identidad del despertar latinoamericano y el rescate de las lenguas y tradiciones originarias.

OIKABETH ha sido objeto de diversas publicaciones de carácter musicológico elaboradas por la propia compositora y musicóloga Leticia Armijo, como Mujer versus Música, de la colección Música e Interacciones, coordinada por Rosa Iniesta (Rivera Editores, Madrid 2011).

En el 2012, fue grabada por la Orquesta Sinfónica del IPN, bajo la dirección de Gabriela Díaz Alatriste, con el sello discográfico Murmullo de sirenas.
Leticia Armijo es considerada una de las compositoras mexicanas más prolíficas, sus obras han sido interpretadas por reconocidos concertistas en México, Francia, Japón, Lisboa, Cuba, España y Austria, destacando la Orquesta Sinfónica Nacional de México, la Orquesta Sinfónica de Cuba, la Orquesta Sinfónica de Acapulco y la Orquesta Sinfónica del IPN. Como investigadora especializada en el tema de La mujer mexicana en la música, ha dictado conferencias magistrales en México, Viena, Cuba, Los Ángeles California y en España. En el 2007 obtuvo el Premio SACM de Composición Sinfónica y el Premio de Composición electroacústica que otorga el Ministerio de Cultura y Educación de España a través del Laboratorio de Informática Musical del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea del Museo Nacional de Arte Reina Sofía, mismo que volvió a obtener en el 2009. Acreedora de la presea Trayectoria 2013, por su contribución al acervo musical mexicano, otorgado por la SACM. Actualmente es profesora de la Facultad de Música de la UNAM, es Directora del Colectivo Mujeres en la Música A. C., de la Coordinadora Internacional de Mujeres en el Arte, del Encuentro Internacional e Iberoamericano de Mujeres en el Arte, del Coro de Mujeres de Chiapas y del Coro de los Pueblos Originarios de México. Armijo concluyó la licenciatura en Composición con mención honorífica, la maestría en Gestión y Promoción de la Música y el doctorado en Historia y Ciencias de la Música en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), con mención Cum laude. Becaria del FONCA, de la UAM y de CONACYT, ha realizado dos posdoctorados en composición en la Universidad de Granada y la Universidad Autónoma de Madrid. Entre sus profesores destacan Carlos Jiménez Mabarak, Ulises Ramírez, Franco Donatoni, Krzysztof Pendereki, Enrico Fubini, Argeliers León y Carmen Cecilia Piñero Gil. Su obra ha sido objeto de estudio tanto como compositora como en su faceta de gestora musical en diversas publicaciones entre las que destacan Mujeres en la composición musical de México de Clara Meierovich [1] y The Body is a Sound Factory & Co: "Por dentro de Leticia Armijo", de Carmen Cecilia Piñero Gil.[2]

[1] MEIEROVICH, Clara. Mujeres en la creación musical de México, CONACULTA, México 2000.

[2] PIÑERO GIL, Carmen Cecilia, The Body is a Sound Factory & co Por dentro de Leticia Armijo de en Arte y Mujer Visiones de cambio y desarrollo social. Compiladoras Carmen Cecilia Piñero Gil y Eulalia Piñero Gil, Ed. Horas y HORAS, España, 2007. ISBN:978-84-96004-33-7.

GERMÁN ROMERO (1966)

Tu sangre corre

por Juan Arturo Brennan

Estimado oyente: antes de conocer su música de estreno este día, conozca a German Romero a través de este breve perfil suyo.

Germán Romero es originario de Mérida, Yucatán. La lista de compositores mexicanos con los que estudió es ciertamente importante: Julio Estada, Mario Lavista, Daniel Catán, Federico Ibarra y Arturo Márquez. Entre sus tutores extranjeros también hay nombres notables, destacando sobre todo Aldo Brizzi Gérard Grisey y Helmut Lachenmann. Instituciones mexicanas en las que se preparó: Escuela Nacional de Música (hoy Facultad de Música) de la UNAM, Conservatorio Nacional de Música y Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras. En el extranjero: Los Talleres UPIC en Francia, los Cursos de Darmstadt en Alemania, el Centro de las Artes de Banff en Canadá. Germán Romero es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y ha desarrollado una importante labor de enseñanza de diversas materias musicales en instituciones diversas de la capital y el interior del país. Su música ha sido grabada, por ejemplo, por el prestigiado Cuarteto Arditti. Su producción para orquesta sinfónica incluye las obras Laberinto (2001-2002), En sepias, para piano y orquesta (2001-2002), Mares (2010-2011), y la obra objeto de esta nota.

