Rajmaninov, Sergei - Danzas sinfónicas, Op. 45

Sergei Rajmaninov (1873-1943)

Danzas sinfónicas, Op. 45

Non allegro
Andante con moto (Tempo di valse)
Lento assai-Allegro vivace

En una carta fechada el 21 de agosto de 1940, Sergei Rajmaninov escribía lo siguiente, con destino a un joven director de orquesta llamado Jeno Blau:

La semana pasada terminé una nueva pieza sinfónica, que naturalmente quiero ofrecer primero a usted y a su orquesta. Me encantaría que pasara por mi casa para poder tocarla para usted.

La pieza a la que Rajmaninov se refería en esta carta es su Opus 45, las conocidas Danzas sinfónicas, y el fragmento epistolar no tendría tanta importancia histórica si no fuera por el hecho de que Jeno Blau era el verdadero nombre de Eugene Ormandy, el gran director de orquesta que cimentó y desarrolló el hermoso sonido de la Orquesta de Filadelfia. Como en el caso de tantas otras piezas sinfónicas del repertorio, las Danzassinfónicasde Rajmaninov fueron concebidas primero en versión para dos pianos, y orquestadas después. Y como suele ser tradicional en estos casos, la primera versión en estrenarse fue precisamente la de dos pianos. Este estreno ocurrió en casa de Rajmaninov, quien sin problema alguno tocó la parte del primer piano como buen virtuoso que era. Y para que el estreno no fuera deslucido, el compositor invitó a un colega suyo a tocar la parte del segundo piano. Ese colega era nada menos que Vladimir Horowitz, de modo que las Danzas sinfónicas fueron estrenadas, en su versión para dos pianos, por los dos pianistas más notables de su tiempo. En su muy completa biografía de Rajmaninov, el camarada Víctor Seroff afirma que en un principio el compositor tuvo la intención de poner títulos descriptivos a las tres Danzas sinfónicas. Tales títulos iban a ser Mañana, Tarde y Noche y, según el compositor, debían representar además las tres etapas de la vida del hombre. En una parte de la biografía, Seroff afirma lo siguiente:

Hay indicios de que las Danzas sinfónicas podían ser interpretadas como una especie de Danza macabra, por el empleo del coral Dies irae que había fascinado al compositor desde su juventud. La libertad del ritmo impide que uno se imagine ningún plan coreográfico definido, y la vaga influencia del jazz nos hace preguntarnos si el compositor no estaba experimentando más allá con este nuevo estilo.

Sobre este párrafo del libro de Seroff pueden hacerse dos observaciones. La primera se refiere al uso de la secuencia del Dies irae de la misa de muertos del canto llano. Este muy famoso tema ha sido utilizado por innumerables compositores cuando de lo macabro o siniestro se trata, y en particular, tal y como lo apunta Seroff, Rajmaninov tenía cierta obsesión con el tema, al grado de utilizarlo en varias de sus composiciones, incluyendo la Rapsodia sobre untema de Paganini (1934) y la Sinfonía No. 3 (1937). La segunda observación sirve para recordar que, desde un principio, Rajmaninov pensó en esta partitura como música para ballet; sin embargo, las complejidades rítmicas de las Danzas sinfónicas han impedido que tenga mucho éxito en los escenarios de danza. Una descripción rápida de las tres piezas indica que la primera se inicia con una especie de marcha grotesca y finaliza con una cita del tema principal de la Sinfonía No. 1 (1895) del propio Rajmaninov. El segundo movimiento es un vals de contornos más o menos siniestros, y en el tercero aparece la cita del Diesirae, además de una reminiscencia de la obra coral Vigilia nocturna (1915) en la que Rajmaninov utiliza un canto litúrgico ruso. Todo esto conduce a una coda robusta y exuberante que cierra categóricamente una obra que por su estructura quizá pudiera considerarse como una especie de sinfonía, y en la que Rajmaninov hace gala de un buen manejo de contrastes y de un inteligente desarrollo de las texturas sonoras. Las Danzas sinfónicas de Rajmaninov, en su versión orquestal, fueron estrenadas el 3 de enero de 1941 por la Orquesta de Filadelfia, bajo la batuta del señor Jeno Blau, alias Eugene Ormandy. A juzgar por lo que cuenta Seroff en su biografía de Rajmaninov, a los músicos de Ormandy no les gustaron estas Danzas sinfónicas, puesto que a diferencia de lo que habían hecho con varias otras obras del compositor, no las grabaron en disco. Pero mejor es no creer lo que dice Seroff; una rápida revisión de los catálogos discográficos demuestra que sí existe una grabación de las Danzas sinfónicas de Rajmaninov con Ormandy al frente de la Orquesta de Filadelfia. Para más señas, se trata de un viejo disco de la marca Odyssey que contiene, además de las Danzas sinfónicas de Rajmaninov, la Paganiniana de Alfredo Casella (1883-1947). Dato curioso: la primera de las Danzas sinfónicas de Rajmaninov está designada con una inusual indicación de tempo, que le dice a los músicos cómo NO tocar la pieza: Non allegro.

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