Yoo / Escuer: Nathan - Brahms
Esta página documenta un concierto pasado.

Sábado 17 de mayo, 18 horas
Domingo 18 de mayo, 12:30 horas
Sala Silvestre Revueltas
SCOTT YOO, director
ALEJANDRO ESCUER, flauta
Eric Nathan (1983) Los mares entre nosotros
Los mares entre nosotros
Entre los hitos notables de la carrera del compositor estadunidense Eric Nathan destacan el Premio de Roma en 2013 y la Beca Guggenheim en 2014. Además de compositor reconocido, con numerosos premios, encargos, estrenos y grabaciones de sus obras, es un importante educador (asociado principalmente con la Universidad de Brown), siendo profesor de diversas materias, desde composición hasta música popular. También ha recibido diversos reconocimientos por esas labores académicas. Entre los destacados intérpretes que han dado a conocer sus obras están, por ejemplo, Andris Nelsons, Dawn Upshaw, Lucy Shelton, Tony Arnold, Jessica Rivera, William Sharp, Jennifer Koh, Joseph Alessi, Gloria Cheng, Gilbert Kalish y muchos más. Y algunos de los ensambles que se han encargado de tocar sus partituras son la Sinfónica de Boston, la Sinfónica Nacional de los Estados Unidos, la Sinfónica de Milwaukee, el Ensamble Scharoun, Nouvel Ensemble Moderne, American Brass Quintet, Cuarteto Momenta, Ensamble Dal Niente, etc.
Eric Nathan comenta como antecedente y motivación para su obra titulada The Seas Between Us (‘Los mares entre nosotros’) el hecho de haber crecido junto al mar y haber observado su infinita variedad. Menciona también que cuando inició la composición de la pieza, solía dar largos paseos a la orilla del mar, de los cuales surgieron estas percepciones suyas:
Contemplé la vastedad del océano, reflexionando sobre sus dualidades inherentes. El mar trae destrucción y nueva vida a la vez, así como la incertidumbre de lo desconocido combinada con la certidumbre rítmica de la marea, que puede ser anticipada aún más que nuestra siguiente respiración. El mar separa a las sociedades unas de otras y a la vez las conecta. Es un hogar y el camino a nuevos comienzos. El mar encapsula tal fuerza, gracia, locura y belleza. En este concierto imagino a la flauta solista como protagonista de un drama, un personaje como un pájaro con inocencia y sabiduría a partes iguales, como uno de los pájaros de la poeta Emily Dickinson, emblemáticos de una esperanza que vive en ellos. […] El flautista consuela, guarda luto, anhela, ruega y baila.
Eric Nathan compuso The Seas Between Us gracias a un encargo de Elizabeth y Justus Schlichting (incansables y generosos promotores de la música nueva) durante una residencia en el centro para artistas MacDowell. Escrito en 2024, el Concierto para flauta y orquesta fue estrenado el 20 de octubre de ese año por Alejandro Escuer en la flauta y la Orquesta Filarmónica de Nueva Inglaterra, dirigida por Tianhui Ng. El estreno en México ocurre el 17 de mayo de 2025 con Escuer de nuevo como solista y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México dirigida por Scott Yoo. Se contemplan, además, estrenos locales de la obra con las orquestas de Chihuahua, Yucatán, Boca del Río y Acapulco.
At Sea (‘En el mar’)
To Dance (‘Bailar’)
Beyond Waves (‘Más allá de las olas’)
Johannes Brahms (1833-1897) Sinfonía No. 1 en do menor, Op. 68
Sinfonía No. 1 en do menor, Op. 68
La prensa escrita es, sin duda, una de las mejores fuentes documentales para apreciar cabalmente los vaivenes del gusto musical a través del tiempo. Hagamos, pues, una rápida revisión a algunos periódicos viejos que contienen críticas musicales.
En el Evening Transcript de Boston del 4 de enero de 1878 se encuentra esto:
Parece que en la Primera sinfonía de Brahms hay una gran cantidad de cosas superfluas y de constantes reiteraciones.
Al consultar el Daily Advertiser de la misma ciudad y de la misma fecha, aparece este texto:
Johannes Brahms es un moderno entre los modernos, y su sinfonía en do menor es una admirable expresión de estos tiempos angustiosos e introvertidos.
Dos días después de publicadas las notas citadas, el Courier, también de Boston, publicó una crítica en la que se decía:
En su mayor parte, la sinfonía en do menor de Brahms suena mórbida, tensa y antinatural. Casi toda ella es muy fea.
