Juan Arturo Brennan
ARTURO MÁRQUEZ (1950)
Zarabandeo
En una nota que acompaña a la partitura del Zarabandeo de Arturo Márquez publicada por la casa Peer Music, se pueden leer estas palabras:
Márquez es conocido sobre todo por una serie de Danzones basados en el elegante baile de salón que se originó en Cuba y que llegó a la costa del Golfo de México. Con sus largas y sinuosas melodías y sus aparentemente espontáneas modulaciones a través de una serie de áreas tonales diferentes, Zarabandeo celebra el gozo y la libertad que el compositor encuentra en el danzón y otras formas similares de danza. La obra fue encargada por la Dirección de Actividades Musicales de la UNAM en 1995.
En un texto más extenso y ambicioso que esta nota de programa, quizá valdría la pena adentrarse un poco en las diferencias que hay entre una sarabanda y una zarabanda, pero no es el caso. Es más útil adentrarse en el Zarabandeo para clarinete y piano de Márquez acudiendo a sus propias palabras respecto a la zarabanda:
Mi interés en este tema me lo inculcó el musicólogo cubano Rolando Pérez. No tengo la mínima idea de cómo sonaba la zarabanda original, pero es seguro que su prohibición se debió a la sensualidad que despertaba al ser bailada. Sin embargo, lo que encuentro fascinante es que exista la posibilidad de que nuestra música tradicional sea tataranieta de aquella zarabanda decapitada.
Con esta afirmación de Márquez como base, vale la pena añadir que si bien la zarabanda está muy presente en el origen de esta pieza, lo cierto es que, estrictamente, se trata de una interesante combinación de dos de las danzas favoritas del compositor sonorense, el danzón y el tango. Y a pesar de que pudiera parecer redundante, es necesario decir que de principio a fin, el Zarabandeo de Márquez es (como muchas otras obras suyas) una pieza que tiene impresa de principio a fin la invitación a la danza, y en la que la sensualidad de la que habla el compositor está claramente presente.
Arturo Márquez dedicó la partitura del Zarabandeo al gran clarinetista mexicano Luis Humberto Ramos, quien ha realizado dos grabaciones de la obra, con los pianistas Camelia Goila y Jozef Olechowski. Durante la búsqueda de datos para esta nota, encontré que Arturo Márquez tiene otra obra para clarinete y piano, titulada Acentos, también dedicada a Luis Humberto Ramos. Y a propósito del clarinete, no hay que olvidar que la obra que le ha dado a Márquez más fama y prestigio internacional, su Danzón No. 2, se inicia con un cálido y sensual solo de clarinete.