Boulanger, Lili - _De una mañana de primavera_

Lili Boulanger (1893 - 1918)

De una mañana de primavera

Sin duda, las hermanas Lili y Nadia Boulanger representan un caso único en la historia de la música. Lili Boulanger, débil y enfermiza, murió prematuramente a los 24 años de edad, dejando un notable legado de composiciones musicales; su hermana Nadia (1887-1979), que vivió una larga y productiva vida hasta los 93 años, dejó una huella imborrable como maestra de numerosos compositores, tanto de Europa como de América. No deja de ser curioso el hecho de que hoy en día, en el mundo de la música, se recuerda y se estudia más a la maestra que a la compositora.
Marie-Juliette Olga Boulanger, conocida afectuosamente como Lili, fue desde temprana edad una niña enfermiza. A los dos años comenzó a sufrir la bronconeumonía y la colitis que le habrían de acompañar durante toda su corta vida; al mismo tiempo, comenzó a cantar melodías de oído. A sus seis años comenzó a asistir como oyente a las clases de música de su hermana Nadia y a los diez hizo sus primeros experimentos en composición. Su temprano desarrollo musical fue ayudado por la continua presencia de Gabriel Fauré (1845-1924) en el hogar de los Boulanger. Muy niña aún, Lili Boulanger cantó algunas canciones de Fauré con el propio compositor al piano. En 1912 fue admitida oficialmente en el Conservatorio de París, donde estudió bajo la guía de Georges Caussade y Paul Vidal. En 1913 obtuvo el Premio Lepaulle y, más tarde en ese mismo año, se convirtió en la primera mujer en ganar el prestigioso Premio de Roma en el área de composición, con su cantata Fausto y Helena. De inmediato, la casa editora Ricordi le ofreció un contrato para la publicación de sus obras. Durante su estancia en la Villa Medici de Roma, como parte del premio, compuso un número significativo de obras y entabló amistades duraderas. En 1915, durante la guerra, Lili Boulanger estableció un programa de correspondencia y asistencia para los soldados franceses en el frente, para contribuir a elevar la moral de las tropas. Un año más tarde, el dramaturgo belga Maurice Maeterlinck la autorizó a utilizar una obra suya, La princesa Maleine, como libreto para una ópera. Durante todos estos años, su trabajo como compositora se vio constantemente obstaculizado e impedido por su frágil estado de salud, y llegó incluso a someterse a tratamientos experimentales que, a la larga, resultaron infructuosos. Durante la última etapa de su vida, algunas de sus composiciones fueron interpretadas en público por su hermana Nadia, pero su enfermedad le impidió asistir a esos conciertos. Al inicio de 1918, demasiado débil para escribir, dictó a Nadia su última partitura, Pie Jesu. El 15 de marzo de 1918, en medio del bombardeo alemán a París, Lili Boulanger murió a los 24 años de edad.
En su corta vida, Lili Boulanger alcanzó a componer cerca de cincuenta obras; el hecho de que la mayor parte de ellas incluyan la voz humana no es sino un reflejo de su propio gusto por el canto y por la música vocal. Entre sus obras vocales, además, hay una presencia significativa de los textos de los Salmos, lo que parecería indicar una vocación religiosa de su parte. El musicólogo Dominique Jameux afirma lo siguiente sobre la música de Lili Boulanger:

Entre sus mejores obras está la puesta en música del salmo Desde el fondo del abismo (1914-1917), una vasta pieza de asombrosa solemnidad y grandeza, densa y al mismo tiempo sutil, en la que la compositora demuestra un manejo magistral tanto de las grandes masas como de la voz solista. Otra pieza coral, Vieja plegaria budista (1917) tiene discretos toques exóticos. Las texturas contrapuntísticas y el discreto cromatismo colocan a su música en medio de la tradición francesa de su tiempo.

La información sobre Lili Boulanger y su música no es ni muy abundante ni muy fidedigna, y el hecho de que existan distintas versiones grabadas de la obra De una mañana de primavera sin duda se presta a confusión. Al respecto, cito este breve texto de Kyle Gann, aparecido en un boletín electrónico patrocinado por la American Symphony Orchestra de los Estados Unidos:

En su corta vida, Lili Boulanger compuso más de cincuenta obras, desde piezas corales como Pie Jesu (interpretada en su funeral) y la enorme Desde el fondo del abismo, hasta numerosas piezas breves de cámara que hasta la fecha son populares. De una tarde triste y De una mañana de primavera, tradicionalmente interpretadas juntas, son versiones orquestales de dos de esas obras de cámara. La primera existe también en una versión para violoncello y piano, y la segunda es originalmente un brillante dúo para flauta (o violín) y piano. Que son obras que van juntas es obvio desde los motivos iniciales que, aunque distintos en velocidad son casi idénticos en su melodía, que comienza con un motivo de notas punteadas mi-sol-mi-re-mi. La Tarde triste está desarrollada con armonías agridulces y cierta semejanza con Debussy, mientras que la Mañana de primavera está escrita en un lenguaje más liviano de tonalidades cambiantes; ambas piezas son claramente modales. Escritas en 1918, estas son las dos últimas obras que Lili Boulanger, por su delicada salud, pudo copiar ella misma. Aun así, las indicaciones dinámicas y de expresión fueron puestas por su hermana Nadia.

A propósito de la última frase del texto de Gann: se dice que Nadia Boulanger vivió una relación muy tormentosa con su hermana menor, marcada a partes iguales por la culpa y por la envidia. El hecho es que después de la muerte de su talentosa hermana, Nadia Boulanger ya no compuso más.

Consulta todas las actividades que la Ciudad de México tiene para ti