CHÁVEZ, CARLOS - Sinfonía No. 4, Romántica

Carlos Chávez (1899-1978)

Sinfonía No. 4, Romántica

Allegro
Molto lento
Vivo non troppo mosso

Sinfonía No. 4, Romántica

Allegro Molto lento Vivo non troppo mosso

Es un hecho que a lo largo de la historia de la música, a muchos compositores les ha sido adjudicado el calificativo de románticos muy a pesar suyo. Otros, en cambio, han aplicado este término a algunas de sus obras, voluntariamente, en un afán de permitir que el público oyente se pueda aproximar a una cierta intención de estilo implícita en la obra en cuestión. Así, en una especie de triple coincidencia sinfónico-estilística, resulta que existen al menos tres sinfonías que llevan el sobrenombre o subtítulo de Romántica. Cronológicamente, la primera de ellas, y las más conocida y difundida, es la Cuarta sinfonía del compositor austriaco Anton Bruckner (1824-1896), obra llena de asociaciones bucólicas, llamadas de cornos, escenas de cacería y paisajes rústicos. La segunda de las sinfonías designadas como románticas es la Sinfonía No. 2 del compositor estadunidense Howard Hanson (1896-1981), escrita en el año de 1930. Finalmente, está el hecho de que el compositor mexicano Carlos Chávez puso este mismo subtítulo a la cuarta de sus seis sinfonías, una obra que le fue encargada en 1951 por la Orquesta de Louisville, del Estado de Kentucky en los Estados Unidos. Vale la pena abrir aquí un breve paréntesis para afirmar que, a pesar de ser una orquesta regional y de importancia relativamente menor, la Orquesta de Louisville ha realizado una muy importante labor de difusión en el ámbito de la música de nuestro tiempo, encargando numerosas obras, estrenando muchas otras y, lo que es más importante, grabándolas en disco, de modo que la herencia de esta labor, realizada sobre todo con un buen número de primeras grabaciones mundiales, queda ahí para las generaciones futuras. La parte más sustancial de esta labor ha sido realizada por la Orquesta de Louisville bajo las batutas de Robert Whitney y Jorge Mester.

Carlos Chávez comenzó a trabajar en su Cuarta sinfonía en diciembre de 1952, y la terminó en enero del año siguiente, quedando listo su estreno para febrero de 1953. La misma Orquesta de Louisville le pidió al compositor que escribiera algunos comentarios a su nueva sinfonía, para las notas de programa del estreno. Con ese motivo, Chávez envió un texto al que pertenecen estas líneas:

Como he estado trabajando concentradamente en la sinfonía que me encargó la Orquesta de Louisville, me he resistido a distraer algún tiempo para cualquier otra cosa. Por otra parte, pienso que lo mejor que puede uno hacer con la música es oírla. Sin embargo, como usted no puede tener ninguna otra fuente de información, me he puesto a escribir estas líneas que son breves reflexiones respecto a mi nueva sinfonía. En realidad, uno nunca sabe bien cómo está hecha la música. La cosa de los temas mismos, o del equilibro de las tonalidades, son cosas superficiales. Lo que cuenta es la cohesión que todos estos diversos elementos puedan alcanzar, y la lógica y la proporción de los temas que forman la composición.

En ese mismo texto, Chávez describía cada uno de los tres movimientos de su Cuarta sinfonía, descripción que pronto quedaría parcialmente, obsoleta. Resulta que después de estreno de la obra, Chávez se sintió insatisfecho con el tercer movimiento de la Cuarta sinfonía, de modo que lo descartó, y en octubre de 1953 escribió otro, que es el que está actualmente incorporado como final de la pieza. Por otra parte, aquel tercer movimiento original quedó en el catálogo de Chávez como una obra independiente titulada Baile, cuadro sinfónico, lo que demuestra que si bien Chávez no lo consideraba digno de coronar su Cuarta sinfonía, sí lo consideraba digno de permanecer en su catálogo.

En el inicio de la Cuarta sinfonía de Carlos Chávez hay, entre otras cosas, importantes materiales temáticos encomendados al corno inglés, a la trompeta y al trombón. Más adelante, una breve sección en la que el xilófono acentúa el trabajo de los alientos es como una reminiscencia de la Segunda sinfonía de Chávez, la conocida Sinfonía india. Después las maracas, junto con el xilófono, son un recordatorio de la importancia de la percusión en el pensamiento musical de Chávez. Es posible hallar también un interesante episodio en el que el coro de maderas es sustentados por los metales y más tarde por la cuerdas, en la que sin duda es la sección más abiertamente nacionalista de la obra, y que guarda puntos de contacto con el sonido típico de la música orquestal de Silvestre Revueltas (1899-1940). Este episodio reaparece más tarde, como preámbulo al sólido final de la obra, que ha sido descrito por Roberto García Morillo como "un final realmente tumultuoso, como de animadísima fiesta popular".

La instrumentación que Chávez pide para su cuarta sinfonía, Romántica, incluye piccolo, tres flautas, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, dos fagotes, contrafagot, cuatro cornos, dos trompetas, dos trombones, tuba, címbalo, tarola, tambor tenor, bombo, claves, maracas, xilófono, glockenspiel, timbales y cuerdas.

La Sinfonía Romántica de Carlos Chávez fue estrenada el 11 de febrero de 1953, con el tercer movimiento original, en el Auditorio Columbia de la ciudad de Louisville, con la Orquesta de Louisville dirigida por el compositor.

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