HAYDN, FRANZ JOSEPH - Sinfonía no. 88 en sol mayor, Hob. I:88

Franz Joseph Haydn (1732-1809)

Sinfonía no. 88 en sol mayor, Hob. I:88

Adagio-Allegro
Largo
Menuetto: Allegretto
Finale: Allegro con spirito

En su curioso libro biográfico-ficticio sobre Franz Joseph Haydn, el auto P. Recio Agüero afirma que la fama del compositor austriaco no estuvo restringida a París, Londres y el mundo de habla alemana. Comenta Recio Agüero que también en España su música era conocida y admirada, al grado de que un poeta contemporáneo, Tomás de Iriarte, escribió una extensa loa dedicada a Haydn y a su música. He aquí unas cuantas líneas del poema de Iriarte:

Sólo a tu numen, Haydn prodigioso
Las musas concedieron esta gracia
De ser tan nuevo siempre, y tan copioso
Que la curiosidad nunca se sacia
De tus obras mil veces repetidas
Atesoran los hombres insensibles
Del canto a los hechizos apacibles
Que dejen de aplaudir las escogidas
Cláusula, la expresión y la nobleza
De tu modulación, o la extrañeza
De tus doctas y armónicas salidas.

En estas rebuscadas pero no por ello menos exactas rimas, Iriarte sólo reafirma algunas de las cualidades principales de Haydn: abundancia de obras, variedad al interior de esa abundancia, habilidad, formal, sutileza armónica, nobleza de expresión. Cualidades que si bien están presentes en todos los géneros abordados por Haydn, son especialmente perceptibles en la magnífica centena (y un poco más) de sinfonías que compuso.

La sinfonía marcada con el número 88 de su catálogo fue la primera escrita por Haydn (probablemente en 1787) después del grupo conocido colectivamente como Sinfonías París (82 a 87), compuestas para los famosos Concerts de la Loge Olympique de la capital francesa, por encargo del conde de Ogny. Algunos analistas afirman que, después del éxito obtenido con las Sinfonías París, Haydn quiso agradar y sorprender aún más al público francés con su siguiente sinfonía, en la que incluyó algunos elementos formales y expresivos interesantes. Por ejemplo, es notable el empleo de trompetas y timbales en una sinfonía cuya tonalidad, sol mayor, no se prestaba mucho para el trabajo de estos instrumentos. La sinfonía se inicia, como numerosas sinfonías de Haydn, con una solemne introducción lenta que precede al primer allegro, recurso formal que algunos musicólogos han interpretado como una herencia directa de la obertura de estilo francés. El segundo movimiento, por su parte, es una extensa serie de variaciones, y es aquí donde Haydn utiliza por primera vez las trompetas y los timbales en el movimiento lento de una de sus sinfonías. Se dice que Beethoven sentía una particular admiración por este movimiento de la sinfonía. El minueto que ocupa el tercer lugar en la Sinfonía No. 88 es un movimiento extrovertido y lúdico, y hay en su trío algunos elementos que, al decir de los estudiosos, influyeron directamente en el Quinteto K. 614 de Mozart, que es un hermoso homenaje musical a Haydn. El enérgico final de esta asombrosa obra está construido sobre uno de los patrones formales favoritos de Haydn, el rondó-sonata, y por momentos tiene el espíritu de un movimiento perpetuo.

Como dato anecdótico vale la pena mencionar que Haydn enfrentó algunos curiosos problemas con los derechos de edición de su Sinfonía No. 88, por culpa de la ambición y la falta de honestidad de Johann Tost, a quien había conocido como violinista de la orquesta de la corte de Esterháza, y quien aparentemente quiso apropiarse de los dineros que por derecho propio le correspondían a Haydn. Sea como fuere, esta sinfonía es una obra de singular belleza, que funciona como un puente ideal entre las Sinfonías París y el siguiente grupo sinfónico importante de Haydn, las Sinfonías Londres.

Así que si usted quiere, lector, escuchar una hermosa sinfonía clásica, escuche la Sinfonía No. 88 de Haydn. Si además quiere escuchar algo realmente extraño (pero finalmente divertido), puede buscar un álbum titulado Get Out of My Yard (‘Lárgate de mi patio’), en el que el guitarrista Paul Gilbert toca su propia versión del movimiento final de la sinfonía. En guitarra eléctrica, por cierto. Si no cree que vale la pena comprar el álbum, pero la curiosidad es mucha, búsquelo en YouTube; ahí está, como tanta otra música buena, regular y mala.

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