Orion Weiss toca Chaikovski
Esta página documenta un concierto pasado.
Información: ¡Concierto precedido por música de cámara en el LOBBY!
Solista y músicos de la OFCM tocan una obra música de cámara antes del concierto. Disfruta nuestro programa de preconciertos.
Sábado, 3 de febrero, 17:00 horas
Sala Silvestre Revueltas CCOY
Domingo, 4 de febrero, 11:30 horas
Sala Silvestre Revueltas CCOY
ORION WEISS, piano
SAUL WASKOW, flauta
MARCIA YOUNT, oboe
JACOB DEVRIES, clarinete
ROCÍO YLLESCAS JACOBO, fagot
MARIO JOEL DURÁN, corno
FRANCIS POULENC - Sexteto, FP 100
Sábado, 3 de febrero, 18:00 horas
Sala Silvestre Revueltas CCOY
Domingo, 4 de febrero, 12:30 horas
Sala Silvestre Revueltas CCOY
SCOTT YOO, director
ORION WEISS piano
Michael Fine (1950) Obertura En la puerta (At the gate, Overture)
Obertura En la puerta (At the gate, Overture)
Si usted tiene entre sus planes próximos visitar Seúl, por favor anote esta dirección en su libreta de itinerarios: 99 Sejong-daero, Jung-gu, Seúl. Estas coordenadas marcan un sitio muy especial de la capital de Corea del Sur: un antiguo (y hermoso) palacio, situado a unos pasos de la intersección más bulliciosa de la moderna ciudad, y rodeado por numerosos edificios contemporáneos. Se trata del Palacio Deoksugung, un importante hito histórico y turístico de Corea.
La historia del palacio se remonta al siglo XV, cuando perteneció a un miembro de la dinastía Joseon, que por entonces reinaba en Corea. Durante los siglos siguientes, el palacio cambió de propietarios y de inquilinos numerosas veces, y no fue designado como Palacio Deoksugung sino hasta el año 1907. En sus épocas de esplendor, Deoksugung era un complejo residencial vasto, formado por numerosos edificios; lo que queda hoy en pie representa solo un fragmento de su pasada gloria. Cualquier guía turística digna de respeto le informará a usted, peripatético turista, que el primer atractivo del Palacio Deoksugung es su magnífica puerta, conocida tradicionalmente como la Puerta Daehanmun. Esta es precisamente la puerta ante la cual el compositor Michael Fine imaginó y concibió su obertura de concierto titulada originalmente At the gate, expresión que puede traducirse indistintamente como A la puerta, En la puerta o, mejor aún, Ante la puerta.
Ahora bien: referirse a Michael Fine como compositor ofrece una idea incompleta de su perfil profesional. Su preparación académica está cimentada principalmente en sus estudios de literatura inglesa; cómo fue que estos estudios lo llevaron a convertirse en uno de los productores discográficos más notables de nuestro tiempo es una historia sin duda compleja. A lo largo de una carrera larga y fructífera, Michael Fine ha sido vicepresidente de artistas y repertorio del prestigiado sello Deutsche Grammophon, así como fundador del sello Koch International Classics, al que llevó a un alto nivel de calidad. Entre los reconocimientos a los que Fine se ha hecho acreedor destaca sobre todo el Premio Grammy que obtuvo en 1992 como Mejor Productor Clásico. Ha estado asociado profesionalmente con la Filarmónica de Radio Francia y la Filarmónica de Seúl, y entre los artistas clásicos para los que ha sido productor destacan Cecilia Bartoli, Andrea Bocelli, Bryn Terfel, Myung-Whun Chung, Anne-Sophie Mutter, Sir John Eliot Gardiner, Valery Gergiev, Daniel Harding, Eliahu Inbal, Emmanuel Pahud, Sumi Jo, la Filarmónica Checa, la Filarmónica de Viena, la Sinfónica de Londres, el Cuarteto Ebene, etc. Muchos de los discos que ha producido han recibido importantes premios, como el Edison, el ECHO, el Grammophone, el Diapasón de Oro y varios otros.
