TELEMANN PHILIPP - Don Quijote, TWV 55:G10

Georg Philipp Telemann (1681 - 1767)

Suite Don Quijote, TWV 55:G10

Obertura
El despertar de Don Quijote
El ataque a los molinos de viento
Suspiros de Don Quijote por Dulcinea
Sancho Panza manteado
El galope de Rocinante
El asno de Sancho
El reposo de Don Quijote

La lista de obras musicales inspiradas por la figura de Alonso Quijano, alias Don Quijote, es muy extensa, y se inicia muy poco después de la publicación de la inmortal obra de Miguel de Cervantes Saavedra. La admiración universal e inmediata generada por el Quijote cervantino es evidente, por ejemplo, en el hecho de que las primeras alusiones musicales quijotescas datan del período barroco. Entre las numerosas obras musicales quijotescas que existen cabe señalar, de manera aleatoria, Don Quijote en casa de la Duquesa, de Boismortier; Don Quijote velando las armas, de Esplá; Don Quijote a Dulcinea, de Ravel; Cuatro canciones de Don Quijote, de Ibert; Don Quijote, de Rubinstein; Sancho Panza en su isla, de Philidor; Don Quijote de la Mancha, de Salieri; Danzas de Don Quijote, de Gerhard; Don Quijote, de Strauss; La venta de Don Quijote, de Chapí; Don Quijote, de Cristóbal Halffter; Don Quijote, de Massenet; Tres epitafios para las sepulturas de Don Quijote, Dulcinea y Sancho Panza, de Rodolfo Halffter; Las bodas de Camacho, de Mendelssohn; Don Quijote, de Paisiello. A éstas y muchas otras versiones musicales del Quijote habría que añadir la presencia del Ingenioso Hidalgo en diversas manifestaciones de música popular, la más importante de las cuales es, probablemente, el musical titulado El hombre de La Mancha, con libreto de Dale Wasserman, letras de Joe Darion y música de Mitch Leigh.

Uno de los primeros compositores importantes en dedicar su atención a este inigualable personaje fue Georg Philipp Telemann, autor de una interesante y divertida suite Don Quijote. En sus notas a una antigua grabación de la suite Don Quijote, Carl de Nys afirma lo siguiente:

Las composiciones de Telemann incluyen un buen número de cantatas cómicas y burlescas. Pero la mayoría son divertidas o satíricas en un sentido puramente intelectual y están escritas en un estilo musical universal que no suele provocar la risa. Pero la suite* Don Quijote*, probablemente escrita durante su período en Frankfurt para el Colegio Musical de Frauenstein, es una excepción. Las aventuras del inmortal caballero español evidentemente le llamaban mucho la atención, y el compositor las narra con música muy original y muy gráfica.

Respecto a estas líneas de Carl de Nys, vale la pena comentar que para esa música tan descriptiva, Telemann se valió solamente de cuerdas y continuo, lo que hace aún más admirable el resultado obtenido. En lo que se refiere a la capacidad narrativa del compositor, destaca especialmente el episodio dedicado a los suspiros de Don Quijote por su amada Dulcinea del Toboso, expresados a través de una sencilla pero efectiva figura, repetida en numerosas ocasiones a lo largo de la pieza. Además de esta suite instrumental, Telemann compuso otra obra basada en el Quijote, titulada Don Quijote o las bodas de Camacho, que en algunos catálogos aparece como una ópera y en otros como una cantata.

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