Todos estos y muchos otros ataques que recibió Johannes Brahms por su Primera sinfonía pueden atribuirse por una parte a la tradicional intolerancia de los críticos musicales y, por la otra, al hecho de que la creación de esta obra fue un proceso lento, doloroso, contradictorio y lleno de dudas por parte del compositor. Es bien conocida la reticencia que Brahms mostró para abordar la composición de su Primera sinfonía. Quienes afirman que esto se debía en parte a la pesada sombra de Ludwig van Beethoven (1770-1827), tienen algo de razón. En alguna ocasión, Brahms escribió una carta al director de orquesta Hermann Levi, en la que le decía:
No sabe usted lo que es vivir bajo la sombra de ese gigante.
Brahms decía esto no por presunción, sino porque estaba consciente de la grandeza de Beethoven, y estaba consciente también de que el público alemán y la crítica esperaban que él fuera el continuador de la gran obra sinfónica del compositor de Bonn.
Brahms inició la composición de su Primera sinfonía, con grandes dudas y recelos, allá por el año de 1855, y habrían de pasar más de 20 años para que la terminara. Tan sólo en el primer movimiento tardó siete años, y después de abandonar la obra durante mucho tiempo, volvió a ocuparse de ella hasta 1874. Esta enorme pausa se debió, entre otras cosas, a que Brahms quiso reafirmar sus conocimientos orquestales y sinfónicos, cosa que logró por varios caminos. Su trabajo con la orquesta de la corte de Detmold entre 1857 y 1859 le dio la seguridad suficiente para dar a conocer al público sus dos serenatas para orquesta. Sin embargo, cuando creyó que su cita con la sinfonía se acercaba, el fracaso de su Primer concierto para piano (Leipzig, 1859) le hizo dar marcha atrás. En 1872, dos años después de haberlo rechazado originalmente, Brahms aceptó el puesto de director del coro y la orquesta de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena, y su contacto cercano con una orquesta sinfónica lo puso de nuevo en el camino de terminar su primera y muy esperada sinfonía. Como sólidos ensayos preliminares a esta obra suya, Brahms compuso el Réquiem alemán y la Rapsodia para contralto en 1869, y las Variaciones sobre un tema de Haydn en 1873. Dos años más tarde en 1875, renunció a la dirección de la orquesta y el coro y se dedicó de lleno a terminar su Primera sinfonía.
Hay quienes dicen que el solemne y oscuro primer movimiento le fue inspirado a Brahms por la muerte de su querido amigo, el compositor Robert Schumann (1810-1856). El caso es que en 1862, Clara, la viuda de Schumann y también cercana amiga de Brahms, daba noticia al violinista Joseph Joachim de haber recibido el manuscrito del primer movimiento de la Primera sinfonía de Brahms, y se expresaba en buenos términos de su originalidad y atrevimiento. Brahms terminó la sinfonía en Rügen en septiembre de 1876 y el estreno tuvo lugar el 4 de noviembre de ese mismo año en la ciudad de Karlsruhe. De inmediato, la sombra del gigante volvió a caer sobre Brahms: el pianista y director de orquesta Hans von Bülow afirmó categóricamente que la Primera sinfonía de Brahms era como la Décima de Beethoven, cosa que a Brahms no le hizo ninguna gracia. De hecho, algunos críticos llegaron a decir que el Allegro del cuarto movimiento era muy similar en su diseño formal al finale de la Novena sinfonía de Beethoven, cosa que es muy discutible. Lo que Brahms logró muy exitosamente en su Primera sinfonía fue aportar un lenguaje sinfónico claro, sobrio, compacto, lejano de las ideas orquestales de Franz Liszt (1811-1886), Héctor Berlioz (1803-1869) y Richard Wagner (1813-1883), y más cercano a la concentración e intensidad de su propia música de cámara.
Hoy en día persisten ciertas discrepancias sobre la fecha en la que Brahms terminó en realidad la Primera sinfonía. Hay quienes dicen que el manuscrito estaba prácticamente terminado en 1862, mientras que otros coinciden en la versión de que el compositor dio los últimos toques a la partitura hasta 1876. El caso es que después del estreno en Karlsruhe, que fue dirigido por Otto Dessoff, el mismo Brahms dirigió su Primera sinfonía en Mannheim, Viena, Leipzig y Breslau. La obra fue recibida con respeto y admiración, pero no tuvo éxito real hasta que se aplacó la pugna entre los partidarios de Wagner y los de Brahms.