¿Y la puerta coreana? Michael Fine lo narra con estas palabras:
Vi por primera vez el palacio en 1994 durante mi primera visita a Seúl, donde había sido contratado para grabar a la Orquesta Sinfónica KBS (Korean Broadcasting System). Encontrar la Corea antigua, no-occidentalizada, no es fácil para un turista, y aunque el Palacio Deoksugung es un sitio turístico, aún tiene el ambiente de una Corea que nunca conocí, y que nunca conoceré. Corea está muy cercana a mi corazón. Cuando el Maestro Chung fue nombrado Director Artístico de la Filarmónica de Seúl, me pidió ser su Consejero Artístico. Tuve ese puesto por diez maravillosos años. También he tocado como clarinetista en varias orquestas coreanas, y como músico de cámara.
Como referencia más precisa a su obertura At the gate, Michael Fine afirma que se trata de una composición espontánea, surgida de su impresión al estar ante la puerta del palacio, y que es posible hallar en ella una narrativa dramática, surgida quizá de su afición a los dramas coreanos. Además, Fine reconoce que en la obertura es posible encontrar claras influencias asiáticas en lo que se refiere a ciertas sonoridades orquestales. De nuevo, las palabras del compositor/productor/clarinetista/viajero:
Esta obertura orquestal no tiene nada que ver con los aeropuertos, aunque mis amigos pudieran suponerlo debido a la naturaleza peripatética de mi trabajo, sino con la hermosa puerta del Palacio Deoksugung en Seúl. Aunque está rodeada de edificios modernos, la puerta se abre hacia los gráciles y elegantes espacios del palacio, llevando al visitante a una Corea anterior a la influencia occidental. La obertura refleja ambos mundos, pero termina en el pasado distante, o al menos de la manera en que imagino que pudo haber sido.
La obertura En la puerta de Michael Fine recibe su estreno absoluto el 3 de febrero de 2018 con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México dirigida por Scott Yoo.
Un dato final: Deoksugung significa "el palacio de la longevidad virtuosa".
Piotr Ilyich Chaikovski (1840-1893) Concierto No. 1 para piano y orquesta en si bemol menor, Op. 23
Concierto No. 1 para piano y orquesta en si bemol menor, Op. 23
Hace algunos años, Nicolás Slonimsky editó un interesante libro al que puso por título Léxico de la inventiva musical. En él, Slonimsky recopila una larga serie de críticas hechas a los compositores y a sus obras a través de los tiempos, críticas siempre violentas y llenas de veneno. Resulta que la recopilación abarca desde la época de Beethoven hasta el siglo XX, lo cual no deja de ser interesante, ya que parecería indicar que la crítica musical es un deporte instituido a partir del período romántico. Lo cierto es que en esta recopilación hay innumerables muestras de asaltos críticos en contra de obras que con el paso del tiempo se han convertido en piezas fundamentales del repertorio, lo cual indica que con mucha frecuencia los críticos musicales andamos muy despistados.
En fin, el hecho es que en la recopilación de Slonimsky hay varias reseñas críticas dedicadas al primero de los conciertos para piano de Chaikovski, obra cuya popularidad actual está más allá de toda duda. Algunas de esas críticas demuestran lo difícil que fue para Chaikovski lograr una buena primera impresión con esta obra suya. Una de esas críticas fue escrita con motivo del estreno mundial de la obra, realizado en Boston, en octubre de 1875, y apareció en una publicación bostoniana especializada en música:
Este extraño, salvaje, ultra-moderno y extremadamente difícil concierto ruso es una composición de Peter Chaikovski, un joven profesor del Conservatorio de Moscú. Tuvimos el violento y fogoso ímpetu cosaco sin interrupción, todo muy brillante y emocionante. Pero, ¿llegaremos algún día a amar tal música?
