Mozart, Wolfgang Amadeus - Serenata en si bemol mayor, K 361 _Gran Partita_

Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)

Serenata en si bemol mayor, K 361 Gran Partita

Largo-Allegro molto
Menuetto e trio I y II
Adagio
Menuetto e trio I y II
Romanze
Tema con variazioni
Rondó

En el vasto y variado catálogo musical de Wolfgang Amadeus Mozart abundan las pruebas irrefutables de su especial conocimiento de las posibilidades y alcances de los instrumentos de aliento; si sus numerosas obras de cámara y sus espléndidos conciertos para solistas de aliento y orquesta forman el cuerpo de la evidencia, sin duda su punto culminante es la soberbia Serenata K. 361, quizá la obra más importante jamás escrita para los alientos-madera.

Mozart inició la composición de esta fascinante obra en Munich, al inicio de 1781, poco después del estreno de su ópera Idomeneo. Es probable que la Serenata K. 361 haya sido escrita para la sección de alientos de la Orquesta de la Corte de Munich, que no era otra que la muy famosa Orquesta de Mannheim, que se había trasladado a la ciudad bávara en 1778 cuando el príncipe Karl Theodor se convirtió en Elector de Baviera. Algunas fuentes afirman que es probable que Mozart haya escrito la Serenata K. 361 con la finalidad de obtener algún puesto musical importante en la corte de Munich; si así fue, tal puesto nunca se materializó, y Mozart dejó Munich para irse a Viena en marzo de 1781, quizá sin haber tenido la dicha de oír su Serenata interpretada por los espléndidos músicos de Mannheim-Munich. Otros documentos señalan que cuando Mozart dejó Munich la Serenata estaba inconclusa y que fue terminada en Viena en el verano de ese mismo año, en una época en la que el compositor pasaba por un amargo período de pugna con el arzobispo Jerónimo Colloredo, su despótico patrón.

El 23 de marzo de 1784 se publicó en un diario vienés la noticia de que se daría un concierto especial a beneficio del clarinetista Anton Stadler, espléndido intérprete y amigo cercano de Mozart, en el que se tocarían entre otras obras “una gran pieza para alientos, de tipo muy especial, compuesta por Herr Mozart”. Al parecer, no hay duda de que la obra en cuestión fue la Serenata K. 361, ya que hay otra referencia con la misma fecha en los escritos de un tal Johann Friedrich Schink, donde el autor comenta:

Hoy escuché también música para instrumentos de aliento, cuatro cornos, dos oboes, dos fagotes, dos clarinetes, dos corni di bassetto y un contrabajo; en cada instrumento había un maestro, y la obra causó un gran efecto, glorioso y enorme, excelente y sublime.

Sin duda, los calificativos aplicados por Schink a esta singular pieza de Mozart no eran exagerados y son, hasta la fecha, más que elocuentes para describir esta asombrosa partitura. El manuscrito de la Serenata K. 361 permaneció en manos privadas hasta 1942, año en que fue adquirido por la Biblioteca del Congreso en Washington. Algunos estudios que se han realizado sobre este manuscrito autógrafo de la obra indican, por ejemplo, que la fecha de 1780 y el encabezado de Gran partita fueron escritos por una mano ajena a Mozart; además, algunas ediciones espurias de la obra contienen numerosos errores de fraseo y dinámica e, incluso, notas falsas. Por otra parte, el manuscrito original demuestra más allá de toda duda que para anclar el registro profundo de su Serenata K. 361 Mozart especificó claramente el contrabajo, echando por tierra la idea de algunos musicólogos que afirman que en vez del contrabajo debería utilizarse un contrafagot. Sobre este asunto, conviene recordar que el contrafagot de aquellos tiempos era un instrumento torpe, de sonido áspero y de afinación imprecisa. Sobre el mismo tema de la instrumentación, parece ser que esta obra marca la primera ocasión en que Mozart utilizó el corno di bassetto, instrumento similar al clarinete, pero de registro más profundo.

Así, con esta inusual combinación de alientos y contrabajo, Mozart creó una de las obras culminantes de su catálogo, una pieza perfecta en cada uno de sus movimientos, entre los que vale la pena destacar dos: el Adagio que ocupa el tercer lugar, en el que Mozart llega a alturas insospechadas de lirismo y expresividad, y el Rondó con el que culmina la obra, un movimiento vivaz y extrovertido de una lógica y una simetría incomparables. Cabe señalar el hecho de que la Serenata K. 361 existe en dos arreglos alternativos a la versión original. El primero de ellos, quizá ajeno a Mozart, es una reducción de los tres primeros movimientos y el final para quinteto de cuerdas; el segundo, probablemente auténtico, es de la obra completa transcrita para octeto de alientos. En algunos textos puede leerse que Mozart eligió la Serenata K. 361 como la música principal para acompañar la ceremonia de su matrimonio con Constanza Weber, el 4 de agosto de 1782. Si así fue, el compositor no pudo elegir mejores sonidos para complementar el importante acontecimiento.

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