Ponce, Manuel M. - Chapultepec, tríptico sinfónico

Manuel M. Ponce (1882-1948)

Chapultepec, tríptico sinfónico

Primavera
Nocturno
Canto y danza

La placidez sonora del tríptico sinfónico Chapultepec de Manuel M. Ponce nos informa, más allá de toda duda, que esta música se refiere a un Chapultepec que hoy existe sólo en la memoria, debido a los cambios radicales que ha sufrido la enorme, anárquica ciudad que lo rodea, y que han influido directamente en la vida del milenario bosque, casi siempre para mal. Los primeros apuntes para esta obra orquestal fueron realizados por Ponce hacia 1922, pero el compositor no escuchó los frutos de su trabajo sino hasta el 25 de agosto de 1929, cuando Chapultepec fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de México. Ese mismo año, Ponce había sido nombrado por la Secretaría de Educación Pública como su representante en los Festivales Sinfónicos Iberoamericanos en Barcelona y, aprovechando la ocasión, el compositor hizo tocar Chapultepec en la capital catalana. Ambas ejecuciones fueron realizadas a partir de la primera versión de la partitura, que estaba dividida en la siguiente forma: Hora matinal, Paseo diurno y Plenilunio fantástico. Desde el estreno mismo de la obra, sin embargo, Ponce ya trabajaba en la revisión de estos tres bocetos sinfónicos. Cambiando el orden de los movimientos, la estructura de la obra y una buena parte de la orquestación, Ponce dio a Chapultepec su forma definitiva, que consta de estas tres partes: Primavera, Nocturno, Canto y danza.

El primero de los tres bocetos sinfónicos es de un carácter bucólico ligero, sin complicaciones formales ni orquestales. Su impulso rítmico de tipo rústico, hasta cierto punto nervioso, está acentuado por un empleo de las maderas muy al estilo de la música francesa de aquel tiempo. El segundo movimiento de la obra es contemplativo, pero no carece de su propia energía interna, y en él son más claras aún las referencias que hace Ponce al impresionismo. Finalmente, la tercera parte de Chapultepec parece hacer una clara alusión a la historia del bosque durante la época prehispánica, a través de la sugerencia del Canto de la Malinche dentro del contexto melódico de la pieza. Si este detalle apunta hacia una posible vertiente nacionalista, no está de más recordar que en el Nocturno el compositor cita una antigua canción mexicana titulada Marchita el alma. La tercera sección de la obra finaliza con una interesante dinámica basada en ritmos binarios y ternarios alternados, que conducen a Chapultepec a una coda brevísima y enérgica.

La revisión de la partitura de Chapultepec estuvo lista en 1934, y la nueva versión fue estrenada el 24 de agosto de ese año en el Teatro Hidalgo, con la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez. El propio Chávez, en un texto sobre Ponce escrito en 1952, hace este comentario:

“Hasta 1921 ó 1922, diez años después de iniciada su obra ‘nacionalista’, fue cuando Ponce al fin escribió una obra orquestal ‘mexicanista’, el poema sinfónico Chapultepec.”

El programa del estreno de Chapultepec incluyó también la Sinfonía Pastoral de Beethoven, el poema sinfónico Caminos de Revueltas, la suite de El amor por tres naranjas de Prokofiev, y la fascinante pieza de realismo socialista Fundición de acero del compositor soviético Alexander Mosolov. Ese mismo año, Chapultepec fue interpretada en Filadelfia y Nueva York, bajo la batuta de Leopold Stokowski.

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