Como en tantos otros casos, el tiempo ha dado la respuesta correcta a la pregunta retórica: el público y muchos pianistas aman de verdad este primer concierto de Chaikovski, a pesar de los críticos. La historia de la creación del concierto es bien conocida y está muy bien documentada. En enero de 1875 Chaikovski tocó la recién terminada obra para su amigo y colega Nicolás Rubinstein. Al principio, Rubinstein guardó silencio ante la partitura de Chaikovski, pero al final de la audición volcó sobre el compositor una verdadera avalancha de improperios y comentarios sarcásticos, diciéndole básicamente que el concierto era imposible de tocar, vulgar, poco original, torpe y mil cosas más por el estilo. Poco después, Chaikovski describió esta experiencia en una carta a su amiga y protectora, Nadezhda von Meck, carta en la que es evidente que la crítica de Rubinstein lo había ofendido profundamente. El resultado fue que Chaikovski borró la dedicatoria original del concierto a nombre de Rubinstein y lo dedicó en cambio al famoso pianista y director de orquesta Hans von Bülow, a quien el compositor no conocía personalmente, pero apreciaba porque se dedicaba a tocar su música por toda Europa. En total contraste con la actitud de Rubinstein, Von Bülow se emocionó al recibir la partitura, y escribió a Chaikovski una carta colmándolo de felicitaciones por la obra. El 25 de octubre de 1875 Von Bülow estrenó el Primer concierto para piano de Chaikovski en la ciudad de Boston, y el público y la mayor parte de la crítica lo recibieron con tumultuosas muestras de aprobación. Ello no impidió, sin embargo, que en su propia patria Chaikovski fuera blanco de algunas críticas tan violentas como la que le había dedicado Rubinstein. El 13 de noviembre de ese mismo año de 1875, Nikolai Soloviev escribió una nota en un diario de San Petersburgo, diciendo que el Primer concierto de Chaikovski, como el primer hot-cake que uno cocina, era un fracaso.
Sin embargo, el éxito del estreno en Boston fue suficiente para elevar el ánimo de Chaikovski. Desde América, Von Bülow le envió un cable para informarle del éxito de la obra, y Chaikovski gastó el poco dinero que tenía en contestarle el cable. Desde ese primer momento, la obra se convirtió por derecho propio en uno de los dos o tres conciertos más populares de todo el repertorio. No cabe duda que buena parte de esa gran popularidad se debe fundamentalmente a la introducción del primer movimiento, poderosa, enérgica e inolvidable como pocas, y que, curiosamente, está hecha de material musical que no vuelve a aparecer en el transcurso de la obra.
Años después, Nicolás Rubinstein se retractó de su virulento ataque en contra del concierto y se dedicó a tocarlo en diversas salas. Por su parte, Chaikovski realizó algunos cambios a la partitura original para darle su forma final y, al parecer, todo mundo quedó contento. Tan contentos quedaron algunos, que no vacilaron, ya entrado el siglo XX, en convertir el hermoso primer tema del concierto en una canción popular con versos en inglés que dicen, más o menos: "Esta noche nos amaremos mientras la luna brilla en luz de ensueño." El original en inglés dice así: Tonight we love, while the moon beams down in dreamlight, tonight. y en efecto, este verso se puede cantar muy bien con la melodía inicial del Primer concierto para piano de Chaikovski, lo cual sólo demuestra cuán bajo suelen caer los mercaderes musicales cuando se trata de hacer un poco (o un mucho) de dinero extra asesinando impunemente la música ajena. Otra versión de la canción empieza así: Tonight we love while the moon is shining bright in the sky. (Si usted, lector, es admirador de este concierto, intente cantar cualquiera de los textos arriba citados con su primer tema. No se avergüence; lo puede hacer en la privacidad de su regadera. El resultado es interesante, aunque un tanto cursi).
