Variaciones Enigma sobre un tema original, Op. 36
Tema: Andante
I. (C.A.A.) L’istesso tempo
II. (H.D. S-P.) Allegro
III. (R.B.T.) Allegretto
IV. (W.M.B.) Allegro di molto
V. (R.P.A.) Moderato
VI. (Ysobel) Andantino
VII. (Troyte) Presto
VIII. (W.N.) Allegretto
IX. (Nimrod) Adagio
X. (Dorabella) Intermezzo. Allegretto
XI. (G.R.S.) Allegro di molto
XII. (B.G.N.) Andante
XIII. (+++) Romanza. Moderato
XIV. (E.D.U.) Finale. Allegro. Presto
Además de ser aficionado a la pesca, a las caminatas, a la bicicleta, a los caballos y a las carreras, el compositor inglés Edward Elgar tenía otra afición que hoy es poco conocida: era un asiduo practicante de la criptografía, es decir, de la ciencia que se ocupa de los métodos y la parafernalia de las comunicaciones secretas. Sabemos a ciencia cierta que Elgar no era un oficial de inteligencia ni un criptógrafo profesional, de modo que su afición a la criptografía probablemente no iba más allá del cifrado de mensajes triviales, codificación y decodificación de información inofensiva y, quizá, una afición más que pasajera por los juegos de palabras y los crucigramas. Todo esto viene a cuento porque algunos estudiosos afirman que esta afición a la criptografía fue la verdadera fuente de inspiración de las Variaciones Enigma, la más famosa de las composiciones de Elgar. El enigma de estas variaciones, o mejor dicho, uno de los enigmas, perduró durante cerca de cuarenta años. Las identidades de los catorce personajes retratados en esta pieza no fueron reveladas sino hasta después de la muerte de Elgar, ocurrida en 1934. Los análisis que han sido realizados sobre estas variaciones, y la relación de la música con los personajes en cuestión, revelan que la intención de Elgar en casi todos los casos fue claramente anecdótica. El tema original, presentado al inicio de la obra, pasó por la mente del compositor durante una plácida tarde doméstica. Jugando en el piano con el tema, Elgar llegó a la idea de las variaciones y eligió para ellas a personajes muy cercanos, a quienes intentó pintar musicalmente a partir de sus cualidades principales. He aquí la lista de los no tan enigmáticos personajes.
I. Caroline Alice Elgar, la esposa del compositor, retratada en una variación lírica y cálida como ella.
II. H.D. Steuart-Powell, un pianista amigo de Elgar, con quien solía tocar tríos en compañía del violoncellista Basil Nevinson. Esta variación intenta describir las figuraciones pianísticas de Steuart-Powell.
III. Richard Baxter Townsend, un actor amateur que tenía la peculiar habilidad de cambiar súbitamente el registro de su voz, para asombro del público.
IV. William Meath Baker, un caballero inglés fuerte y enérgico.
V. Richard Penrose Arnold, hijo del poeta Matthew Arnold, un hombre de ánimo cambiante.
VI. Isabel Fitton, violista aficionada, alumna de Elgar. En efecto, esta variación presenta un solo de viola.
VII. Arthur Troyte Griffith, un amigo de Elgar a quien le encantaban las discusiones.
VIII. Winifred Norbury, una dama jovial y vivaz.
IX. August Jaeger, de la casa editora Novello. La alusión a la sonata Patéticade Beethoven en esta noble variación se debe, según el propio Elgar, a la memoria de una noche de verano en que la elocuencia de Jaeger afloró en una discusión sobre Beethoven y sus movimientos lentos.
X. Dora Penny, amiga de Elgar que solía hablar de una manera dubitativa y llena de pausas.
XI. George Robinson Sinclair, organista de la catedral de Hereford, quien es retratado aquí en compañía de su perro Dan, que corre por la ribera del río Wye y finalmente cae al agua.
XII. El violoncellista Basil Nevinson.
XIII. Lady Mary Lygon, amiga de Elgar que viajaba por barco rumbo a Australia cuando la música fue escrita. De ahí que el clarinete cite un fragmento de Mar en calma y viaje próspero, obertura de Félix Mendelssohn.
XIV. El mismísimo Edward Elgar. Edu era el nombre coloquial que su esposa usaba para él. Se dice que esta última variación-autorretrato describe las luchas y los ideales del compositor, sintetizados en un final triunfal.
Con esta enumeración ofrecida post-mortem quedó resuelto uno de los enigmas de estas variaciones. El otro enigma permanece sin solución hasta la fecha. Elgar declaró que el verdadero enigma estaba en la inclusión de otro tema, oculto a manera de contrasujeto, insinuado pero nunca presentado, en todas las variaciones. Esta declaración provocó una verdadera furia detectivesca entre melómanos, musicólogos, aficionados y amigos de Elgar, algunos de los cuales comprendieron entonces la afición del compositor por la criptografía. El tema en cuestión nunca ha sido descubierto, aunque se dice que la probabilidad más sólida recae en el tema de la antiquísima canción escocesa Auld Lang Syne.
Las Variaciones Enigma fueron estrenadas en Londres el 19 de junio de 1899, año en que está fechado el manuscrito. Hans Richter, director del estreno, sugirió a Elgar algunos cambios en la orquestación y la nueva versión fue estrenada tres meses después, bajo la dirección del propio Elgar, en Worcester. El caballero W.H. Reed, amigo y biógrafo de Elgar, afirmó que el compositor solía hacer observaciones y declaraciones misteriosas e inesperadas por el puro placer de observar las reacciones de sus amigos. Sin duda, el compositor estaría feliz al saber que su enigma aún permanece en el reino de lo críptico, tan indescifrable como en 1899.