Sonata para clarinete y piano
CAMILLE SAINT-SAËNS (1835-1921)
Sonata para clarinete y piano en mi bemol mayor, Op. 167
Allegretto
Allegro animato
Lento
Molto allegro
Cosa curiosa: el gran pianista y organista que fue Camille Saint-Saëns no compuso una sola sonata para piano, aunque dedicó al instrumento numerosas obras en otros géneros y formas. Sin embargo, esta ausencia de sonatas para piano está balanceada en su catálogo de música de cámara por la presencia de varias obras importantes: dos sonatas para violoncello y piano, dos sonatas para violín y piano, y sendas sonatas para oboe, clarinete y fagot, con acompañamiento de piano. No deja de ser interesante el hecho de que dos colegas y compatriotas suyos, Claude Debussy (1862-1918) y Francis Poulenc (1899-1963) también compusieran sonatas para alientos en la última parte de su vida. El propio Saint-Saëns mencionó que su intención al componer las sonatas para oboe, clarinete y fagot era la de dotar de repertorio propio a instrumentos que por lo general eran soslayados por los compositores. Como es de suponerse tratándose de un pianista de altos vuelos, una parte sustancial de las obras de cámara de Saint-Saëns (incluyendo sus primeras sonatas) presentan una escritura pianística de alta complejidad y densidad, que en ocasiones compite con el instrumento principal. Sin embargo, como lo señala Daniel Fallon en un análisis de la música del compositor francés, a partir de la Segunda sonata para violín y piano (1896) Saint-Saëns aligeró sus texturas de acompañamiento y dio mayor prominencia al rol protagónico de los otros instrumentos. Esto es claramente apreciable en la Sonata para clarinete Op. 167.
Saint-Saëns dedicó su Sonata para clarinete y piano a Auguste Périer (1883-1947), clarinetista francés que fue primero alumno y después profesor en el Conservatorio de París, y que tuvo entre sus alumnos más notables a otro gran clarinetista, Jacques Lancelot. Como las sonatas para oboe y fagot, la Sonata para clarinete data de 1921, el último año de vida del compositor.
