Sinfonía en tres movimientos
Primer movimiento
Segundo movimiento
Tercer movimiento
Se han publicado a lo largo del tiempo varios volúmenes musicológicos dedicados a la exploración de la sinfonía como una de las formas fundamentales de la expresión musical en el mundo occidental. En esos volúmenes es posible encontrar, naturalmente, el análisis de la producción sinfónica de Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Bruckner, Brahms, Mahler, Schumann, Dvorák, Chaikovski, Sibelius, Shostakovich y otros compositores considerados como sinfonistas de importancia. En esos mismo textos aparecen también los nombres y las obras de músicos como Franck, Roussel, Schmidt, Bax, Holmboe, Rubbra y otros de similar calibre, que ciertamente son menos conocidos y menos importantes que Igor Stravinski. Sin embargo, prácticamente ningún estudio analítico de la sinfonía incluye en sus páginas al gran compositor ruso nativo de Oranienbaum, lo cual puede deberse quizá al hecho de que Stravinski no utilizó el término sinfonía para designar una obra orquestal compuesta bajo el más o menos rígido modelo germánico de la forma. En cambio, Stravinski compuso varias obras designadas como sinfonías en las que exploró caminos diversos, por lo general muy personales y apartados de la tradición sinfónica convencional. Así, es posible hallar en el catálogo de Stravinski un buen número de sinfonías, que sin embargo nada tienen que ver con el mundo sonoro, expresivo y estructural de Haydn, ni con el de Shostakovich.
- Sinfonía en mi bemol mayor, Op 1 (1905-1907)
- Sinfonías de instrumentos de aliento (1920)
- Sinfonía en do mayor (1938-1940)
- Sinfonía en tres movimientos (1942-1945)
- Sinfonía de salmos (1930)
La revisión de las obras arriba enumeradas deja bien claro que para Stravinski el concepto de sinfonía estaba ciertamente lejano del modelo utilizado por sus ilustres predecesores. Acaso la primera de las obras citadas se apegue relativamente a la forma tradicional, pero nada más.
Stravinski inició la composición de la Sinfonía en tres movimientos después de escribir la Polka de circo; los primeros bosquejos de la obra datan de abril de 1942. Es interesante saber que en un principio el compositor concibió el movimiento inicial de la sinfonía como un concierto para piano, idea que descartó con el paso del tiempo. A medida que Stravinski avanzó en la composición de la obra (que habría de ocuparlo durante cerca de tres años) fue incluyendo en ella algunas sonoridades orquestales novedosas y un toque de jazz sabiamente dosificado a lo largo de la partitura. También es significativo el hecho de que Stravinski puso el título a la sinfonía hasta después de que la obra estuvo terminada, lo que reafirma la idea de que el pensamiento sinfónico del compositor, si así se puede llamar, nunca transitó por los cauces históricos normales. Después de terminar el primer movimiento de la sinfonía, Stravinski interrumpió el trabajo para componer Four Norwegian moods, y a partir de entonces laboró intermitentemente en la partitura, completando el segundo movimiento en marzo de 1943 y el tercero en agosto de 1945.
Así como el primer movimiento de la sinfonía fue pensado originalmente como un concierto para piano (instrumento que tiene una parte importante en la versión final de la partitura), el segundo movimiento tuvo un origen diverso. Cuando el compositor abordó su creación, ya estaba instalado en los Estados Unidos, específicamente en Hollywood, y tenía como vecino a Franz Werfel, escritor alemán al que se recuerda como el hombre que se casó con la viuda de Gustav Mahler (1860-1911). En cierta ocasión, Werfel le sugirió a Stravinski que intentara componer la música para la película La canción de Bernadette, basada en una de sus novelas. El compositor aceptó la propuesta de Werfel y se puso a escribir música. Sin embargo, al final los productores decidieron utilizar en la película una partitura más romántica, escrita por Alfred Newman. Así, el material musical que Stravinski había trabajado para el filme se convirtió en el segundo movimiento de la sinfonía. Si el piano es importante en el primer movimiento de la obra, el arpa es protagonista del segundo, y en el tercer movimiento Stravinski realiza una interesante síntesis del trabajo de ambos instrumentos. Por otra parte, si en un principio el compositor afirmó que la Sinfonía en tres movimientos era música pura, más tarde reconoció la influencia cinematográfica en la obra. Además de lo ya dicho sobre el segundo movimiento, Stravinski afirmó en 1963 que el primer movimiento de la sinfonía le había sido inspirado por un documental sobre China, y el tercero por las imágenes fílmicas de los soldados alemanes marchando a paso de ganso.
La Sinfonía en tres movimientos de Igor Stravinski, surgida de un encargo de la Filarmónica de Nueva York, fue estrenada por esta orquesta el 24 de enero de 1946, bajo la dirección del compositor. Un par de años antes se había estrenado en los Estados Unidos La canción de Bernadette, película dirigida por Henry King que resultó en su tiempo un éxito de público y de crítica, al grado de obtener cuatro Oscares de la Academia. Uno de ellos fue para la música original de Alfred Newman.