Fauré, Gabriel - Fauré Pelléas et Mélisande, Op. 80

Gabriel Fauré (1845-1924)

Pelléas et Mélisande, Op. 80

Preludio. Quasi adagio
Andantino quasi allegretto
Siciliana. Allegretto molto moderato
Molto adagio

Nacido en Gante y muerto en Niza, el dramaturgo, crítico y poeta belga Maurice Maeterlinck (1862-1949) fue el creador del teatro simbolista, y en 1911 se hizo acreedor al Premio Nobel de Literatura. El uso de símbolos, la creación de atmósferas, la propuesta de un teatro casi estático, la expresión de emociones profundas a través del silencio y la soledad, cierta tendencia al misticismo, personajes remotos y elusivos, una vena sentimental, la peculiar combinación de filosofía, fantasía e historia natural, son algunas de las características que los analistas han hallado en la obra de Maeterlinck, cuyo impacto se sintió sobre todo en los primeros años del siglo XX. Una de las obras más significativas de la producción de Maeterlinck es el drama Pelléas y Mélisande, escrito en 1892 y estrenado en 1893, que sirvió a varios compositores importantes como punto de partida para la creación de obras musicales de distintos géneros.

En términos muy simples, esta obra de Maeterlinck narra el extraño encuentro del caballero Golaud con la doncella Mélisande y el subsecuente matrimonio entre ambos. Más tarde, Mélisande conoce a Pelléas, hermanastro de Golaud y termina enamorándose de él. Al final de la obra, Golaud mata a Pelléas y Mélisande muere después de dar a luz a un hijo. Narrado de esta manera sintética, el argumento de la pieza de Maeterlinck parece muy simple, pero en realidad es mucho más complejo que esto. Una lectura más a fondo de la obra permite descubrir numerosas escenas que aparentemente no tienen una continuidad lógica entre sí y, como es de esperarse en una obra de Maeterlinck, Pelléas y Mélisande está llena de símbolos, algunos de los cuales son relativamente fáciles de interpretar, mientras que otros son crípticos e indescifrables. Uno de los elementos más atractivos y sugerentes de esta pieza de Maeterlinck es la personalidad de Mélisande, quien por una parte es una heroína trágica del mundo medieval, y por la otra presenta rasgos típicamente románticos. Incluso, hay quienes han dicho que esta Mélisande de Maeterlinck, con toda su carga mística y simbólica de la antigüedad, es una típica mujer fatal de la Belle Epoque.

A partir de la obra de Maeterlinck nacieron al menos cuatro partituras musicales importantes que llevan el mismo título que el drama del escritor belga: una ópera de Claude Debussy (1862-1918), estrenada en 1902; una suite de música incidental de Jean Sibelius (1865-1957) compuesta para el estreno del drama en Helsinki, en 1905; un extenso y fascinante poema sinfónico de Arnold Schoenberg (1874-1951), creado en 1902; y la música incidental al drama compuesta por Gabriel Fauré en 1898. (No deja de ser interesante el hecho de que estas cuatro partituras sobre el Pelléas y Mélisande de Maeterlinck fueran creadas en el corto lapso de siete años, y que resultaran cuatro obras tan ricas individualmente y tan distintas entre sí).

La década de los 1890s fue especialmente importante en la vida de Gabriel Fauré. En el año de 1896 obtuvo uno de los puestos musicales más codiciados de la capital francesa, el de organista titular en la iglesia de La Magdalena, y al mismo tiempo fue nombrado profesor de composición en el Conservatorio de París. Como maestro en esta prestigiosa institución, Fauré ejerció una saludable influencia en sus alumnos, particularmente en compositores como Maurice Ravel (1875-1937), Florent Schmitt (1870-1958), Jean Roger-Ducasse (1873-1954) y Charles Koechlin (1867-1950). Durante esa misma década, Fauré realizó varias visitas a Londres, con el propósito fundamental de asistir a festivales musicales privados que eran organizados por amigos suyos como los Maddison, Frank Schuster y John Sargent, este último un pintor que realizó un muy buen retrato del compositor. Fue precisamente durante una de esas visitas a Londres que Fauré recibió el encargo de componer la música incidental para la obra de Maeterlinck. Así, el 21 de junio de 1898 se estrenó en el Teatro Príncipe de Gales de Londres esta versión inglesa de Pelléas y Mélisande, traducida por J.W. Mackail y acompañada por la partitura de Fauré. En la suite de Pelléas y Mélisande es posible hallar las cualidades principales de la música de Fauré, que son muchas y muy importantes: refinamiento, sensibilidad, delicadeza, inventiva armónica, elegancia, claridad, artesanado impecable y una engañosa sencillez.

Para finalizar, un par de datos sobre esta obra de Fauré. Fue el propio compositor el que eligió los cuatro movimientos que forman la suite, a partir de la totalidad de la música incidental. El tercero de estos movimientos, la Siciliana, existía desde 1893 como una pieza para violoncello y piano, que fue adaptada por Fauré para esta música teatral. La primera versión de la música incidental fue orquestada por Charles Koechlin, alumno y amigo de Fauré, mientras que una segunda versión fue orquestada por ambos. Finalmente, Fauré mismo realizó la orquestación de la versión final de la suite, para una orquesta de mayores dimensiones que la de la partitura original.

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