Schoenberg, Arnold - Noche transfigurada, Op. 4

Arnold Schoenberg (1874-1951)

Noche transfigurada, Op. 4

Cuando se analiza y se discute la música de Arnold Schoenberg, es bueno recordar dos cosas:

  1. Schoenberg fue el artífice principal de una de las más importantes revoluciones y renovaciones en la historia de la música.

  2. Antes de implementar esa revolución, Schoenberg compuso música que estaba firmemente anclada en la tradición musical romántica del siglo XIX.

Estas dos afirmaciones son un buen punto de partida para un análisis de Noche transfigurada, una obra de singular importancia no sólo en el catálogo de Schoenberg, sino en toda la música de cámara del siglo XX. Y digo siglo XX con plena intención, a pesar de que la obra fue escrita en 1899.

Los tres primeros números de opus del catálogo de Schoenberg comprenden música para voz y piano, de modo que la primera vez que el compositor abordó en su producción un medio sonoro distinto fue precisamente con la creación de Noche transfigurada, cuyo título original en alemán es la eufónica expresión Verklärte nacht. El compositor escribió la pieza en un lapso de tres semanas, en 1899, y se trata de una composición puramente instrumental basada en un poema. Hay analistas que afirman que Noche transfigurada es la primera pieza programática en la historia de la música de cámara, aunque esta afirmación se antoja demasiado tajante y categórica, y probablemente pueda ser desmentida con cierta facilidad. El poema que inspiró a Schoenberg fue escrito por Richard Dehmel, cuyos textos ya habían sido utilizados por el compositor como base para sus canciones tempranas. El poema está impreso a la cabeza de la partitura de la composición de Schoenberg, y cuenta una historia muy peculiar.

Un hombre y una mujer caminan de noche por el bosque. Ella le confiesa que está embarazada y que el hijo no es de él, sino de otro hombre. Ante los sentimientos de culpa de la mujer, el hombre reacciona generosamente; la consuela y le dice que, por amor a ella, aceptará como suyo al hijo que está por nacer. Así, la mujer es redimida por el amor del hombre y por el perdón. Siguen caminando por el bosque, y la noche se transfigura.

Es claro que una de las razones que provocaron el escándalo del público con la obra de Schoenberg fue el contenido del poema de Dehmel. Sin embargo, no fue esta la única razón que provocó el rechazo en primera instancia. Después de terminar la composición de Noche transfigurada Schoenberg remitió la partitura de la obra a una sociedad musical en Viena, con la esperanza de que fuera estrenada. Sin embargo, los muy académicos miembros de la sociedad rechazaron la obra después de analizarla con mucho cuidado. ¿Por qué? Porque encontraron en ella un acorde inesperado, que no estaba contemplado en ningún texto clásico de armonía: la cuarta inversión de la novena dominante. Detrás de esta oscura expresión técnica se encuentra, simplemente, el espíritu de búsqueda e innovación de Schoenberg. A pesar de este "extraño" acorde y de otras tendencias novedosas, lo cierto es que, en su conjunto, Noche transfigurada es una obra que surge directamente del pensamiento musical de Richard Wagner (1813-1883) y, en segunda instancia, del de Johannes Brahms (1833-1897). Sin embargo, las enseñanzas sonoras de los dos grandes maestros alemanes fueron asimiladas por el compositor vienés con un interesante espíritu renovador. El resultado es una obra de fuerte aliento dramático, con momentos de un lirismo intenso que años después se ausentaría de la música de Schoenberg, y con una construcción formal admirablemente equilibrada. Este balance formal se debe, sin duda, al hecho de que Schoenberg aplicó en Noche transfigurada un esquema similar al del poema original de Dehmel, que está dividido en cinco secciones: Introducción, Confesión, Perdón, Dueto de amor, Apoteosis. Al escribir sobre su Noche transfigurada, Schoenberg decía lo siguiente, en una declaración de espíritu plenamente romántico:

Esta obra no intenta ilustrar un drama o una acción, sino simplemente describir la naturaleza y expresar emociones humanas.

Y ciertamente que lo logró, porque Noche transfigurada es una de las obras más intensamente expresivas surgidas hacia el fin del siglo XIX. De hecho, la obra es un poema sinfónico escrito originalmente para sexteto de cuerdas, y como tal fue estrenada en 1903 por el Cuarteto Rosé y dos músicos invitados. Años después, Schoenberg intuyó, correctamente, que Noche transfigurada se prestaba idealmente para ser interpretada por una orquesta de cuerdas. Así, el compositor realizó dos versiones de la partitura para cuerda completa, una en 1907 y la otra en 1943.

No se equivocan quienes alcanzan a advertir en Noche transfigurada una música que si bien no es enteramente programática sí es muy evocativa; de esa capacidad de evocación de la obra han surgido interesantes ballets musicalizados con la Noche transfigurada de Schoenberg.

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