Juan Arturo Brennan
IGOR STRAVINSKI (1882-1971)
Sinfonía en do
Moderato alla breve
Larghetto concertante
Allegretto
Largo – Tempo giusto, Alla breve
Es probable que la presencia más fuerte de Igor Stravinski en nuestro imaginario de melómanos sea la del gran compositor de ballets y otras obras de música para la escena, lo cual es estrictamente correcto. Sin embargo, ¿pensamos con frecuencia en Stravinski como un sinfonista? En general no, y hay aquí una aparente contradicción porque, sin estar a la altura de las mejores creaciones sinfónicas de su tiempo, las sinfonías de Stravinski ocupan un lugar de cierta importancia en su catálogo, y algunas de ellas son más que estimables. He aquí la lista:
Sinfonía No. 1, Op. 1 (1905-1907)
Sinfonías de instrumentos de aliento (1920)
Sinfonía en do (1939-1940)
Sinfonía en tres movimientos (1942-1945)
Cabría aquí una pregunta retórica: ¿es válido incluir en esta lista la Sinfonía de salmos (1930), que es una sinfonía coral?
La transición entre los años 1939 y 1940 fue compleja y enredada para Igor Stravinski. El musicólogo Eric Walter White lo describe elocuentemente con estas palabras:
Las tragedias familiares, las angustias políticas, su mala salud y, quizá más importante, un sentimiento de que su música no era suficientemente reconocida en su país adoptivo, tuvieron un efecto adverso en la vitalidad de Stravinski en ese momento. Así, su segunda emigración a los Estados Unidos, aunque perturbadora y desequilibrante, bien pudo haber ayudado a la eventual renovación de su actividad creativa.
Entre 1937 y 1938, Stravinski había escrito un concierto para orquesta de cámara que hoy es conocido con el título de Dumbarton Oaks, por encargo de la pareja de mecenas que formaban el señor Robert Woods Bliss y su esposa Mildred. El señor Bliss era un diplomático, filántropo y coleccionista de arte que, entre otras cosas, llegó a ser embajador de los Estados Unidos en Argentina. Poco después, la Sra. Bliss funcionó como intermediaria para que la Orquesta Sinfónica de Chicago encargara al compositor una nueva obra para conmemorar la temporada de conciertos número 50 de la institución.
Stravinski abandonó Francia y llegó a los Estados Unidos en septiembre de 1939 y de inmediato su vida se llenó de actividades, tanto profesionales como personales. Conferencias en Harvard, conciertos en California, matrimonio con Vera de Bosset (su segunda esposa) en Massachusetts, luna de miel en Texas, rápida visita a México por motivos de documentación migratoria. Al llegar a los Estados Unidos, Stravinski aparentemente llevaba consigo los dos primeros movimientos de la obra encargada para Chicago, y algunos bosquejos para el resto de la partitura. Según lo consigna Eric Walter White, arriba citado, el compositor concluyó el tercer movimiento durante el período de sus conferencias en Harvard, y el cuarto en Hollywood, donde había decidido establecerse gracias al benigno clima de la región. Para un acercamiento general a la Sinfonía en do de Stravinski, he aquí una breve pero ilustrativa reflexión escrita por Laurence Elliot Libin:
La Sinfonía en do es una obra neoclásica que reinterpreta, en el lenguaje de Stravinski, la construcción temática y la forma sonata de la era clásica. El resultado, lejos de ser una simple parodia del estilo clásico a la manera de la Sinfonía clásica (1917) de Sergei Prokofiev, es una fresca y reveladora visión sobre la obra de Haydn.
Fue el mismo Stravinski quien dirigió el estreno de su Sinfonía en do, el 7 de noviembre de 1940, con la Orquesta Sinfónica de Chicago.