QUINTANAR, HÉCTOR - Pequeña obertura

Héctor Quintanar (1936-2013)

Pequeña obertura

A la labor fundamental de Héctor Quintanar como compositor se añadieron otras labores que, por complementarias a ésta, no fueron menos importantes. Acaso destaca el dato, por ser consignado con escasa frecuencia, de que Quintanar tuvo una época fructífera como instrumentista, tocando el corno durante ocho años en la Banda de Música del Estado Mayor. Al paso del tiempo, la carrera de Héctor Quintanar en el campo de la interpretación se concentró de manera fundamental en la dirección de orquesta. Otra vertiente importante del trabajo musical de Quintanar se encuentra en la vinculación cercana que tuvo con una de las más importantes instituciones académicas de su tiempo: el Taller de Composición fundado y dirigido por Carlos Chávez. Entre 1960 y 1964, fue alumno de Chávez en el taller y, a la vez, su principal asistente. Cuando Chávez dejó la dirección del taller en 1964, Quintanar lo sucedió en ese puesto, y desde ahí propició la preparación profesional de numerosos compositores mexicanos para quienes el taller fue una plataforma importante en su desarrollo musical. Por otro lado, el compositor fue uno de los principales impulsores del trabajo y la investigación en el entonces incipiente campo de la música electrónica en México. En su libro Introducción a la música mexicana del siglo XX, el musicólogo Dan Malmström pone el necesario énfasis en esta faceta de la trayectoria de Quintanar. Dice Malmström:

Héctor Quintanar también ha experimentado con el sonido. Galaxias (1968) es un ejemplo de cómo se ha valido de los instrumentos tradicionales de una manera menos tradicional. Sin embargo, la importancia de Quintanar en el desarrollo de la música en México se halla principalmente en el campo de la música electrónica, donde se le puede considerar como el primer pionero.

Páginas adelante, en el mismo libro, Malmström hace algunas precisiones sobre esta labor pionera de Quintanar, al referirse al primer laboratorio/estudio de música electrónica habilitado en México, con estas palabras:

Héctor Quintanar, director del estudio, pasó algún tiempo en el Centro de Música Electrónica de la Universidad de Columbia en 1964, y fue a París en 1967, donde estudió música concreta con Jean-Etienne Marie. Durante estas visitas, Quintanar cobró mucha experiencia, realmente necesaria al planear el estudio para el Conservatorio de la Ciudad de México. En realidad, la idea de un estudio electrónico ya se le había ocurrido a Quintanar, al menos desde su visita a París.

Si bien estos textos reafirman la importancia de Quintanar en el ámbito de la creación y promoción de la música electroacústica en México, no indican un predominio de este tipo de música en su catálogo. Por el contrario, lo electrónico y lo acústico están más que equilibrados en su producción.

La Pequeña obertura (1979) de Quintanar tiene un título hasta cierto punto engañoso, ya que invita a pensar en una pieza ligera y sencilla. Por el contrario, se trata de una obra seria, sólida y de sonoridades intensas. Se inicia con una introducción potente a modo de fanfarria, al final de la cual los metales se funden sin pausa con las demás secciones de la orquesta. La siguiente sección de la obra, igualmente dramática y expresiva, tiene como uno de sus hitos destacados el uso de las campanas. En adelante, Quintanar procede por momentos en el espíritu de un pequeño concierto para orquesta, debido al trabajo individualizado que da a ciertas secciones e instrumentos. En medio de todo ello, la cualidad principal de la Pequeña obertura es una tensión sonora continua, que nunca se distiende, y que se caracteriza por diversos hallazgos de color orquestal. En el final, igualmente contundente que el resto de la pieza, la orquesta desaparece de repente para dejar sonando, de manera breve y fugaz, un acorde en las cuerdas.

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