Toussaint, Eugenio - Danzas de la ciudad

Eugenio Toussaint (1954-2011)

Danzas de la ciudad

Danzas de la ciudad
Templo Mayor
Catedral
Alameda
Salón Colonia
Tlatelolco

Las Danzas de la ciudad fueron compuestas por Eugenio Toussaint en respuesta a un encargo de La Camerata, a través de su fundador, Roberto Kolb, para el Octavo Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, celebrado en 1992. La obra resultó, evidentemente, muy apropiada para un festival como éste, dedicado a la celebración y rescate del centro de la capital mexicana. Así, estas cinco Danzas dela ciudadrepresentan no sólo un compacto panorama geográfico, sino también una continuidad histórica y cronológica del corazón de la Ciudad de México, a través de estampas sonoras de lugares que tienen un peso simbólico singular asociado a diversas etapas de la historia mexicana. Así, las Danzas de la ciudad se refieren respectivamente al pasado prehispánico, a la época de la conquista, al porfiriato, a la época moderna, y al México contemporáneo.

Templo mayor se inicia con una figura ostinato en el piano como soporte para las melodías del flautín, combinación que reaparecerá más tarde en la pieza. Aquí Toussaint utiliza los alientos de manera análoga al empleo que de ellos han hecho otros compositores mexicanos, como metáfora o símbolo de chirimías, ocarinas, conchas y otros instrumentos prehispánicos. Esta primera Danza tiene uno de sus más importantes elementos de continuidad en un episodio para el violín solo que refleja puntualmente el material planteado al inicio por el flautín.

Catedral se caracteriza por un desarrollo sonoro basado en los metales, los alientos graves, las percusiones y el vibráfono. La trompeta tiene también una participación importante y, junto con la tarola, presenta una visión estilizada y depurada de una imaginaria música procesional.

Alameda ofrece al oyente un vivo paseo por este famoso parque de la Ciudad de México, con las cuerdas como protagonistas iniciales. Más tarde, los alientos, encabezados por el saxofón soprano, aparecen en primer plano para continuar con un discurso cuyos solos sucesivos son acentuados continuamente por el címbalo y el piano. La impresión general es la de un barullo típicamente urbano.

En Salón Colonia, el compositor retrata uno de los legendarios salones de baile de la capital mexicana, a través de las sinuosas cadencias de la danza popular. Piano, woodblocks y güiro forman la parte medular de esta orquesta de baile, que ofrece un episodio de contornos muy similares a los de un danzón a cargo del flautín, el oboe y el clarinete.

Tlatelolco, la última de las Danzas de la ciudad, se refiere a una zona que a lo largo de toda la historia de México, en especial en la época actual, ha tenido un valor simbólico notable. El fagot y el oboe inician un discurso musical juguetón que es replicado por otras parejas instrumentales: flauta y clarinete, trompeta y trombón. El esquema rítmico de acentos desplazados y síncopas iniciado por los duetos se mantiene hasta la entrada del resto de la orquesta y, de hecho, hasta el final de la pieza.

Danzas de la ciudad fue uno de los primeros encargos de música de concierto hechos a Eugenio Toussaint, y fue una consecuencia directa de su trabajo como compositor residente de la Sociedad Filarmónica de Conciertos, cuya orquesta había estrenado en abril de 1991 su poema sinfónico Popol Vuh. Las Danzas de la ciudad fueron estrenadas en el Museo de San Carlos, en el marco del Octavo Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México en la primavera de 1992, con Aldo Brizzi dirigiendo La Camerata. Este mismo ensamble, bajo la dirección de Jesús Medina, grabó las Danzas de la ciudad de Toussaint en un atractivo CD titulado Sabor latino, que contiene también sendas obras de Arthur Benjamin (1893-1960), Ástor Piazzolla (1921-1992), Heitor Villa-Lobos (1887-1959), Rodolfo Halffter (1900-1987) y Darius Milhaud (1892-1974).

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