Solistas OFCM: Yoo / H. Salmerón
Esta página documenta un concierto pasado.
Sábado 25 de octubre, 18 horas
Domingo 26 de octubre, 12:30 horas
Sala Silvestre Revueltas
SOLISTAS OFCM
SCOTT YOO, director
FELISA H. SALMERÓN, viola
Charles Daniels (1985) Abrir los ojos (estreno mundial)
Abrir los ojos (estreno mundial)
Charles Daniels concibió desde 2024 la idea de escribir una obra especialmente para la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, y en la primera etapa de la creación (quizá la más compleja del proceso) concibió ciertos experimentos, sobre todo en el ámbito de la forma, que finalmente no rindieron frutos, debido a ciertos conflictos entre lo que funciona en la teoría, pero no necesariamente en la práctica. Más tarde, el compositor encontró finalmente aquello que es lo más difícil: cómo comenzar. El propio Daniels lo describe así:
La segunda etapa fue cuando finalmente di con la idea del inicio: una trompeta sola (¿quizá con algo de influencia de la Quinta sinfonía de Mahler?) a la que se unen dos trompetas más en canon, lo cual eventualmente da pie a las nuevas ideas que van apareciendo. De ahí en adelante logré recalibrar mi nivel de autocrítica lo cual permitió poder avanzar hilando las ideas de una manera orgánica.
La idea inicial de esas trompetas desemboca en general en una presencia de la sección de metales más enfática que la que Daniels le ha dado en otras de sus obras orquestales, y en particular en una reaparición de esa idea a manera de reexposición, como anunciando el final de la pieza.
Mientras avanzaba en la redacción de la partitura, Daniels concibió la idea de que su obra probablemente tendría que ver con la zona arqueológica de Cuicuilco, su pirámide circular y el volcán Xitle, debido a su cercanía con la Sala Silvestre Revueltas, sede de la Filarmónica de la Ciudad de México. Pero no habría de ser así; de nuevo, las palabras del compositor:
El día lunes 5 de mayo de 2025, estando yo sentado frente a la computadora trabajando sobre la partitura recibí la noticia de que mi querido abuelo, Roberto Torres Herrera, acababa de fallecer a sus 92 años. Es muy difícil describir lo que sentí en ese momento (y lo que he sentido desde entonces cuando lo recuerdo) pero inmediatamente puse como título a la obra Abrir los ojos, dedicada a la memoria de mi abuelo. Unos días antes había ido con mi pareja a visitarlo a la casa hogar donde pasó sus últimos años. Al entrar en la habitación lo vi acostado en su cama en posición fetal. Parecía dormido, tranquilo y en paz. Después de que la enfermera en turno anunciara mi llegada preguntó "¿Es Charly?" y entonces abrió los ojos. Nunca los había visto tan abiertos ni llenos de tanta luz, una muestra clara de su amor de abuelo. Mi única esperanza es que él haya sabido que ese sentimiento era plenamente correspondido. Esa es la explicación del título y dedicatoria de la obra.
A partir de esa pérdida y esa experiencia, Daniels prosiguió con la última etapa de la composición pensando siempre en la figura de su abuelo, en un proceso de creación libre que desembocó en grandes contrastes armónicos y, tal como lo define él mismo, “con una intensidad emocional siempre presente”. Como conclusión del texto enviado por el compositor para esta nota, las siguientes palabras:
Me gustaría pensar que esta obra sirve, no tanto para ahondar en sentimientos de pérdida o nostalgia, sino para recordar la fuerza vital de mi abuelo. Por ello no busca ser fúnebre, sino más bien quizá una especie de retrato musical, aunque no en un sentido estricto, o tal vez simplemente un monumento a su memoria. Es una ofrenda que hago, una dedicatoria de mi trabajo al recuerdo de mi abuelo, que dejó tanto de sí en todos los que tuvimos la gran fortuna de ser su familia.
Abrir los ojos recibe su estreno absoluto el 25 de octubre de 2025 con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México dirigida por Scott Yoo, quien ya en ocasiones anteriores ha demostrado un interés particular en la música de Charles Daniels.