Es evidente que después del difícil parto de su Primera sinfonía Brahms le perdió el miedo a la forma sinfónica, porque sus otras tres sinfonías fueron estrenadas con intervalos de tiempo relativamente cortos: 1877, 1883 y 1885. Por fortuna para Brahms, la gigantesca sombra de Beethoven ya no pesaba sobre sus espaldas.
Un poco sostenuto-Allegro
Andante sostenuto
Un poco allegretto e grazioso
Adagio-Piu andante-Allegro non troppo ma con brio
Scott Yoo

Director(a)
Scott Yoo es director principal y director artístico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y director musical del Festival Mozaic. Es también anfitrión y productor ejecutivo de la nueva serie de PBS Now Hear This, primera serie sobre música clásica en la televisión estadounidense agendada para prime time en 50 años. Es director del festival de música de Colorado College y fundador del Medellín Festicámara, programa de música de cámara que reúne a artistas de talla mundial con jóvenes músicos desfavorecidos.
En el último año, el Mtro. Yoo dirigió la London Symphony Orchestra y la Royal Scottish National Orchestra en grabaciones para Sony Classical. Ha dirigido las sinfónicas de Colorado, Dallas, Indianápolis, Nuevo Mundo, San Francisco y Utah, y a la Orquesta de Cámara de St. Paul tanto en su festival propio, el Elliott Carter, como en su debut en el Carnegie Hall. En Europa ha dirigido la English Chamber Orchestra, la City of London Sinfonia, la Britten Sinfonia, la orquesta filarmónica de Radio Francia, el ensamble orquestal de Paris, la Odense Symphony y la Sinfónica Nacional de Estonia. En Asia el Mtro. Yoo ha dirigido la Orquesta sinfónica Yomiuri Nippon en Tokio, la Filarmónica de Seúl y Filarmónica de Busan en Corea.
Como defensor de la música de nuestro tiempo, Yoo ha estrenado 71 obras de 38 compositores. Con la orquesta de cámara Metamorphosen, grabó American Seasons de Mark O'Connor para Sony Classical; con la orquesta de cámara John Harbison, trabajando con la soprano Dawn Upshaw para Bridge Records, consiguieron la nominación al National Public Radio Performance Today; y los ciclos de canciones de Earl Kim con las sopranos Benita Valente y Karol Bennett para el sello New World, grabación que recibió el Critics Choice en el New York Times. Otros de sus proyectos de grabación incluyen la obra integral para orquesta de Earl Kim con la Orquesta Nacional de Irlanda RTE para el sello Naxos, las obras de Carter, Lieberson y Ruders, y el ciclo de conciertos para piano de Mozart.
Como violinista, Yoo se ha presentado como solista en la Boston Symphony, la Dallas Symphony, la San Francisco Symphony, la Colorado Symphony, la Indianapolis Symphony, la New World Symphony y la Orquesta de St. Luke's. También ha sido invitado a festivales de música de cámara en todo Estados Unidos, como el Bargemusic, el propio de la Boston Chamber Music Society, con la Chamber Music Society del Lincoln Center, el Kingston Chamber Music Festival, Laurel Music Festival, New Hampshire Music Festival y el Seattle Chamber Music Festival.
Tras comenzar sus estudios musicales a la edad de tres años, recibió el primer premio en el Concurso Internacional de Violín Josef Gingold en 1988, el Young Concert Artists International Auditions en 1989 así como la beca de carrera Avery Fisher en 1994. En 1993 fundó la orquesta de cámara Metamorphosen, que ha dirigido en los conciertos por suscripción en la Jordan Hall en Boston y en el Troy Savings Bank Music Hall en Troy, Nueva York; de gira también en lugares como Avery Fisher Hall y 92nd Street. 'Y' en Nueva York y la Biblioteca del Congreso en Washington.
Scott Yoo nació en Tokio y se crió en Glastonbury, Connecticut. Hijo de madre japonesa y padre coreano, asistió a la Universidad de Harvard, donde obtuvo la licenciatura. Estudió violín con Roman Totenberg, Albert Markov, Paul Kantor y Dorothy DeLay, y dirección orquestal con Michael Gilbert y Michael Tilson-Thomas.
