Mozart, Wolfgang Amadeus - Concierto para piano en La Mayor, K. 488

Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)

Concierto No. 23 para piano en la mayor, K. 488

Allegro
Adagio
Allegro assai

El inicio de 1786 encontró a Wolfgang Amadeus Mozart trabajando arduamente en su ópera Las bodas de Fígaro, cuya composición había empezado hacia fines del año anterior. Simultáneamente, trabajaba en El empresario, breve ópera cuyo tema es, precisamente, la ópera. Sin embargo, la situación económica no le permitía a Mozart dedicarse por entero a estas nobles empresas musicales, por lo que el compositor debió crear algunas obras para los conciertos por suscripción, conocidos como academias, que durante un tiempo fueron su principal fuente de ingreso. Se sabe que Mozart compuso conciertos para piano destinados principalmente a estas academias, y siempre con la intención de tocarlos él mismo ante la nobleza y las jerarquías de la iglesia. Así, el día 2 de marzo de 1786 Mozart puso la última nota y su firma en la partitura de su Concierto para piano K. 488, primero de los dos que habría de componer durante ese año. El otro, el que lleva el número de catálogo K. 491, fue terminado apenas tres semanas después que el primero, lo cual es una prueba contundente de lo apurado que estaba Mozart por esos años en cuanto a componer música utilitaria para ganarse unos cuantos florines.

Entre los datos interesantes que hay respecto al Concierto K. 488 está el hecho de que, junto con los conciertos K. 482 y K. 491, forma la trilogía de los únicos conciertos para piano en los que Mozart incluyó clarinetes en la orquesta. Para más señas, junto con esto destaca el hecho de que en estos conciertos Mozart dejó a un lado los marciales sonidos de las trompetas y los timbales, muy aptos para el allegro maestoso de corte marcial, y a través de los clarinetes dio a la textura orquestal una nueva cualidad, más refinada, dúctil y flexible. Ahora bien, el hecho de que Mozart se haya visto obligado a componer mucha música por razones estrictamente alimenticias no implica que la calidad de las obras sea menor o que el compositor haya puesto menos empeño en ellas que en otras de su catálogo. Una prueba clara de esto es el hecho de que Mozart escribió tres versiones distintas del tercer movimiento del Concierto K. 488, que designó alternativamente como Allegro assai o Presto. De modo análogo, el segundo movimiento del concierto estuvo marcado en distintos momentos como Adagio o como Andante. Algunos estudiosos indican que este último punto tiene cierta significación en lo que se refiere a la ejecución de la obra, ya que el tempo de un Andante es más propio para la forma del movimiento, que es una siciliana. Para este segundo movimiento de su Concierto K. 488 Mozart se basó en la forma tradicional de la siciliana, pieza instrumental antigua, presumiblemente de origen italiano, de tempo lento y casi siempre en compás de 6/8, aunque existen ejemplos de siciliana en 12/8. Por otra parte, solía ser costumbre escribir las sicilianas casi siempre en una tonalidad menor. Debido a esta combinación de tempo lento y tonalidad menor, algunos analistas han hallado en este movimiento lo que Charles Rosen llama “una expresión de dolor y desesperación”, comparable al ámbito expresivo de los movimientos lentos del Concierto para piano K. 271 y de la Sinfonía concertante K. 364. En cuanto al primer movimiento, si bien es lógico suponer que Mozart improvisaba la cadenza al interpretarlo, lo cierto es que la partitura de la obra contiene una cadenza escrita de principio a fin. Mientras que algunos afirman que la cadenza es de puño y letra de Mozart, ciertos musicólogos apuntan hacia la posibilidad de que la cadenza haya sido escrita por un alumno de Mozart que conocía muy bien la partitura.

En cuanto a la expresión dolorosa y desesperada que Charles Rosen detecta en el segundo movimiento de esta obra, los datos biográficos no parecen justificarla del todo, ya que el período al que pertenece fue uno de los más positivos y productivos de su vida. Sin embargo, conviene recordar que en los últimos meses de 1785 a Mozart se le había negado categóricamente la membresía en la Sociedad de Músicos, aunque quizá sería difícil establecer una relación entre este hecho y los contornos profundamente dramáticos del Adagio del Concierto K. 488. Es probable que Mozart haya estrenado la obra en alguna de las academias que dio en el período inmediatamente posterior a su terminación. La última academia de 1786 se llevó a cabo el 7 de abril en el Burgtheater. Menos de un mes después, en el mismo teatro, Mozart habría de ser testigo del triunfo rotundo de su ópera Las bodas de Fígaro en la noche de su estreno. Recordemos, para finalizar, que algunas fuentes indican que el Concierto K. 488 tuvo un dedicatario, el príncipe Fürstenberg de Donaueschingen, quien al parecer había hecho varios encargos a Mozart. Por cierto, existe una muy interesante versión del Concierto No. 23 de Mozart, para trío de jazz y cuerdas, realizada e interpretada por el gran pianista, arreglista y compositor francés Jacques Loussier (1934-2019).

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