Béla Bartók (1881-1945) Concierto para viola y orquesta, Sz. 120
Concierto para viola y orquesta, Sz. 120
Si ponemos a trabajar por un momento la memoria musical, recordaremos que a lo largo del tiempo se han dado muchos casos en que los compositores han dejado, a su muerte, obras inconclusas que otros compositores y musicólogos se han encargado de rescatar, completar y poner a disposición de los intérpretes y el público. En este orden de ideas, destacan los músicos rusos que se encargaron de completar y orquestar varias obras muy incompletas que el desordenado Modesto Mussorgski (1839-1881) dejó al morir. Otro caso, muy reciente, es el de un músico inglés llamado Barry Cooper, quien completó unos bosquejos de un manuscrito y confeccionó algo que dio a conocer como la Décima sinfonía de Ludwig van Beethoven (1770-1827). También está el conocido caso de Deryck Cooke, musicólogo inglés que completó, con bastante fortuna, la Décima sinfonía de Gustav Mahler (1860-1911). Y no olvidar a William Carragan, gracias a quien hoy es posible escuchar completa, con cuatro movimientos, la majestuosa Novena sinfonía de Anton Bruckner (18224-1896). A su vez, Friedrich Cerha completó la ópera Lulú de Alban Berg (1885-1935), como años antes Franco Alfano había terminado la Turandot de Giacomo Puccini (1858-1924). Menos conocido es el caso del Concierto para viola de Béla Bartók, cuya historia es ya un clásico en los anales de la musicología del siglo XX.
El concierto le fue encargado a Bartók por William Primrose (1904-1982), quizá el violista más notable de su generación, y el compositor inició el trabajo en la primavera de 1945, año que habría de ser el último de su vida. Cuando Bartók comenzó a cumplir con el encargo de Primrose su salud ya era frágil, y empeoraba constantemente. En el transcurso de 1945, Bartók escribió una carta a Primrose en la que le comunicaba que el Concierto para viola avanzaba satisfactoriamente, y que de hecho ya estaba terminado en bosquejo, de modo que sólo faltaba la orquestación. En la misma carta, Bartók habla de su intención de orquestar la obra de una manera ligera y transparente y de explotar primordialmente el registro grave de la viola. Además, el compositor húngaro le comunicaba al violista inglés que en su concierto habría algunos pasajes relativamente incómodos para la viola, y algunos otros francamente imposibles de tocar. Sin embargo, Bartók no pudo llevar a cabo su plan para el concierto; murió en Nueva York el 26 de septiembre de 1945, víctima de la leucemia. Bartók había emigrado a los Estados Unidos en 1940 y había encontrado muchas dificultades para su trabajo como compositor y pianista; sus obras se tocaban con escasa frecuencia y sus servicios como intérprete eran menos requeridos aún. Así, es fácil imaginar el ámbito de frustración y desesperanza en el que Bartók creó sus dos últimas obras, el Tercer concierto para piano y el inconcluso Concierto para viola.
A la muerte de Bartók, su amigo y alumno, el violista y compositor Tibor Serly (1901-1978) encontró 15 páginas manuscritas, desordenadas y casi indescifrables, que contenían el germen del Concierto para viola. Este manuscrito estaba lleno de notas, correcciones, modificaciones e, incluso, anotaciones marginales de temas concebidos por Bartók para otras obras. A partir de este confuso material, y con la anuencia de los herederos del compositor, Tibor Serly tardó dos años de paciente labor para terminar, finalmente, de poner en claro las intenciones originales de Bartók respecto a su póstumo Concierto para viola y orquesta. Cabe aclarar que Serly hizo lo mismo con el Tercer concierto para piano de Bartók, a cuya partitura original le faltaban 17 compases cuando el compositor murió. El Concierto para viola de Bartók tiene una estructura tradicional en tres movimientos. El primero de ellos es una forma sonata de corte bastante tradicional, mientras que el segundo está compuesto en la forma ternaria A-B-A, como una sencilla canción. En el tercer movimiento del concierto, Bartók propone un rondó lleno de ritmos de danza en los que, de manera particular, se detecta más la influencia rumana que la húngara.
