Händel, Georg Friedrich - Marcha del _Oratorio ocasional_, HWV 62

Georg Friedrich Händel (1685-1759)

Marcha del Oratorio ocasional, HWV 62

(Arreglo de Julio Briseño)

Si bien es un hecho que una de las áreas más sólidas del catálogo de composiciones de Georg Friedrich Händel es la que contiene sus oratorios, no es del todo fácil compilar una lista completa y certera de ellos, debido entre otras cosas a que algunas obras de este tipo han sido consideradas más como odas que como oratorios, así como al hecho de que Händel utilizó música de algunos oratorios para incluirla en otros. En el contexto de la abundante lista de oratorios de Händel (varios de los cuales son considerados, con plena justicia, como obras maestras), la obra conocida como Oratorio ocasional ocupa un lugar aparte, por cuanto no se trata de una obra plenamente original. Entre el final de 1745 y el inicio de 1746, Händel se encontraba en un estado de particular preocupación, entre su precaria salud y los acontecimientos políticos y militares que se sucedían a su alrededor. Se dice que esas preocupaciones disminuyeron en cierta medida sus deseos de componer, aunque se dio tiempo para escribir una canción patriótica dedicada a “los caballeros voluntarios de la Ciudad de Londres”. Para esas fechas, Händel ya había compuesto algunos de sus oratorios más importantes, y al parecer, el impulso de seguir explorando este género sinfónico-coral fue más fuerte que las preocupaciones. Sin embargo, para su siguiente oratorio, el compositor no creó música enteramente nueva, sino que siguió una costumbre bastante usual de la época y realizó una especie de collage para dar forma a la partitura de su Oratorio ocasional, o Nuevo oratorio ocasional, conocido también en ocasiones como Festoratorium.

El Oratorio ocasional fue estrenado casi inmediatamente después de ser terminado, y el 14 de febrero de 1746 se dio la primera de tres funciones, con una orquesta formada especialmente para la ocasión y dirigida por el violinista, compositor y director holandés Willem De Fesch. Hay una anécdota que dice que Händel ofreció entrada gratuita a las funciones de su Oratorio ocasional a los suscriptores de su temporada anterior.

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