Allegro non troppo e molto maestoso. Allegro con spirito
Andantino semplice. Prestissimo. Tempo I
Allegro con fuoco
Modesto Mussorgski (1839-1881) Cuadros de una exposición (Orquestación de Maurice Ravel)
Cuadros de una exposición (Orquestación de Maurice Ravel)
Promenade
Gnomos
Promenade
El viejo castillo
Promenade
Las Tullerías
Bydlo
Promenade
Ballet de los pollitos en sus cascarones
Samuel Goldenberg y Schmuyle
El mercado de Limoges
Catacumbas: Cum mortuis in lingua morta
La cabaña con patas de gallina
La gran puerta de Kiev
No deja de ser interesante el hecho de que algunas de las obras más populares de la música de concierto se hayan hecho famosas en versiones distintas a las originales, es decir, en una concepción acústica diferente a la ideada en primera instancia por su compositor. Quizá el caso más representativo de este hecho sea precisamente la suite sinfónica Cuadros de una exposición, que Modesto Mussorgski escribió originalmente para piano y que hoy conocemos primordialmente en la brillante transcripción orquestal realizada en 1922 por Maurice Ravel (1875-1937), gracias a un encargo de Serge Koussevitzky. Por cierto: ¿cuántos melómanos conocen la versión original para piano de esta obra? No muchos, a juzgar por los catálogos discográficos. De la lista de más de cuarenta grabaciones disponibles de estos Cuadros de una exposición solamente seis corresponden a la versión original. Más aún: es probable que la mayoría de los melómanos que aman esta obra de Mussorgski-Ravel ignoren que existen otros arreglos sobre el original, algunos de ellos desconocidos, otros bastante populares, quizá por las razones equivocadas. Entre estos otros arreglos pueden mencionarse las versiones orquestales de Leopold Stokowski, Vladimir Ashkenazy, Sergei Gorchakov y Leo Funtek; la versión en rock del grupo inglés Emerson, Lake & Palmer; la delirante realización electrónica de Isao Tomita; la transcripción para conjunto de metales realizada por Elgar Howarth, reconocido director y trompetista inglés. Por cierto, la última de las transcripciones mencionadas ha sido objeto de una fascinante grabación, a cargo del Ensamble de Metales de Philip Jones, que vale mucho la pena de ser escuchada con atención. No cabe duda, sin embargo, que la versión de Ravel seguirá siendo la favorita del público, aún por encima del original para piano, sobre todo mientras no aparezca por ahí algún director de orquesta con el valor y la imaginación suficientes para programar alguna de las otras versiones para darle un poco de variedad a esta obra tan conocida y tan repetida.
La parte anecdótica de la creación de estos Cuadros de una exposición es bien conocida. En el año de 1873 el pintor y arquitecto Víctor Hartmann murió a la edad de 39 años. Poco después, el crítico de arte Vladimir Stasoff, amigo de Hartmann y de Mussorgski, organizó una exposición con los dibujos y acuarelas de Hartmann. La visita de Mussorgski a la muestra fue la fuente del material musical de la versión original para piano de los Cuadros de una exposición.
Después de muchos años de ser considerados como perdidos, muchos de los cuadros de Hartmann fueron rescatados por Alfred Frankenstein, crítico musical estadunidense; sería muy interesante poder ver reproducciones de las obras de Hartmann y trazar una posible relación causa-efecto entre ellos y la música de Mussorgski. Y después, dejando volar la imaginación y extrapolando el mismo proceso, tratar de imaginar la música que algún compositor contemporáneo pudiera crear a partir de la obra pictórica de, digamos, René Magritte, Giorgio de Chirico, Maurits Escher o Remedios Varo.
La partitura de Mussorgski pinta con sonidos diez de los cuadros de Hartmann, y las distintas secciones de la obra están conectadas por varias apariciones del promenade (paseo), tema conductor con el que el autor introduce su suite y con el que nos lleva de un cuadro a otro, de una sala a otra de la galería pictórica, cada vez con un carácter diferente. El primer promenade es marcial y definitivo, a cargo de la trompeta y los demás metales; el segundo es más pausado y contemplativo; el tercero es un poco más vivo y definido; el cuarto comienza ligero y etéreo para volverse más decisivo y fundirse con el quinto cuadro; el quinto promenade que es, en realidad, la coda de la pieza que representa el octavo cuadro, es misterioso y melancólico al mismo tiempo. Los cuadros mismos llevan títulos suficientemente descriptivos, y en algunos de ellos podemos hallar interesantes toques de orquestación y la aparición de diversos instrumentos solistas.
- El gnomo.
- El viejo castillo. Aquí, la estrella es un saxofón lírico y contemplativo.
- Las Tullerías.
- Bydlo (una carreta polaca). El lento y dificultoso andar de los bueyes y la carreta es cantado por una tuba.
- Ballet de los pollitos en sus cascarones. Un agitado scherzo en el que los instrumentos de aliento-madera se llevan todo el crédito.
- Samuel Goldenberg y Schmuyle. Se trata del chismorreo y discusión entre un judío rico (las cuerdas, declamatorias y solemnes) y un judío pobre (trompeta con sordina, siempre staccato). Según los entendidos, la violenta interjección del final de esta pieza representa la patada con la que Samuel Goldenberg despide sin mucha ceremonia al pobre Schmuyle. (Los nombres de estos dos personajes, por cierto, son invención de Stasoff)
- El mercado de Limoges.