Cuando Tibor Serly hubo terminado la labor de reconstrucción del Concierto para viola del compositor húngaro, el violista William Primrose, destinatario original de la obra, declaró que se trataba de un trabajo lleno de sensibilidad e inspiración, y que era una verdadera contribución al repertorio de la viola. El Concierto para viola de Béla Bartók fue estrenado el 2 de diciembre de 1949, con Primrose como solista, y la Orquesta Sinfónica de Minneapolis dirigida por Antal Dorati. Como interesante dato histórico cabe mencionar el hecho de que existe un viejo disco LP monoaural que contiene la grabación del Concierto para viola de Bartók, interpretado por el propio William Primrose, acompañado por la Nueva Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Tibor Serly. Es probable que no exista otra grabación de la obra en la que las intenciones originales de Bartók estén reflejadas con mayor fidelidad.
Moderato
Adagio religioso
Allegro vivace
Sergei Prokofiev (1891-1953) Extractos de Romeo y Julieta, op. 64
Extractos de Romeo y Julieta, op. 64
En una espléndida edición de las obras completas del gran dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616), publicada en Nueva York en 1937 por Walter J. Black, hallamos a manera de introducción el resumen de la trama de cada una de sus obras dramáticas. Cada resumen lleva un epígrafe, seleccionado por el editor, y tomado del texto mismo de la obra. En el caso de Romeo y Julieta, el epígrafe dice así:
¿Qué hay en un nombre? Aquello que llamamos una rosa,
Por otro nombre aún tendría el mismo dulce aroma.
Esta cita pertenece a la segunda escena del segundo acto de una de las tragedias más universalmente conocidas en la historia de la literatura y el teatro. El diálogo citado forma parte de la famosa escena del balcón, el encuentro violentamente apasionado entre Romeo y Julieta, amantes desdichados, condenados a un triste destino. Sin darse cuenta todavía de la presencia de Romeo bajo su balcón, Julieta habla:
Es sólo tu nombre el que es mi enemigo
Pero tú eres tú mismo, no un Montesco
¿Qué es un Montesco? No es la mano, ni el pie
Ni el brazo, ni el rostro, ni parte alguna
De un hombre. ¡Oh, si fueras otro nombre!
¿Qué hay en un nombre?.....
A lo que se refiere Julieta es al triste hecho de que su familia, la de los Capuleto, es enemiga mortal de la familia de Romeo, los Montesco. Esa añeja rivalidad les impide un amor abierto y libre, y finalmente ha de conducirlos a la desgracia.
Como otras obras de Shakespeare, la trágica historia de los infortunados amantes de Verona ha sido fuente de inspiración para creadores de otras disciplinas, entre ellas la música. Vincenzo Bellini (1801-1835) escribió en 1830 su ópera Los Capuleto y los Montesco; Héctor Berlioz (1803-1869) compuso una sinfonía dramática (como una ópera sin actuación, ni vestuario, ni escenografía) titulada Romeo y Julieta; Piotr Ilyich Chaikovski (1840-1893) creó en 1870 su obertura-fantasía Romeo y Julieta. Era evidente que una historia tan conocida y de atractivo tan universal, que podía ser tocada, cantada y actuada, no tardaría mucho en ser bailada.
Sergei Prokofiev abordó la composición de su ballet Romeo y Julieta a partir de un encargo del Ballet Kirov de Leningrado. El compositor se dedicó a la elaboración de la partitura en el año de 1935, en la casa de descanso del Teatro Bolshoi cercana a la localidad de Tarusa, a orillas del río Oka. La música de este ballet le ocasionó a Prokofiev muchos dolores de cabeza. El Ballet Kirov le rechazó la partitura original, y lo mismo hizo el Ballet Bolshoi. Los directores de ambas compañías de danza calificaron la música de Prokofiev como imposible de bailarse. Esto no es de extrañarse; lo mismo dijeron coreógrafos y bailarines sobre el Dafnis y Cloe de Maurice Ravel (1875-1937), sobre La consagración de la primavera de Igor Stravinski (1882-1971), y sobre muchas otras músicas de danza que hoy son indispensables en el repertorio coreográfico moderno.
