Grofé, Ferde - Suite del Gran Cañón

Ferde Grofé (1892-1972)

Suite del Gran Cañón

Amanecer
El desierto pintado
En la brecha
Crepúsculo
Tormenta

La historia registra que el Gran Cañón del Colorado fue descubierto en el año de 1540 por miembros de la expedición de Francisco Vázquez de Coronado. A pesar de su evidente belleza e impresionantes dimensiones, el cañón permaneció desconocido durante mucho tiempo, hasta que fue redescubierto por Francisco Garcés y Silvestre Vélez de Escalante, dos frailes españoles, en 1776. Al parecer, el primer examen más o menos serio y detallado del Gran Cañón fue realizado por la expedición que estuvo al mando de John Wesley Powell. En 1869 y 1870, Powell y sus acompañantes descendieron por el río y más tarde publicaron reportes sobre la geología, la geografía y la etnología del área. Fue el mismo Powell, por cierto, quien puso al cañón el calificativo de “gran” con el que se le conoce hasta la fecha. La longitud total del Gran Cañón se acerca a los 450 kilómetros y su ancho varía entre los 6 y los 28 kilómetros. Entre las impresionantes paredes del Gran Cañón, el río Colorado corre su curso por cerca de 170 kilómetros. En la parte más bella del Gran Cañón fue creado un parque nacional para deleite del turismo estadunidense y extranjero; cerca de dos millones de visitantes llegan anualmente hasta la parte norte del estado de Arizona para admirar el impresionante paisaje. Tal paisaje, por sus evidentes riquezas, ha sido inspiración para muchos artistas: pintores, fotógrafos, ensayistas y poetas han producido innumerables obras dedicadas al Gran Cañón del Colorado. La música no podía quedarse atrás.

Hacia el año de 1920, un pianista itinerante cuyo nombre original era Ferdinand Rudolph von Grofé se encontró de pronto ante el imponente espectáculo del Gran Cañón. De la fuerte impresión recibida, el músico obtuvo la inspiración para escribir una partitura en la que celebraba las glorias de ese atractivo sitio geográfico. En el mismo año de 1920, Ferde Grofé (nombre con el que prefirió ser conocido), comenzó a trabajar en su obra conmemorativa del Gran Cañón, labor que realizó lentamente y con numerosas interrupciones. Y si en alguna ocasión el compositor Cole Porter afirmó que su mejor inspiración era la llamada telefónica de un productor, Grofé ciertamente tuvo que esperar esa llamada para concluir su composición. En este caso la llamada fue de su amigo el director de orquesta Paul Whiteman, quien le pidió una obra para uno de sus conciertos en el Teatro Studebaker de Chicago. Por ese entonces, la orquesta de Whiteman contaba apenas con unos 20 músicos, pero eso no le impidió a Grofé dedicarse con ahínco a terminar la obra. De esa manera, la Suite del Gran Cañón fue estrenada por Whiteman y su orquesta el 22 de noviembre de 1931 con un éxito tan notable que, entre otras cosas, le ganó a Grofé el injustificado apodo de Primer Ministro del Jazz debido a ciertos elementos jazzísticos de su partitura. Dos años más tarde, Grofé se encontró en el puesto de director de la orquesta del Teatro Capitol, circunstancia que aprovechó para revisar su suite y re-escribirla para una dotación orquestal mayor; es esta versión la que suele interpretarse en la actualidad. A través de los cinco movimientos de la obra, Grofé describe diversos ambientes relacionados con su percepción del Gran Cañón y sus alrededores, y en algunos momentos se acerca a un auténtico impresionismo musical genuinamente estadunidense.

Amanecer es una pieza en la que predomina un aura misteriosa y contenida. En la segunda sección de la obra, El desierto pintado, Grofé intenta describir con colores musicales la enorme variedad cromática de rojos, cafés y ocres que componen el atractivo visual del Gran Cañón. En la brecha es sin duda la parte más anecdótica y descriptiva de la suite, ya que en ella el compositor describe incluso el tránsito de una recua de mulas por los sinuosos senderos del cañón. La serenidad vuelve a la Suite del Gran cañón en la sección titulada Crepúsculo, y en la última, titulada Tormenta, la música describe un súbito chubasco al que finalmente sucede la calma en la que finaliza la obra.

Sobre su Suite del Gran Cañón, que hasta hoy es uno de los grandes clásicos de la música sinfónica de los Estados Unidos, Grofé dijo lo siguiente:

Esta composición nació de visiones, sonidos y sensaciones comunes a todos. Creo que he hablado de América en esta música, simplemente porque América me ha hablado a mí, así como ha hablado a todos. Si he tenido éxito en capturar una parte del espíritu musical de América, estoy agradecido de haber sido capacitado para ello.

Al parecer, a Grofé le llamaba mucho la atención la posibilidad de combinar la geografía con la música. Además de su famosa Suite del Gran Cañón, escribió una Suite Mississippi y una Suite del Valle de la Muerte, obras poco conocidas y prácticamente olvidadas. Para los interesados, existe una grabación de la Suite del Gran Cañón en la que el propio Ferde Grofé dirige a la misma Orquesta Capitol que se encargó de estrenar la versión corregida y aumentada de la obra.

Consulta todas las actividades que la Ciudad de México tiene para ti