COPLAND, AARON - Cuatro episodios coreográficos del ballet Rodeo

Aaron Copland (1900-1990)

Cuatro episodios coreográficos del ballet Rodeo

Buckaroo holiday
Corral nocturne
Saturday night waltz
Hoedown

Muchos sesudos estudios y documentos se han dedicado, y se dedican todavía, al esclarecimiento de una cuestión de capital importancia en la historia de los Estados Unidos: ¿dónde se realizó oficialmente el primer rodeo? Algunos sostienen que fue en Cheyenne, Wyoming; otros aseguran que fue en Winfield, Kansas; algunos más insisten en que el primer rodeo que se realizó como espectáculo pagado tuvo lugar en Denver, Colorado, en octubre de 1887. El rodeo, que es el equivalente estadunidense de una charreada mexicana, se originó como un pasatiempo entre los vaqueros que, confinados por meses y años en las vastas praderas del oeste, no hallaban mejor forma de pasar el tiempo que organizando concursos de doma, monta, coleada y lanzada de animales diversos. Al hacerse menos azarosa la vida del vaquero gracias a la llegada del ferrocarril y otras ventajas de la civilización, el rodeo dejó de ser un simple pasatiempo y se convirtió en un deporte-espectáculo organizado, alrededor del cual solían apostarse fuertes sumas de dinero, costumbre que subsiste hasta la fecha. Por cierto, el nombre de rodeo que se da a esta extraña actividad no se hizo común sino hasta la década de los 1920s. De origen claramente español, este término sustituyó a otros de origen inglés que antes se aplicaban a lo que hoy conocemos como rodeo: stampede, frontier day, roundup.

Era evidente que si un compositor se iba a dar a la tarea de escribir música sobre el rodeo, ese compositor tenía que ser Aaron Copland, el más genuinamente “americano” entre los compositores de su país. El asunto de los cowboys, por otra parte, no era nuevo para Copland; en 1938 había sido estrenado con singular éxito su ballet Billy the Kid, cuyo argumento giraba en torno a una de las figuras más poderosas de la mitología del oeste. A raíz del triunfo de Billy the Kid, Copland recibió el encargo de componer otro ballet sobre tema similar; el encargo le fue hecho por Agnes de Mille y el Ballet Ruso de Monte Carlo. Así pues, entre mayo y septiembre de 1942, mientras realizaba su labor docente en Tanglewood, el compositor se dedicó a trabajar en la partitura del nuevo ballet, Rodeo.

En su forma original, el ballet llevaba un subtítulo, que traducido al castellano sería: El cortejo en Rancho Quemado, expresión a través de la cual uno puede enterarse, sin lugar a dudas, que el argumento del ballet puede resumirse simplemente en que el vaquero y la vaquera se encuentran, se aman y viven felices para siempre. Al comentar la música de Copland y los elementos escénicos del ballet Rodeo, el crítico Edwin Denby escribió esto:

De alguna manera, el sabor de las costumbres domésticas de los Estados Unidos es especialmente claro en ese peculiar paisaje desierto, y en ello reside su fascinación. La danza, la música, los decorados, cada elemento está relacionado con ese hecho local que les da una misteriosa y conmovedora unidad.

Como suele ocurrir con frecuencia en el caso de las partituras para ballet, Copland jugó mucho con la música de Rodeo. De la música original del ballet el compositor extrajo una suite en cuatro episodios, tres de los cuales fueron estrenados por Arthur Fiedler al frente de la Orquesta Boston Pops. La suite completa fue estrenada por Alexander Smallens el 22 de junio de 1943 con la Sociedad Sinfónico-Filarmónica de Nueva York. Más tarde, Copland hizo un arreglo para cuerdas, con piano opcional, del cuarto (y más famoso) de los movimientos de la suite, y posteriormente, una versión para violín y piano de la misma pieza, titulada Hoedown. (Como muestra de lo famoso que es este fragmento de Rodeo, hay que recordar la sabrosa versión moderna del Hoedown realizada por el grupo inglés de rock Emerson, Lake & Palmer.)

En el primer movimiento de la suite, Buckaroo holiday, Copland utiliza reminiscencias de ritmos de charleston y ragtime, y cita dos canciones populares: Sis’ Joe y If he’d be a buckaroo by trade. Para efectos prácticos, vale decir que buckaroo es un sinónimo de cowboy, de modo que la segunda de las canciones mencionadas sería: Si él fuera vaquero de oficio. En el segundo episodio, Copland muestra su vena contemplativa, sugiriendo el ambiente del oeste a través del color orquestal y no de la cita de temas campiranos. El tercer movimiento es el Vals del sábado por la noche que se refiere a los tradicionales bailes de vaqueros que solían efectuarse en la noche sabatina, casi siempre (al menos así se ve en las películas) en el granero del pueblo. Quien quiera hallar en estos bailes el antecedente directo de la fiebre sabatina nocturna que aquejaba a John Travolta, es libre de hacerlo; sin embargo, es más fácil trazar una línea genealógica entre estos bailes vaqueros y la actual música grupera, de enorme e incomprensible auge. Esta sección de la suite se inicia con un sonido que simula un grupo de violines afinando antes de comenzar el baile. El vals propiamente dicho no es un vals al estilo europeo, sino que ha sido salpicado por Copland con sabrosas síncopas y acentos desplazados al interior del patrón rítmico de ¾. Finalmente, la suite concluye con el famoso Hoedown (expresión típica del mundo del cowboy, que ha sido traducida, con poca fortuna, como Al suelo), que está construido sobre dos melodías del género conocido como square dance, que era lo más socorrido para bailar en aquellas noches de sábado. La primera de estas square dances se titula Bonyparte (¿de linaje oscuramente napoleónico, quizá?), y la otra es MacLeod’s reel, en cuyo título se aprecia claramente su origen escocés. El reel, por cierto, es una danza de parejas que también fue conocida en Escandinavia.

La versión completa y bailada de Rodeo fue estrenada por Agnes de Mille y el Ballet Ruso de Monte Carlo el 16 de octubre de 1942, en el Met de Nueva York, y desde entonces ha sido una de las obras favoritas del repertorio de la danza moderna en los Estados Unidos. Como mera especulación, sería interesante preguntar: si Copland fue el compositor idóneo para componer un ballet sobre el rodeo, ¿cuál de nuestros compositores sería el ideal para escribir un ballet muy mexicano sobre la igualmente abominable costumbre de la charreada?

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