El estreno del ballet Romeo y Julieta tuvo que realizarse fuera de Rusia, debido al rechazo de las principales compañías de danza de la Unión Soviética, y se llevó a cabo en la ciudad checoslovaca de Brno el 30 de diciembre de 1938. A partir del estreno, Prokofiev revisó repetidas veces la partitura, haciendo cambios sustanciales a su música. Finalmente, un par de años después, el ballet fue estrenado en la patria de Prokofiev, en el Teatro Kirov, el 11 de enero de 1940, con la coreografía de Leonid Lavrovski, ante la cual Prokofiev no quedó muy satisfecho. A manera de antecedente histórico, es preciso mencionar que la música de Romeo y Julieta, sin danza, se había estrenado en Moscú en un concierto sinfónico del 24 de noviembre de 1936. A pesar de los conflictos ocasionados por su Romeo y Julieta, es claro que Prokofiev mantuvo siempre un especial interés en esta partitura. En el año de 1937 extrajo de su ballet diez piezas que transcribió para piano. Antes, en 1936, Prokofiev había condensado su ballet en dos suites distintas, cada una de siete movimientos, y diez años después, en 1946, realizó una tercera suite orquestal, de seis movimientos.
Sobre su música para el ballet Romeo y Julieta, Prokofiev escribió lo siguiente:
He tomado especial cuidado para lograr una simplicidad que, espero, llegará al corazón de quienes escuchan la obra. Si la gente no encuentra emoción y melodía en esta obra mía, me dará mucha pena, pero estoy seguro de que, tarde o temprano, las hallarán.
En efecto, después de los rechazos sufridos inicialmente, el ballet Romeo y Julieta de Prokofiev fue incorporado al repertorio permanente del Ballet Kirov y del Ballet Bolshoi, y se realizó una película a colores sobre el ballet, con Galina Ulanova en el papel de Julieta. Y en efecto, la gente muy pronto encontró la emoción y la melodía en esta sólida partitura de Prokofiev.
II/1. Montescos y Capuletos
II/2. La joven Juliet
I/4. Minuet
I/5. Máscaras
II/7. Romeo en la tumba de Julieta
I/6. Romeo y Julieta
I/7. Muerte de Tybaldo
II/3. Fray Lorenzo
II/4. Danza
Scott Yoo
Director(a)
Scott Yoo es director principal y director artístico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y director musical del Festival Mozaic. Es también anfitrión y productor ejecutivo de la nueva serie de PBS Now Hear This, primera serie sobre música clásica en la televisión estadounidense agendada para prime time en 50 años. Es director del festival de música de Colorado College y fundador del Medellín Festicámara, programa de música de cámara que reúne a artistas de talla mundial con jóvenes músicos desfavorecidos.
En el último año, el Mtro. Yoo dirigió la London Symphony Orchestra y la Royal Scottish National Orchestra en grabaciones para Sony Classical. Ha dirigido las sinfónicas de Colorado, Dallas, Indianápolis, Nuevo Mundo, San Francisco y Utah, y a la Orquesta de Cámara de St. Paul tanto en su festival propio, el Elliott Carter, como en su debut en el Carnegie Hall. En Europa ha dirigido la English Chamber Orchestra, la City of London Sinfonia, la Britten Sinfonia, la orquesta filarmónica de Radio Francia, el ensamble orquestal de Paris, la Odense Symphony y la Sinfónica Nacional de Estonia. En Asia el Mtro. Yoo ha dirigido la Orquesta sinfónica Yomiuri Nippon en Tokio, la Filarmónica de Seúl y Filarmónica de Busan en Corea.
Como defensor de la música de nuestro tiempo, Yoo ha estrenado 71 obras de 38 compositores. Con la orquesta de cámara Metamorphosen, grabó American Seasons de Mark O'Connor para Sony Classical; con la orquesta de cámara John Harbison, trabajando con la soprano Dawn Upshaw para Bridge Records, consiguieron la nominación al National Public Radio Performance Today; y los ciclos de canciones de Earl Kim con las sopranos Benita Valente y Karol Bennett para el sello New World, grabación que recibió el Critics Choice en el New York Times. Otros de sus proyectos de grabación incluyen la obra integral para orquesta de Earl Kim con la Orquesta Nacional de Irlanda RTE para el sello Naxos, las obras de Carter, Lieberson y Ruders, y el ciclo de conciertos para piano de Mozart.
