CONTRERAS, JUAN PABLO - Mariachitlán

Juan Pablo Contreras (1987)

Mariachitlán

Con motivo de una añeja nota de programa sobre los Sones de mariachi (1940) de Blas Galindo (1910-1983), escribí estas líneas, que ahora retomo como introducción para este nuevo son jalisciense de Juan Pablo Contreras:

De entrada, está la controversia sobre el nombre "mariachi", en la que dos bandos se disputan la razón. En esta esquina, los que afirman que mariachi es una corrupción del término francés* mariage*, usado porque los mariachis solían tocar con especial frecuencia en las bodas de pueblo. En la otra esquina, quienes dicen que mariachi es una síntesis del nombre María, abundantísimo en las letras de los sones de mariachi, y el sufijo náhuatl* chi*, que es como un diminutivo. Dejemos, pues, que los dos bandos diriman su controversia a balazos, en el más puro estilo del mariachi bronco, para explorar otros asuntos, entre los cuales está el hecho de que el mariachi es el conjunto musical típico de la urbe mexicana en lo que se refiere a la interpretación de sones. En su forma original, el mariachi estaba compuesto por dos violines, vihuela o guitarra de golpe, jarana y arpa. (Si alguien ha visto recientemente un mariachi con tal dotación, favor de avisar de inmediato, antes de que desaparezca por completo.) En pleno siglo XX, la dotación del mariachi cambió y se sustituyó el arpa por el guitarrón, y hacia los 1930s se añadieron las dos trompetas que hoy son indispensables en cualquier mariachi que se respete. (Hay pocas cosas más tristes que escuchar un mariachi moderno con una sola trompeta.) Fue por esos años que la música de mariachi se hizo muy popular en las ciudades, sobre todo gracias al cine, la radio y los discos. Este tipo de conjunto musical, hoy día tan popular, nació en la región del estado de Jalisco situada al sur de la ciudad de Guadalajara, y aún es posible encontrar mariachis con la dotación original mencionada en las costas del estado de Michoacán.

Tres cuartos de siglo después de los Sones de mariachi, surge en Jalisco Mariachitlán, de Juan Pablo Contreras, quien ha escrito estas líneas sobre esta obra suya:

Mariachitlán es un homenaje orquestal a Jalisco, la tierra del mariachi. La obra recrea la experiencia de visitar la Plaza de los Mariachis en Guadalajara, donde en cada esquina los mariachis entonan sus sones y se interrumpen unos a otros para atraer al público. En Mariachitlán, los diversos ritmos del mariachi como la canción ranchera en compás de 2/4 [chun-ta* chun-ta], el vals romántico en compás de 3/4 [chun-ta-ta] y el son zapateado en el que se alternan compases de 6/8 y 3/4, acompañan melodías originales inspiradas en los bellos paisajes de Jalisco. Los instrumentos típicos del género como la trompeta, el arpa y el violín son protagonistas en esta obra, mientras los contrabajos suenan como guitarrones y las cuerdas emulan los rasgueos de las vihuelas. Cerca del final de la obra, un policía toca su silbato queriendo acabar con la fiesta. Sin embargo, el público corea Mariachitlán*, aumentando gradualmente su intensidad, y es recompensado con más música alegre que lleva la obra a su final triunfal.

Con motivo de una ejecución de Mariachitlán, Mike Greeneberg escribió lo siguiente en Classical Voice America, que es el sitio web de la Asociación de Críticos Musicales de Norteamérica:

El plato fuerte del concierto fue el estreno americano de la obra Mariachitlán de Juan Pablo Contreras, un homenaje al mariachi con duración de 11 minutos. La obra tiene un gran dominio del color orquestal, con múltiples capas melódicas y un lenguaje deliciosamente estridente. Está llena de notas intencionalmente "incorrectas", metales que suenan a pura fiesta y hasta aparece el sonido de un silbato de policía que intenta parar el guateque sin conseguirlo.

Ya que Greenberg enfatiza la riqueza del color orquestal de la obra, vale mencionar que Mariachitlán está escrita para una orquesta grande que incluye piano, arpa y una nutrida sección de percusiones con más de una treintena de instrumentos.

Juan Pablo Contreras compuso Mariachitlán en 2016, y con esta obra obtuvo el Premio a la Composición Orquestal Jalisciense de ese año. La pieza fue estrenada el 9 de diciembre de 2016 en el Teatro Degollado de Guadalajara, que no sólo es la capital de Jalisco sino también la capital del mariachi, por la Orquesta Filarmónica de Jalisco, dirigida por Miguel Salmón del Real. En los dos años subsecuentes, Mariachitlán ha sido interpretada también en diversas sedes en Victoria (Texas), Los Ángeles, Guadalajara, Córdoba (Argentina), Oaxaca, Culiacán y Boca del Río. La partitura de la obra está dedicada a los padres del compositor.

Recientemente apareció un CD monográfico que contiene Mariachitlán, El laberinto de la soledad y el Concierto para piano Pirámide del sol de Juan Pablo Contreras.

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