HAYDN - Sinfonía No. 83 en sol menor, Hob I:83 La gallina

Franz Joseph Haydn (1732-1809)

Sinfonía No. 83 en sol menor, Hob I:83 La gallina

Allegro spiritoso
Andante
Menuetto: Allegretto
Vivace

No deja de ser un interesante pero inútil dato de trivia el hecho de que entre las 104 sinfonías de Haydn, hay alrededor de 37 que son conocidas con un título programático o descriptivo. Más aún: dos de esas sinfonías con títulos son precisamente la número l, titulada Lukavec, y la número 104, conocida como Londres. En el resto del sorprendente catálogo sinfónico de Haydn encontramos muchos otros títulos, algunos de los cuales fueron puestos por el compositor, mientras que otros fueron asignados por algún contemporáneo suyo. Más problemáticos son los títulos que se pusieron a las sinfonías de Haydn después de su muerte (algunos de ellos datan incluso del siglo XX), que no sólo son espurios sino que no añaden nada a nuestra comprensión del mundo sinfónico del gran compositor de Rohrau.

Más como un recordatorio que como un inventario completo, vale la pena traer a la memoria algunos de los títulos que llevan las sinfonías de Haydn, sobre todo algunos de los más raros:

  • Sinfonía No. 38, Eco
  • Sinfonía No. 39, El puño
  • Sinfonía No. 59, El fuego
  • Sinfonía No. 60, El distraído
  • Sinfonía No. 63, La Roxelane
  • Sinfonía No. 64, Tempora mutantor
  • Sinfonía No. 69, Laudon
  • Sinfonía No. 88, Letra "V"

Otras sinfonías tituladas de Haydn son mucho más conocidas y populares que las citadas arriba; es el caso, por ejemplo, de las sinfonías Sorpresa, Los adioses, Militar, El reloj, Redoble de tambor, etc. Todas estas referencias vienen a cuento porque se antoja muy interesante un análisis a fondo de todas estas asociaciones programáticas y descriptivas en las sinfonías de Haydn, con el objeto de hallar una respuesta a esta pregunta: ¿tuvo Haydn una verdadera intención narrativa en todas estas sinfonías, o los títulos auténticos no son más que una concesión del compositor al gusto de su tiempo y a la necesidad que el público tenía de accesorios descriptivos extra-musicales? La pregunta es pertinente, porque salvo unos cuantos casos en que hay una justificación sonora para el título en cuestión, el resto de estos títulos son plenamente subjetivos, y en algunos casos, incluso contradictorios.

Cuatro de las sinfonías de Haydn con títulos descriptivos están contenidas en un grupo de seis obras escritas entre 1785 y 1786 como respuesta a un encargo de Claude-François-Marie Rigoley, Conde de Ogny. Estas seis sinfonías, conocidas colectivamente como las Sinfonías París, fueron concebidas para los famosos Concerts de la Loge Olympique de la capital francesa, y son las siguientes:

  • Sinfonía No. 82 en do mayor, El oso
  • Sinfonía No. 83 en sol menor, La gallina
  • Sinfonía No. 84 en mi bemol mayor, In nomine domini
  • Sinfonía No. 85 en si bemol mayor, La reina de Francia
  • Sinfonía No. 86 en re mayor
  • Sinfonía No. 87 en la mayor

Como ocurrió con muchas otras de sus sinfonías, el título de La gallina aplicado a la Sinfonía No. 83 de Haydn no fue idea del compositor, sino que resultó un invento de los melómanos parisinos que quedaron encantados con las Sinfonías París. El asunto este gallináceo musical parece encontrarse en el primer movimiento de la obra, un movimiento en el que, por cierto, Haydn omite la acostumbrada introducción lenta para atacar de inmediato el Allegro spiritoso. Poco después de establecidos los temas fundamentales del movimiento, el oboe entra con una curiosa figura que, según los parisinos del siglo XVIII, parece el cloqueo de una gallina. Más allá de esta mínima referencia, poco hay que decir de la presencia de las aves en esta obra. Lo que sí es un hecho es que después de este primer movimiento extrovertido y enérgico, Haydn nos ofrece un Andante serio y profundo, en el que parece rondar el espíritu de Mozart. Después, uno de los minuetos más elegantes de toda su producción, para finalizar con un Vivace de corte casi bailable, muy parecido a una jiga por su construcción rítmica. Una nota final sobre la orquestación: esta gallina musical de Haydn lleva una flauta, dos oboes, dos fagotes, dos cornos y cuerdas, pero carece de las trompetas y timbales que sí aparecen en otras sinfonías del compositor austríaco.

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