DVORÁK, ANTONIN - Danza eslava en do mayor, Op. 46 No. 1

Antonín Dvořák (1841–1904)

Danza eslava en do mayor, Op. 46 No. 1

El término “eslavo” se refiere a un grupo étnico de características lingüísticas y culturales específicas, cuya presencia puede encontrarse en las naciones que hoy conocemos como Rusia, Polonia, Eslovaquia, la República Checa, Bulgaria y los países de lo que fue Yugoslavia.

Antonin Dvorák, originario de lo que hoy es la República Checa, compuso numerosas obras en las que se refiere al espíritu eslavo. Entre estas obras destacan las dos series de Danzas eslavas: la primera serie de ocho danzas fue escrita en 1878 y lleva el número de Opus 46. La segunda serie, también de ocho danzas, data de 1886 y es conocida como el Opus 72 del catálogo de Dvorák. Quienes han analizado a conciencia las Danzas eslavas afirman que de las 16 danzas que conforman ambas series, once son danzas checas, mientras que las otras cinco provienen de Serbia, Polonia y Ucrania. De la primera serie, siete de las ocho danzas son checas y sólo la número dos tiene otro origen.

En todas las Danzas eslavas de ambas series se descubre una orquestación brillante y extrovertida, con una especial atención en el manejo de los alientos-madera. Ambas series de Danzas eslavas fueron compuestas originalmente para piano a cuatro manos y más tarde orquestadas por el mismo Dvorák. No deja de ser curioso el hecho de que casi nunca se tocan estas brillantes danzas como parte integral de un concierto sinfónico; se tiene por costumbre, en cambio, interpretarlas como encore, como piezas fuera de programa, pero lo cierto es que estas pequeñas joyas de la música bohemia (eslava, claro) bien valen la pena de ser escuchadas en su totalidad y por sus propios méritos.

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