Como violinista, Yoo se ha presentado como solista en la Boston Symphony, la Dallas Symphony, la San Francisco Symphony, la Colorado Symphony, la Indianapolis Symphony, la New World Symphony y la Orquesta de St. Luke's. También ha sido invitado a festivales de música de cámara en todo Estados Unidos, como el Bargemusic, el propio de la Boston Chamber Music Society, con la Chamber Music Society del Lincoln Center, el Kingston Chamber Music Festival, Laurel Music Festival, New Hampshire Music Festival y el Seattle Chamber Music Festival.
Tras comenzar sus estudios musicales a la edad de tres años, recibió el primer premio en el Concurso Internacional de Violín Josef Gingold en 1988, el Young Concert Artists International Auditions en 1989 así como la beca de carrera Avery Fisher en 1994. En 1993 fundó la orquesta de cámara Metamorphosen, que ha dirigido en los conciertos por suscripción en la Jordan Hall en Boston y en el Troy Savings Bank Music Hall en Troy, Nueva York; de gira también en lugares como Avery Fisher Hall y 92nd Street. 'Y' en Nueva York y la Biblioteca del Congreso en Washington.
Scott Yoo nació en Tokio y se crió en Glastonbury, Connecticut. Hijo de madre japonesa y padre coreano, asistió a la Universidad de Harvard, donde obtuvo la licenciatura. Estudió violín con Roman Totenberg, Albert Markov, Paul Kantor y Dorothy DeLay, y dirección orquestal con Michael Gilbert y Michael Tilson-Thomas.
Felisa H. Salmerón
Viola
Originaria de Veracruz, Ver., es una destacada violista mexicana que actualmente ocupa el cargo de Principal de Viola en la Filarmónica de la Ciudad de México y Principal de Viola en la Orquesta del Teatro de Bellas Artes. Ha sido una figura clave en diversos conjuntos orquestales, incluyendo su papel como viola principal en los Encuentros de Orquestas Juveniles de México entre 1996 y 1999, y en la Orquesta Juvenil de las Américas durante las giras de 2006, 2008 y 2011. También se desempeñó como Viola Principal de la Orquesta Sinfónica de Minería en las temporadas de 2013 y 2014.
En el ámbito de la música de cámara, ha sido integrante del Cuarteto Arcano (2014-2016) y del Trío Eleusys (2018-2022), proyectos con los que ha contribuido a la difusión de la música de cámara en México.
Felisa inició su formación musical en la Escuela Municipal de Bellas Artes, donde se graduó en el año 2000 como Técnica Ejecutante de Viola. Posteriormente, obtuvo la Licenciatura en Artes y la Licenciatura en Música por la Universidad de Washington, en Seattle, donde estudió bajo la tutela de reconocidos maestros como Helen Callus, Kelly Farris, y Kyung-Sun Chee. Continuó su formación en la Universidad de British Columbia, donde obtuvo una Maestría en Instrumentos Orquestales, estudiando con los profesores David Harding y Reg Quiring. En 2012, culminó su educación musical con una Maestría en Viola en el Real Conservatorio de Amberes, Bélgica, bajo la guía del profesor Leo De Neve. Ha tenido la oportunidad de perfeccionarse con maestros como Rey Alejandro Conde Valdivia, Melia Watras, y Erwin Schiffer.
Como solista, Felisa ha colaborado con importantes orquestas como la Orquesta Daniel Ayala, la Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, la Orquesta Sinfónica de Xalapa, la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica del Estado de Hidalgo, la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Orquesta Sinfónica del Estado de México. Entre sus actuaciones más destacadas se incluye una gira como solista con la OSUAH a Colombia en 2018.
Ha sido promotora del repertorio contemporáneo mexicano, estrenando numerosas obras, incluidas composiciones dedicadas especialmente a ella, como el concierto para Viola y Orquesta "Maxahuaxi" de Arturo Pantaleón, "Serendipia" de Andrea Chamizo, y "Salmerón" del compositor hondureño Marlo Herrera.
En el ámbito académico, Felisa es profesora de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Panamericana. Además, es miembro fundador del Ensamble de Violas de México, proyecto realizado junto con la maestra Milana Sobóleva, y desde 2015, funge como Directora Artística del Taller Internacional de Viola de las Américas (TIVA).

Consulta todas las actividades que la Ciudad de México tiene para ti