Monteón, Paulina - _De la tierra brotan colores_

Paulina Monteón

De la tierra brotan colores

Esta obra fue creada bajo auspicio de la UNAM a través de la Cátedra Extraordinaria "Arturo Márquez de Composición Musical" en su edición 2022.

“Todos hemos atravesado una pérdida: la partida de alguien, momentos de dolor, algo que nos ha tirado”, expresa la compositora Paulina Monteón al hablar sobre el detonante de su obra De la tierra brotan colores. Compuesta en 2022 como parte de su participación en la Cátedra Extraordinaria Arturo Márquez de Composición Musical, fue estrenada al año siguiente por la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata. A partir de ahí, esta obra ha cobrado vida propia, y ha sido interpretada por la Sinfónica Nacional, la Sinfónica de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, la Sinfónica Estanislao Mejía de la Facultad de Música de la UNAM y, recientemente en Cuba, en una versión para banda sinfónica creada por la misma compositora para el director mexicano David Pérez Olmedo.

Aquel “detonante” aparece en los primeros compases de la obra, y desata lo que la autora concibe como: “un proceso de lucha interna, a veces con uno mismo, donde nos sentimos perdidos tras ese primer golpe que bien puede ser una muerte, una separación, un momento en la vida que no esperabas enfrentar”. Resiliencia le han llamado a este proceso de enfrentar las adversidades cotidianas. Pero, como la misma compositora afirma: “este proceso no es lineal, a veces tenemos días buenos, otros son días malos, pero hay que ser pacientes”. Y es así como la obra nos lleva de la mano a través del desarrollo de un tema que emerge de la tierra, de los registros más graves de la orquesta, como “cuando estamos en el piso y decidimos levantarnos”. La orquesta elabora distintas atmósferas, se convierte en un ser viviente que se debate entre la nostalgia del ayer y la esperanza del futuro, hasta enfrentarse con estallidos de furia que se ofrecen como los embates de la vida.

“Si uno no acepta, no puede seguir, de ahí la necesidad de abrazar el dolor o el cambio de aquello que fue parte de ti, pero ya no es… Aprendes y sigues adelante”, expresa Monteón. Y, en el mismo sentido, tras la batalla el tema surge de nuevo con la necesidad de seguir andando; pues “es en la aceptación donde emergen los colores de la vida”, donde el amor se presenta como el único recurso sanador y el motor para volver a empezar. Esta obra no sólo nos lleva a contemplar los efectos tímbricos de la orquesta y la idea del resurgimiento, en palabras de la compositora: “es también una invitación a la empatía frente a los procesos de otras personas”, abriendo la puerta a la reflexión sobre nuestros propios procesos internos, aquellos que, de una u otra forma, todos hemos vivido.

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