- Las catacumbas. El viaje por estas profundidades es marcado por los metales, densos, pesados, oscuros. La nota marginal que indica cum mortuis in lingua morta ('con los muertos en lengua muerta') remitía a Mussorgski al espíritu de su amigo Hartmann a través de los cráneos en las catacumbas. Algunos consideran a esta sección como otro cuadro independiente.
- Baba Yaga (La cabaña con patas de gallina)
- La gran puerta de Kiev. En la opulenta orquestación de Ravel, los contrastes dinámicos se acentúan y podemos oír reminiscencias del promenade que ha servido como un leitmotiv a lo largo de la obra. Entre muchos toques maestros se puede mencionar el insistente tañido de una campana que acompaña toda la parte final de la obra.
Y siendo estos Cuadros de una exposición la obra más popular del catálogo de Mussorgski, cabría preguntar directamente al público que tantas veces la ha oído, y que tantas veces la volverá a oír: ¿qué es lo que trasciende más en esta música: los desvaríos de un músico alucinado e iconoclasta que murió prematuramente a causa del alcoholismo (delirium tremens y epilepsia de por medio), la mano maestra de un orquestador agudo y perceptivo como pocos, o las atrevidas ideas musicales de un compositor netamente realista, aventurero en el plano armónico y tonal, incomprendido según algunos y sobrevalorado según otros?
Promenade
Gnomos
Promenade
El viejo castillo
Promenade
Las Tullerías
Bydlo
Promenade
Ballet de los pollitos en sus cascarones
Samuel Goldenberg y Schmuyle
El mercado de Limoges
Catacumbas: Cum mortuis in lingua morta
La cabaña con patas de gallina
La gran puerta de Kiev
Scott Yoo
Director(a)
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Scott Yoo
Director(a)
Scott Yoo es director principal y director artístico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y director musical del Festival Mozaic. Es también anfitrión y productor ejecutivo de la nueva serie de PBS Now Hear This, primera serie sobre música clásica en la televisión estadounidense agendada para prime time en 50 años. Es director del festival de música de Colorado College y fundador del Medellín Festicámara, programa de música de cámara que reúne a artistas de talla mundial con jóvenes músicos desfavorecidos.
En el último año, el Mtro. Yoo dirigió la London Symphony Orchestra y la Royal Scottish National Orchestra en grabaciones para Sony Classical. Ha dirigido las sinfónicas de Colorado, Dallas, Indianápolis, Nuevo Mundo, San Francisco y Utah, y a la Orquesta de Cámara de St. Paul tanto en su festival propio, el Elliott Carter, como en su debut en el Carnegie Hall. En Europa ha dirigido la English Chamber Orchestra, la City of London Sinfonia, la Britten Sinfonia, la orquesta filarmónica de Radio Francia, el ensamble orquestal de Paris, la Odense Symphony y la Sinfónica Nacional de Estonia. En Asia el Mtro. Yoo ha dirigido la Orquesta sinfónica Yomiuri Nippon en Tokio, la Filarmónica de Seúl y Filarmónica de Busan en Corea.
Como defensor de la música de nuestro tiempo, Yoo ha estrenado 71 obras de 38 compositores. Con la orquesta de cámara Metamorphosen, grabó American Seasons de Mark O'Connor para Sony Classical; con la orquesta de cámara John Harbison, trabajando con la soprano Dawn Upshaw para Bridge Records, consiguieron la nominación al National Public Radio Performance Today; y los ciclos de canciones de Earl Kim con las sopranos Benita Valente y Karol Bennett para el sello New World, grabación que recibió el Critics Choice en el New York Times. Otros de sus proyectos de grabación incluyen la obra integral para orquesta de Earl Kim con la Orquesta Nacional de Irlanda RTE para el sello Naxos, las obras de Carter, Lieberson y Ruders, y el ciclo de conciertos para piano de Mozart.
Como violinista, Yoo se ha presentado como solista en la Boston Symphony, la Dallas Symphony, la San Francisco Symphony, la Colorado Symphony, la Indianapolis Symphony, la New World Symphony y la Orquesta de St. Luke's. También ha sido invitado a festivales de música de cámara en todo Estados Unidos, como el Bargemusic, el propio de la Boston Chamber Music Society, con la Chamber Music Society del Lincoln Center, el Kingston Chamber Music Festival, Laurel Music Festival, New Hampshire Music Festival y el Seattle Chamber Music Festival.
