Bernstein Leonard - Danzas sinfónicas de “West Side Story”

Leonard Bernstein (1918-1990)

Danzas sinfónicas de West Side Story

Prólogo
En algún lugar
Scherzo
Mambo
Cha-Cha-Cha
Encuentro
Cool-Fuga
Pelea
Final

El muy talentoso y muy controvertido músico estadunidense Leonard Bernstein dejó numerosas y profundas huellas en diversos campos de la actividad creativa. Si bien es cierto que hoy en día la mayoría de los melómanos lo recuerdan como un gran director de orquesta, lo cierto es que también tiene un lugar asegurado en la historia de la música y el teatro de su país gracias a sus indudables contribuciones en el campo de esa forma de arte escénico tan típicamente estadunidense que es el musical. A través de sus partituras para el teatro musical y para la danza, Bernstein estableció un estilo y una forma de pensar en música que habría de influir notablemente en su entorno. En estos campos vale la pena mencionar obras suyas como Fancy Free, On the town, Facsimile, Trouble in Tahiti, Wonderful town, Candide, Dybbuk, 1600 Pennsylvania Avenue y A quiet place. Si bien todas estas músicas escénicas de Bernstein valen la pena de ser escuchadas (de preferencia con su complemento teatral en vivo) por lo que reflejan de la evolución del compositor, lo cierto es que ninguna de sus partituras para el teatro musical ha tenido un éxito tan amplio y duradero como West Side Story.

No cabe duda que algunas de las muestras más contundentes de la estupidez humana provienen de quienes se dedican en nuestro país a traducir los títulos de las películas y obras de teatro que llegan del extranjero. El caso de la cinta West Side Story (Robert Wise, 1961) no fue la excepción: se le conoció en México como Amor sin barreras, título cursi, vago y complaciente que, evidentemente, puede aplicarse a otras 600 películas cuyo centro narrativo es una conflictiva relación de pareja. Antes de convertirse en un filme de merecido y universal éxito, West Side Story pasó brillantemente por Broadway como obra de teatro musical, en medio de circunstancias ciertamente azarosas.

El libretista Arthur Laurents había ideado un asunto al que iba a poner por título East Side Story, en el que la trama habría de desarrollarse entre una chica judía y un muchacho católico. Esta idea fue trabajada en un principio por Laurents, Leonard Bernstein y Stephen Sondheim, autor de las letras de las canciones. Pronto, sin embargo, el trío de creadores desechó el esquema original, se mudó al lado oeste de Nueva York y el conflicto fue asignado en cambio a puertorriqueños y americanos sajones. La historia misma no era más que una interesante actualización de la historia de los infortunados Romeo y Julieta, y en su tiempo la obra escandalizó a mucha gente por su violencia. Con sus nuevas características, West Side Story se estrenó en Broadway en la temporada 1957-1958 y resultó ser uno de los grandes éxitos de esa y muchas otras temporadas de teatro musical. En sus dos primeras series de representaciones, West Side Story alcanzó 980 funciones, y tanto la crítica como el público aclamaron no sólo la música de Bernstein y las canciones de Sondheim, sino también la coreografía de Jerome Robbins, que comunicó a la obra (y después a la película) una energía muy peculiar y contagiosa. A pesar del éxito de West Side Story, se impidió que la obra saliera de gira al extranjero porque algunas autoridades afirmaban que tal clase de conflictos raciales y violencia no eran materia de exportación. De ahí a los horrores de la guerra fría y el macartismo había un solo paso. Lo cierto es que al margen de esta prohibición la obra y la película alcanzaron gran fama, cabalmente merecida, y la suite sinfónica de Bernstein sobre su música original se convirtió en una de las piezas de concierto más populares en los Estados Unidos.

Respecto al asunto de la actualización de los afanes amorosos de Romeo Montesco y Julieta Capuleto, parece que alguien se lo tomó suficientemente en serio como para producir una grabación (con la Sinfónica de Atlanta) que incluye las danzas sinfónicas de West Side Story junto con el Romeo y Julieta de Chaikovski. Para los cinéfilos amantes de la trivia, va este dato: la voz de la actriz Natalie Wood en la película West Side Story fue doblada en los números musicales por la soprano Marni Nixon, quien hizo el mismo trabajo con la voz de Audrey Hepburn en la versión fílmica de Mi bella dama (George Cukor, 1964).

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