Como introducción a Tu sangre corre, Germán Romero envía las líneas que cito a continuación:

El título de la obra hace referencia a las decenas de masacres ocurridas durante la Guerra de Castas de Yucatán a mediados del siglo XIX, durante la cual poblaciones enteras fueron exterminadas. Cito a Nelson Reed narrando el exterminio ocurrido en Chancenote el 10 de febrero de 1847: "Era un pueblo aislado en las selvas del nordeste, donde anteriormente se habían juntado los ladinos de la región y que había sobrevivido por negligencia de los mayas hasta el 10 de febrero. Aquel día dejaron 2000 mayas el asedio de Valladolid y cayeron sobre los 70 hombres de la guarnición. Los atacados llevaron a las mujeres y a los niños al cementerio, que estaba vallado, resistieron mientras tuvieron pólvora y después intentaron una salida. Unos cuantos lograron ponerse al abrigo de la floresta, pero la mayoría fueron derribados al pie del muro o degollados en el torbellino de la lucha que regolfó en el cementerio y en una iglesia de piedra oscura. Los altares de madera, arrancados de las paredes, fueron a dar al suelo, donde los reunieron con las vestiduras sacerdotales y las imágenes de los santos para hacer una hoguera vengadora [...] después saquearon el pueblo y lo quemaron..."

Sin duda, la Guerra de Castas fue uno de los episodios más complejos y violentos de la historia de México. A pesar del nombre con el que tradicionalmente se le conoce, fue básicamente una guerra entre los nativos mayas de la Península de Yucatán y la población de criollos y mestizos que los mantenía sojuzgados. Esta guerra, que no concluyó oficialmente sino hasta 1901, se vio complicada por dos hechos significativos. El primero de ellos, que en el año 1847, marcado como el inicio de la Guerra de Castas, Yucatán se había separado de facto del resto de la República Mexicana. El segundo, que el año 1847 marca también el punto más álgido y el fin de la Guerra de Intervención, en la que México perdió más de la mitad de su territorio a manos de los Estados Unidos. El historiador Nelson Reed al que Germán Romero alude en el texto arriba citado fue autor de La Guerra de Castas de Yucatán, publicado originalmente en 1964 y considerado como el primer libro que trató verdaderamente a fondo los conflictos fundamentales que dieron origen a este difícil período de la historia de la Península.

Ya que Germán Romero es yucateco y el tema que le inspira la composición de Tu sangre corre le atañe de manera directa, le pregunto si ha escrito otras obras inspiradas en la historia, la mitología o la cosmogonía de Yucatán. En su respuesta, me comenta que en efecto, en sus años de estudiante compuso un cuarteto de cuerdas en el que alude a esos asuntos. Y respecto a la posibilidad de que Tu sangre corre contenga elementos descriptivos, narrativos o extramusicales como referencia directa a la Guerra de Castas o a los acontecimientos de 1847 en Chancenote (sitio consignado en otras fuentes como Chan Cenote), su respuesta es tan clara como esto:

No, no hay ninguna referencia narrativa. La obra está concebida como una especie de "túnel sonoro" en el que todo cambia y nada cambia al mismo tiempo, ningún material sonoro permanece mucho tiempo, pero tampoco aparecen materiales con una personalidad tan marcada que creen un referente preciso.

El compositor señala, también, que Tu sangre corre está escrita a partir de los materiales que compuso para un proyecto de danza de la coreógrafa Érika Torres titulado Entre Goya y la Guerra de Castas, proyecto que, a la fecha del estreno de la obra sinfónica, aún no ha sido estrenado.

Escrita por Germán Romero para una orquesta sinfónica de dotación convencional, Tu sangre corre recibe su estreno absoluto el 5 de septiembre de 2015, con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México dirigida por José Areán.

