Sinfonía No. 103 en mi bemol mayor, Hob. I: 103, Redoble de timbal
Adagio-Allegro con spirito
Andante piu tosto-Allegretto
Menuet
Finale: Allegro con spirito
Lo más importante de la producción de Franz Joseph Haydn durante los dos períodos (1791-1792, 1794-1795) que visitó Londres a invitación del empresario Johann Peter Salomon está concentrado en las doce sinfonías numeradas de la 93 a la 104 en su catálogo, y que son conocidas colectivamente como las Sinfonías Londres y, en algunos casos, como las Sinfonías Salomon. Cinco de esas doce sinfonías, que representan la cima del pensamiento sinfónico de Haydn, llevan títulos narrativos o descriptivos:
- Sinfonía No. 94, Sorpresa
- Sinfonía No. 96, Milagro
- Sinfonía No. 100, Militar
- Sinfonía No. 101, El reloj
- Sinfonía No. 103, Redoble de timbal
En algunas fuentes, la Sinfonía No. 104 está designada con el nombre de Londres, un título que no es del todo fidedigno, ya que tal designación bien pudiera haber sido aplicada a cualquiera de las doce sinfonías creadas en la capital inglesa. Es importante señalar que desde antes de poner un pie en Inglaterra por vez primera, Haydn ya gozaba de fama y prestigio en la isla, gracias a la ejecución de sus obras y a la distribución de las partituras de sus obras. Así, Haydn tuvo una buena recepción por parte del público inglés desde el primer momento, y su fama y prestigio sólo se acrecentaron gracias a la música que compuso durante sus visitas a Inglaterra. En este sentido, la relación de Haydn con el medio musical inglés prefigura los casos de otros muchos compositores extranjeros que fueron admirados y consentidos en Inglaterra, entre los que habría que mencionar a Carl Maria von Weber (1786-1826), Félix Mendelssohn (1809-1847), y Antonin Dvorák (1841-1904).
Desde el punto de vista formal, la Sinfonía No. 103 es típica del tratamiento que Haydn solía dar a este género. El primer allegro va precedido por un breve adagio introductorio, derivado quizá del concepto estructural de la obertura a la francesa. En el movimiento lento, Haydn combina un andante con un allegretto, para dar paso a un tercer movimiento que bajo su designación de menuet esconde algunos elementos que habrían de desarrollarse más tarde en los scherzi de los compositores posteriores. Esta sinfonía está concebida para una orquestación rica y poderosa que incluye dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos cornos, dos trompetas, timbales y cuerdas.
Compuesta en el invierno de 1794-1795, la Sinfonía No. 103 se estrenó el 2 de marzo de 1795 en Londres, durante uno de los famosos Opera Concerts que se ofrecían en el King’s Theatre, y desde su primera ejecución llamó poderosamente la atención el redoble de timbal introductorio que da su nombre a la obra, así como las referencias que Haydn hizo en la obra al folklore húngaro y croata, como habría de hacerlo de nuevo en la última de sus sinfonías. Se dice que la noche de su estreno, la Sinfonía No. 103 fue tocada por una orquesta de grandes dimensiones para su tiempo, que constaba de alrededor de 60 músicos. En esa ocasión, la dirección de la orquesta estuvo repartida entre el concertino, Giovanni Battista Viotti, y el propio Haydn, quien se encargó de improvisar parte del continuo desde el fortepiano. El estreno de la sinfonía fue, como en el caso de todas las obras que Haydn presentó en Londres, un éxito. Después del estreno, apareció una reseña de la obra en el Morning Chronicler, en la que se incluían estas palabras:
Se tocó una nueva obertura del fértil y encantador Haydn y, como de costumbre, presenta continuos golpes de genio, tanto en su aire como en su armonía. La introducción provocó la atención más profunda, el Allegro encantó, el Andante tuvo que ser repetido, los minuetos (especialmente el trío) fueron juguetones y dulces, y el último movimiento fue igual, si no es que superior, a los precedentes.
A su regreso a Viena, Haydn presentó la Sinfonía No. 103 con una alteración, habiendo realizado un pequeño corte en el movimiento final. En la actualidad, lo usual es respetar este corte señalado por Haydn cuando se interpreta la Sinfonía Redoble de timbal. Para aquellos que gustan de versiones alternativas de obras de repertorio, existe una versión de la Sinfonía No. 103 de Haydn realizada por el espléndido quinteto de percusiones Nexus. Y, ¿por qué no? Después de todo, se trata de una sinfonía que inicia, de manera atípica, con la presencia protagónica de un instrumento de percusión.