Tras comenzar sus estudios musicales a la edad de tres años, recibió el primer premio en el Concurso Internacional de Violín Josef Gingold en 1988, el Young Concert Artists International Auditions en 1989 así como la beca de carrera Avery Fisher en 1994. En 1993 fundó la orquesta de cámara Metamorphosen, que ha dirigido en los conciertos por suscripción en la Jordan Hall en Boston y en el Troy Savings Bank Music Hall en Troy, Nueva York; de gira también en lugares como Avery Fisher Hall y 92nd Street. 'Y' en Nueva York y la Biblioteca del Congreso en Washington.
Scott Yoo nació en Tokio y se crió en Glastonbury, Connecticut. Hijo de madre japonesa y padre coreano, asistió a la Universidad de Harvard, donde obtuvo la licenciatura. Estudió violín con Roman Totenberg, Albert Markov, Paul Kantor y Dorothy DeLay, y dirección orquestal con Michael Gilbert y Michael Tilson-Thomas.
Orion Weiss
Piano
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Orion Weiss
Piano
"Cuando fuiste nombrado como una de las mayores constelaciones en el cielo nocturno, tienes la presión de mostrar un poco de poder de las estrellas - el joven pianista Orion Weiss hizo exactamente eso ..." - The Washington Post
Como uno de los más solicitados solistas en su generación de jóvenes músicos americanos, el pianista Orion Weiss se ha presentado con las principales orquestas norteamericanas, incluyendo la Sinfónica de Chicago, la Boston Symphony, la Filarmónica de Los Ángeles, y la Filarmónica de Nueva York. Sus interpretaciones, sentidas y excepcionalmente confeccionadas, van más allá del dominio técnico y le han generado el reconocimiento en todo el mundo.
Tras un exitoso debut con la Cleveland Orchestra en 1999 de profundo reconocimiento, Weiss se graduó en la reputada Julliard School en 2004 bajo la tutela de Emmanuel Ax, Nombrado por Classical Foundation Artista Joven del Año en 2010, tocó en el verano de 2011 con la Orquesta Sinfónica de Boston en Tanglewood como reemplazo de última hora del pianista consagrado Leon Fleisher para continuar con una exitosa carrera como solista, recitalista y en la música de cámara. Ha actuado con la Filarmónica de Los Ángeles, la San Francisco Symphony, la Orquesta de Filadelfia, la Pittsburgh Symphony, la Orquesta Sinfónica de Toronto, National Arts Centre Orchestra, y Orpheus Chamber Orchestra; en conciertos de verano a dúo con la Filarmónica de Nueva York, y la Orquesta Sinfónica de Baltimore entre otras. En 2005, realizó una gira por Israel con la Orquesta Filarmónica de Israel dirigida por Itzhak Perlman.
En 2012 publicó un álbum con obras de Dvorak, Prokofiev, Bartók y encabezó un proyecto de grabación con la obra integral de Gershwin también con Joann Falletta y sus colaboradores de la Filarmónica de Buffalo.
Como músico de cámara se presenta regularmente con su esposa la pianista Anna Polonsky, el violinista James Ehnes, y el violonchelista Zuill Bailey, así como con el Cuarteto Pacifica. Su trayectoria como recitalista ha sido aclamada en salas de Estados Unidos y desde 2005 en Europa. Fue miembro del programa de la Sociedad de Música de Cámara Segunda de la Sala Music Society del Lincoln Center.
Ha sido galardonado por importantes premios que incluyen el Gilmore Young Artist Award, el Avery Fisher Grant , la Beca Gina Bachauer en la Juilliard School y la beca Mieczyslaw Munz. Un nativo de Lyndhurst, OH, Weiss estudió en el Instituto de Música Cleveland. Ha estudiado con Paul Schenly, Daniel Shapiro, Sergei Babayan, Kathryn Brown, y Edith Reed.
Entre otros importantes logros, vale la pena mencionar que en marzo de 1999, con menos de 24 horas de antelación, Weiss intervino para reemplazar a André Watts con el 2° concierto para piano de Shostakovich con la Orquesta Sinfónica de Baltimore.
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