Héctor Infanzón (1959)

Concierto para piano y orquesta, Celebración
La víspera
Ofrenda
De fiesta

Héctor Infanzón, pianista de enormes cualidades técnicas y expresivas, tenía que componer un concierto para piano, tarde o temprano. Antes, sin embargo, se le atravesaron un Concierto para flauta de pico (2007) y un Concierto para violín (2008). Finalmente, le llega el momento de escribir un concierto para su propio instrumento y, como punto de arranque, Infanzón piensa, siente, imagina una celebración. En lo particular, el recuerdo de las celebraciones y fiestas familiares (bodas, cumpleaños, onomásticos, etc.) que, en medio de tantos músicos talentosos, se convertían en cálidas tocadas compartidas por los parientes; ya desde muy joven, Héctor Infanzón participaba del quehacer musical celebratorio. Y desde un punto de vista más general, este concierto alude a aquello que es más profundo y espiritual en cualquier celebración, más allá de la expresión exterior de la fiesta que la acompañe. La designación de los movimientos del concierto expresa con claridad la intención (más intuitiva que narrativa) del compositor para la continuidad de las ideas musicales. El primer movimiento alude a la chorcha del día previo a alguna boda u otra fiesta, una especie de verbena antes del acontecimiento, que incluía casi siempre la preparación de los moles, el arroz y otras viandas para el día siguiente. El segundo movimiento se refiere especialmente a la parte ceremonial, ritual, de aquello que se festeja, mientras que el tercero se instala ya plenamente en el jolgorio entre familiares y amigos. Dice Infanzón:

Y en esas celebraciones en mi casa siempre hubo música. Toda la familia es de músicos, mi papá, mis tíos por parte de mi papá y mi mamá, mis hermanos… así que, a tocar toda la noche; y ese ambiente siempre me gustó mucho. Y aunque estaba yo muy chavo, de pronto agarraba algún instrumento y me ponía a tocar con los grandes. Esa idea de jugar y divertirnos es mi idea de la celebración. Más tarde, casi desde que empecé a estudiar música formalmente por allá de 1976, tuve la certeza de que algún día iba a componer un concierto para piano, y finalmente lo hice, muchos años después.

A mi pregunta expresa sobre lo que este Concierto Celebración contiene de jazz, que es un mundo en el que Infanzón está profundamente sumergido, me responde que hay algunos elementos jazzísticos puntuales, pero no es el estilo general de la obra. Afirma el compositor que hay jazz en algunos aspectos armónicos del concierto, más que en los ritmos y, sobre todo, me comenta que al escribir el concierto intentó abandonar la línea estricta del jazz y moverse por otros rumbos. En este sentido, hay un dato importante: en la partitura de la obra todo está escrito, tanto para el solista como la orquesta, y no hay lugar para la improvisación. Sin embargo, cuando insisto sobre el tema, Infanzón me dice que quizá en un futuro cercano (además de alguna revisión mínima que pudiera aplicar a la partitura, no como corrección sino como enriquecimiento) se le ocurra aprovechar un calderón que hay hacia el final del tercer movimiento (un “calderón casi mozartiano”, como lo define él mismo), con la consiguiente pausa, para insertar ahí una cadenza improvisada, a la manera de los conciertos tradicionales. (Y después, si la cadenza le satisface, quizá la escriba para su propio deleite y el de otros intérpretes del Concierto Celebración). Por lo pronto, y con la idea ya bastante clara de que el futuro traerá algún otro concierto para piano en su catálogo de composiciones, Infanzón afirma estar muy complacido por las ejecuciones de su Concierto para piano, sobre todo porque, como dice él mismo, tiene la oportunidad de ponerse el overol del intérprete y colocarse en el papel de solista, lo que es un reto que lo pone nervioso, contento y pleno de adrenalina, en sus propias palabras.

Nota importante: sus fans (que somos muchos) agradecemos a Héctor Infanzón haber planteado en su Concierto para piano una orquestación escueta y transparente (maderas y cornos a dos, más cuerdas) que nos permitirá escuchar con claridad y a plenitud lo que el piano tiene que decirnos. El propio compositor fue el solista en el estreno del Concierto Celebración en marzo de 2014, con la Orquesta Sinfónica de Michoacán dirigida por Mario Rodríguez Taboada.

Cuando Héctor Infanzón es solista por tercera vez en su Concierto para piano y orquesta (septiembre de 2015, Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, José Areán), trae entre manos la composición de un Concierto para vibráfono con dedicatoria para Ricardo Gallardo. Y hablando de dedicatorias, el Concierto Celebración está dedicado a Alberto Cruzprieto, otro notable pianista mexicano, amigo, colega y cómplice de Infanzón, particularmente en ese demencial y delicioso proyecto pianístico-escénico conjunto que es Máscara contra cabellera. Ni lo pregunte usted, lector: Cruzprieto ya se está preparando para interpretar la parte solista de este concierto que le ha dedicado su amigo; no podía ser de otra manera.

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