Alejandro Escuer

Flauta
Alejandro Escuer es flautista, compositor, artista multidisciplinario, curador y productor musical mexicano especializado en la música contemporánea. Como flautista ha estrenado más de cien obras dedicadas a él de compositores de los cinco continentes para flauta y orquesta, flauta y ensamble, flauta y electrónica, flauta y cuarteto de cuerdas entre muchas otras combinaciones. Como compositor ha desarrollado un discurso cercano al arte sonoro en combinación con un virtuosismo instrumental y poético muy especial reconocido por personalidades como Karlheinz Stockhausen, Robert Dick o la prensa, calificando su música y forma de tocar como Alluring, imaginative, rewarding (The New York Times).
Alejandro Escuer realizó sus estudios de doctorado en la Universidad de Nueva York donde obtuvo P.h. D. Doctor of Philosophy in Music con especialidad en interpretación (flauta), composición e improvisación musical. Sus estudios de maestría los realizó en el Sweelinck Conservatorium Amsterdam Holanda con el grado y distinción más alto que los países bajos otorgan: Uitvoerend Musicus (intérprete solista). Además realizó sus estudios a nivel licenciatura en el Conservatorio Nacional de Música y cursó la carrera de Sociología en la UNAM. Paralelamente a sus estudios formales trabajó con los flautistas Mario Salinas desde niño y con Marielena Arizpe en México, con Koos Verheul en Amsterdam Conservatory, con Severino Gazzelloni en la Accademia Musicale Chigiana Siena, Italia; con Kurt Redel (Alemania), con William Bennett en la Royal Academy of Music Londres, con Peter Lukas Graf (Suiza); con Itzvan Matuz (Hungría), y con Esther Lamneck y Robert Dick (Nueva York University).
Ha aparecido como solista con orquesta en numerosas ocasiones, estrenando obras dedicadas a él de Gabriela Ortiz, Enrico Chapela, Michael Matthews, Arturo Márquez, Mauricio Beltrán, Hebert Vázquez, entre otros y estrenadas en México por el: Joseph Schwantner, Kaija Saariaho entre otros compositores con la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Sinfónica de Guatemala, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, La Orquesta Sinfónica de Heredia en Costa Rica, La Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí entre muchas otras.
Se trata de un creador más que de un flautista común: Alejandro Escuer parte de una perspectiva multidisciplinaria, es decir directamente acústica y visual, entre el virtuosismo instrumental, la composición musical, la improvisación, la visualización gráfica, el uso de tecnología electroacústica y la concepción formal y de contenido cercana a las humanidades y a las ciencias sociales. Es así como ha incursionado en el desarrollo máximo de las técnicas extendidas para su instrumento, el arte sonoro, la instalación, llegando a implementar proyectos para la intervención de espacios públicos de impacto masivo con temáticas vinculadas a la crítica social, a la ecología, a la filosofía, a la sustentabilidad y especialmente a la conciencia y reflexión sobre el futuro del ser humano. Su música incorpora el uso de instrumentos que introdujo a Latinoamérica por primera vez: flauta contrabajo (de 2.4 m de longitud), flauta sub-contrabajo (de casi 4.5 m de longitud), flauta contralto especialmente construida para él y embocadura de flauta microtonal. Es el creador y director artístico de ÓNIX Ensamble, grupo mexicano especializado en la interpretación de la música contemporánea con más de 160 obras dedicadas y estrenadas a lo largo de sus 22 años de trayectoria.
En el año 2000 fundó y creó el proyecto multidisciplinario LUMÍNICO para flauta solista, video en tiempo real y música electroacústica con el compositor Rodrigo Sigal donde se exploran interconexiones entre diversas músicas del mundo (India, Japón, Irán, música clásica contemporánea) y la relación de la música electrónica con otras disciplinas. [www.luminico.org]{.underline} A través de este proyecto ha desarrollado una carrera como solista con uso de nuevas tecnologías, estrenando más de 40 obras para estos formatos. Cuenta con 19 discos grabados, siete de los cuales son como solista, cinco con ÓNIX y el resto son colaboraciones internacionales. Entre los premios y reconocimientos que ha recibido Alejandro Escuer destacan: National Association of Latino Arts and Cultures Award 2012; Creador Escénico con Trayectoria 2010-13 (FONCA-CONACULTA), Proyectos de Coinversiones, tres becas como intérprete, incluyendo Rockefeller Foundation-Bancomer-FONCA, programa México en Escena para el proyecto ONIX Ensamble en 7 ocasiones, Fulbright-García Robles 2008 para la composición de cuatro obras durante estancia postdoctoral, primer premio del Independent Music Awards por mejor álbum de música clásica contemporánea 2014, reconocimiento internacional como solista creativo de su instrumento en 2014, además de concursos de oposición ganados como profesor titular definitivo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Facultad de Música, entre otros.
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