REVUELTAS, SILVESTRE - *El renacuajo paseador*

Silvestre Revueltas (1899-1940)

El renacuajo paseador

No deja de ser ciertamente fascinante el hecho de que Silvestre Revueltas, habiendo dejado a la posteridad un catálogo tan breve, haya producido una huella tan profunda, imborrable, en el alma musical de México. Menos de cuarenta obras y media docena de partituras cinematográficas conforman la producción de Revueltas, sin duda la personalidad musical más poderosa y original surgida en el ámbito musical mexicano. Entre estas obras, algunas han adquirido un sólido prestigio internacional; tal es el caso de Redes (1935), Sensemayá (1938), La noche de los mayas (1939) y sus cuatro cuartetos de cuerda, compuestos entre 1930 y 1932. Muchas de sus partituras, por otra parte, permanecen prácticamente desconocidas, aún en México, lo cual indica que aún hay mucho por hacer en favor de la difusión de la música de Revueltas.

El catálogo de Revueltas es, sin duda, un fiel reflejo de su temperamento. Creador de inspiración telúrica y profundamente individual, prestó poca atención a las estructuras tradicionales de la música, y prefirió trazar sus propios itinerarios en cuanto a las formas y los géneros que abordó. Por razones análogas, es difícil imaginar a Silvestre Revueltas preocupado por componer música para la escena (¿es posible imaginar una ópera de Revueltas?) y sin embargo hay en su catálogo dos obras concebidas específicamente para la danza: el ballet infantil El renacuajo paseador (1935) y el ballet La Coronela (1940) que quedó inconcluso a su muerte y que fue terminado por Blas Galindo y orquestado por Candelario Huízar.

El hijo de Rana
Rin Rin Renacuajo
Salió esta mañana
Muy tieso y muy majo
Con pantalón corto
Corbata a la moda
Sombrero de copa
Y chupa de boda

En la brevísima partitura de El renacuajo paseador (creada sobre un texto de Rafael Pombo adaptado por Roberto Lago) Revueltas da muestra de su habilidad en el manejo de los instrumentos y de su incomparable sentido del humor, que se expresa con especial claridad en el final de esta pieza que en su trayecto narra las peripecias del renacuajo paseador, Doña Rana, un ratón vecino, diversos ratones invitados y los indispensables gatos. La materia sonora de esta música es penetrante, áspera, aguda, llena de exclamaciones a cargo de instrumentos individuales y rica en acentos desplazados. Los glissandi del trombón, el ágil jugueteo del flautín, el eco del mariachi en la trompeta, los sonidos populares del violín, dan forma a una partitura que no pudo ser compuesta más que por Revueltas, y que en algunos momentos refleja con claridad gestos musicales de otras de sus obras. Es probable que la partitura de El renacuajo paseador haya sido concebida para ser representada con títeres por una compañía de teatro guiñol fundada en 1932 por un grupo de artistas y apoyada al año siguiente por el Departamento de Bellas Artes. La obra existe en dos versiones, la primera de 1933 y la segunda de 1936. La partitura de la primera versión está dedicada a dos de las hijas de Revueltas, Carmen y Natalia, mientras que la segunda lleva dedicatoria a sus cuatro hijas, Carmen, Natalia, Alejandra y Eugenia. Además de los cambios estructurales y de continuidad, Revueltas modificó levemente la orquestación entre una versión y otra. Mientras la primera contempla una dotación de piccolo, clarinete piccolo, clarinete, dos trompetas, trombón, percusión, dos violines primeros, dos violines segundos y contrabajo, la segunda versión es para piccolo, clarinete piccolo, clarinete, dos trompetas, trombón, tuba, percusión, cuatro violines primeros, cuatro violines segundos y dos contrabajos. La continuidad narrativa de la versión final de la obra (que se toca sin interrupción) es como sigue:

Introducción
Danza de Rin Rin Renacuajo y escena con Mamá Ranita
Pequeño interludio -- Escena de Doña Ratona
Danza de Ratoncito
Danza general
Escena de los gatos y pequeño interludio
Danza del pavor y huída de Renacuajo
Escena del Pato Tragón
Escena epílogo de Mamá Ranita
Final de la orquesta

El estreno del ballet El renacuajo paseador estuvo a cargo de las bailarinas del grupo La paloma azul, fundado en México en 1939 por Anna Sokolow con el apoyo de notables compositores, escritores y artistas plásticos de México, entre los que se hallaba Silvestre Revueltas. Este grupo fue notable no sólo por el prestigio de quienes colaboraron con él, sino también por haber sido la piedra angular de la danza moderna en México. La coreografía de El renacuajo paseador, compuesta por Anna Sokolow, narra un sencillo cuento infantil a partir de un puñado de personajes muy bien caracterizados. El vestuario y los decorados para el estreno del ballet fueron realizados por Carlos Mérida, y las máscaras estuvieron a cargo de Federico Canessi. El papel titular de El renacuajo paseador fue bailado por Alba Estela Garfias la noche del estreno, noche que representó una triste ironía que sin duda hubiera sido muy celebrada por Revueltas: la fecha fue el 5 de octubre de 1940, y mientras se bailaba por primera vez su ballet, Silvestre Revueltas moría prematuramente, en circunstancias sórdidas y terribles. Poco después, el 13 de diciembre de ese mismo año, se realizó una nueva representación de El renacuajo paseador, a cargo de los mismos intérpretes del estreno, como un homenaje a la memoria del compositor recientemente fallecido. Si bien no se tiene noticia cierta de los intérpretes musicales del estreno de octubre y la repetición de diciembre, el trabajo de investigación realizado por el musicólogo Roberto Kolb apunta a la probabilidad de que se haya tratado de miembros de la Orquesta del Conservatorio, bajo la dirección de Jesús Reyes.

Consulta todas las actividades que la Ciudad de México tiene para ti