Suite de la Música acuática, HWV 348
(Arreglo de Elgar Howarth)
Allegro
Aria
Bourrée
Hornpipe
La Música acuática de Georg Friedrich Händel es probablemente la única obra famosa que cuenta con el privilegio histórico de haber sido estrenada en varios lugares a la vez. O para decirlo con más propiedad, se trató de un estreno móvil o ambulante, ya que una pieza se estrenó en un lugar, la siguiente un poco más allá, la siguiente todavía más lejos, etc. etc. Para quienes conocen esta brillante música barroca, lo anterior no es ni una broma ni un misterio, sino una simple descripción de lo que ocurrió aquel 17 de julio de 1717. Para ese día, el rey Jorge I de Inglaterra tenía planeado hacer un recorrido entre Whitehall y Chelsea con toda su corte, y decidió realizar ese trayecto por agua en vez de hacerlo por tierra. Este breve paseo, que en circunstancias normales no hubiera llamado la atención de nadie, fue suficientemente espectacular como para dar origen a varias crónicas. Una de ellas se debe a un caballero llamado Friedrich Bonet, quien era el embajador de Prusia en Londres y quien tuvo la oportunidad de atestiguar el singular viaje. En su reporte enviado a Berlín, Bonet decía que el río Támesis se había visto fastuosamente adornado por la presencia de la barca real que transportaba al rey y a su corte, así como por otras barcas que llevaban a los dignatarios invitados. Surcando el río muy cerca de esta barca, prácticamente navegando sobre su estela, otra barca llevaba a un numeroso grupo de músicos que tocaban trompetas, cornos, oboes, fagotes, flautas traversas, flautas dulces, violines y bajos. Esta fluvial orquesta era dirigida con toda la pompa y circunstancia del caso por un caballero elegantemente vestido y ataviado con la indispensable peluca. El resto, como dicen por ahí, es historia: el director de la orquesta, Georg Friedrich Händel, era a la vez el compositor de lo que se tocó en ese viaje, y la obra era la muy famosa Música acuática.