STRAVINKSI, IGOR - *Dumbarton Oaks*, concierto para orquesta de cámara

Igor Stravinski (1882-1971)

Dumbarton Oaks, concierto para orquesta de cámara

Tempo giusto
Allegretto
Con moto

Los datos fundamentales para entender cabalmente el título y la intención de este divertido mini-concierto de Stravinski son proporcionados por el propio compositor en este breve texto:

Mi Concierto en mi bemol lleva el subtítulo de* Dumbarton Oaks en honor a la propiedad de ese nombre en Washington, D.C., perteneciente a Robert Woods Bliss, quien me encargó la música y patrocinó su estreno ahí mismo, en 1938. El Concierto fue iniciado casi inmediatamente a mi regreso de Europa después de Juego de cartas*, en la primavera de 1937. Yo me había mudado de París para el verano y me había instalado en Annemasse, en la Alta Saboya, para estar cerca de mi hija Mika quien, mortalmente enferma de tuberculosis, estaba recluida en un sanatorio de esa localidad. Annemasse está cerca de Ginebra, así que Ernest Ansermet era mi vecino, así como un cercano y fiel amigo en esta, quizá la época más difícil de mi vida. Durante la composición del Concierto, yo tocaba Bach con frecuencia, y me atrajeron con fuerza los Conciertos de Brandenburgo. Sin embargo, no sé si el primer tema de mi primer movimiento es una cita consciente del tercero de los Brandenburgos.

Respecto a Dumbarton Oaks y la otra obra mencionada aquí por Stravinski, el ballet Juego de cartas, el crítico Eric Walter White ha dicho lo siguiente:

Juego de cartas (1936) es una partitura de ballet brillante e inventiva, pero sin las poderosas resonancias de Apolo y sus predecesores, y el Concierto Dumbarton Oaks*, aunque es ingenioso y efectivo en su evocación del estilo de los Brandenburgo de Bach, sigue siendo una obra menor.

En la designación completa de esta breve y atractiva obra de Stravinski se perciben con claridad las intenciones del compositor: Concierto en mi bemol para orquesta de cámara. Por una parte, Stravinski propone aquí una variante muy personal de la idea de un concierto colectivo, de participación múltiple y democrática, en el que todos los miembros del ensamble tienen una importancia equivalente. En este sentido, hay momentos de la obra en que Stravinski parece aludir tangencialmente al concerto grosso barroco. Por la otra, al establecer una tonalidad específica, el compositor ruso está declarando abiertamente su intención de mantener un centro armónico coherente y, al mismo tiempo, renunciar a las aventuras atonales o seriales que caracterizan a algunas de sus partituras.

El primer movimiento del concierto se mueve, como su designación de Tempo giusto lo indica, con una gran precisión métrica y un pulso que, aunque es invariable, permite algunos momentos de flexibilidad gracias a la sabia escritura de Stravinski. Se percibe aquí un sonido camerístico inconfundiblemente stravinskiano, con la inteligente combinación de cuerdas y alientos, así como algunos choques armónicos típicos de esta época de la producción de Stravinski, que sin embargo no cancelan la idea de una tonalidad básica. El segundo movimiento de Dumbarton Oaks es un Allegretto caracterizado, también, por un movimiento insistente, aunque no tan estricto como el del primer movimiento. Aquí está el humor sarcástico de Stravinski en una de sus vertientes más refinadas; buena prueba de ello es que al final del Allegretto, el autor propone un episodio lento, casi arrastrado, marcado por una especie de patetismo humorístico. Para el movimiento final de la obra el compositor propone otra pieza de énfasis rítmico marcado, con un mayor empleo de la síncopa y los acentos desplazados, así como algunos momentos armónicos relativamente ásperos. Un atractivo accelerando conduce a un mini-clímax y, de inmediato, Stravinski propone un episodio de un sentimentalismo irónico y mordaz. Algunas sonoridades de este movimiento (así como algunos momentos de los otros dos) remiten al oyente a otra importante partitura de cámara de Stravinski, Historia del soldado (1918). Hacia el final, el impulso rítmico se hace insistente, casi mecánico, y la obra concluye con otro sarcástico guiño musical.

Algunas conclusiones anecdóticas sobre este concierto de cámara y su contexto:

  1. La esposa de Robert Woods Bliss obtuvo para Stravinski el encargo de una sinfonía para la celebración de los 50 años de la Orquesta Sinfónica de Chicago en la temporada 1940-1941. De ese encargo surgió la Sinfonía en do.

  2. Mika (Ludmila era su verdadero nombre), la hija enferma de Stravinski, murió de tuberculosis en 1938.

  3. En el mundo de la política, se recuerda a la propiedad de los señores Bliss como la sede de la famosa Conferencia de Dumbarton Oaks, realizada en 1944. En ella, representantes diplomáticos de los Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y China se reunieron para planear una nueva organización internacional de seguridad para la posguerra, como sucesora de la Liga de las Naciones. De los trabajos de Dumbarton Oaks surgieron, en la Conferencia de San Francisco (1945), las bases estatutarias de la Organización de Naciones Unidas.

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