Solistas OFCM: Yoo - Cornejo
Sáb, 05/Abr/2025 - 18:00 Dom, 06/Abr/2025 - 12:30 |
Sala Silvestre Revueltas Sala Silvestre Revueltas |
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Sábado 5 de abril, 18 horas
Domingo 6 de abril, 12:30 horas
Sala Silvestre Revueltas
SCOTT YOO, director
IGNACIO CORNEJO, trompeta
Coro de Mujeres por confirmar
Alexander Arutiunian (1920-2012) Concierto para trompeta y orquesta en la bemol mayor
Concierto para trompeta y orquesta en la bemol mayor
De carrera larga y prolífica, Alexander Grigori Arutiunian fue originario de Erevan, la capital de Armenia, y se convirtió en uno de los creadores más admirados de esa nación que solía formar parte de la extinta Unión Soviética. Realizó lo más importante de sus estudios básicos en el Conservatorio Komitas (nombrado en honor de otro gran músico armenio) de su ciudad natal, y más tarde viajó a Moscú a perfeccionar su aprendizaje en la Casa de la Cultura Armenia, dividiendo su tiempo entre el estudio de la composición y el piano. Desde esa temprana época, Arutiunian se expresó en un lenguaje musical en el que ya se hallaba muy presente la vena nacionalista, una aguda conciencia de su compromiso con la cultura de Armenia; una de las primeras muestras de ello está en su obra de graduación, que fue la Cantata a la patria (1948). Años más tarde, el compositor crearía otra cantata de inspiración similar, La historia del pueblo armenio (1960). Dedicado también a labores de dirección de orquesta, Arutiunian fue nombrado director de la Orquesta Filarmónica de Armenia en 1954, y obtuvo un puesto como profesor en el Conservatorio de Erevan. En el año de 1970, el año de su cincuentenario, fue nombrado Artista del Pueblo de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas; tres años antes Arutiunian había escrito su Oda a Lenin. Entre otros reconocimientos oficiales, Arutiunian fue galardonado también con la Orden de San Mesrop Mashtots, en el año 2001. Las obras de Arutiunian están fuertemente marcadas por armonías y melodías populares, en especial aquellas que provienen de la tradición armenia de los ashugner o trovadores folklóricos. En este sentido, la música de Arutiunian tiene muchos puntos de contacto con la de su colega Aram Khachaturian (1903-1978). Entre los conceptos que la crítica ha vertido sobre el compositor armenio, vale la pena destacar éste, escrito por Jacques Longchampt en el diario parisino Le Monde en 1977:
Alexander Arutiunian, cuya música alterna entre hermosos reflejos del impresionismo y rústicas danzas folklóricas, y cuyas volcánicas y sentimentales obras son irresistibles.
La presencia de la música concertante en el catálogo de Arutiunian es amplia y variada, a juzgar por la enumeración siguiente:
- Concierto para piano (1941)
- Concierto para voz (1949)
- Concierto para trompeta (1950)
- Concertino para piano (1951)
- Scherzo concertante para trompeta (1954)
- Concierto para soprano (1959)
- Concierto para corno (1962, rev. 1985)
- Concertino para quinteto de alientos (1964)
- Concertino para violoncello (1971)
- Concierto para violín, Armenia 88 (1988)
- Concierto para trombón (1990)
- Concierto para tuba (1992)
En esta lista se encuentra la obra más difundida y popular de Arutiunian, su fogoso y extrovertido Concierto para trompeta y orquesta, pieza indispensable en el repertorio del instrumento. El primer movimiento de la obra se inicia con la presencia inmediata de la trompeta solista, que entona una declamación potente y heroica, en la que se perciben los perfiles melódicos y armónicos estilizados de la música popular. Después de esta declamación, el ambiente solemne del principio da paso a un Allegro extrovertido y brillante, de gran virtuosismo para la trompeta. Este episodio es relativamente breve, y da paso a otro, más lento, más lírico y más expresivo, de amplios arcos melódicos, igualmente coloreados por algunos elementos de música tradicional. Después de este episodio, vuelven los materiales del Allegro anterior, tratados de maneras distintas; en este sentido, podría reconocerse en este movimiento una forma ternaria del tipo A-B-A’. Para la conclusión del movimiento, la orquesta reafirma los temas escuchados al inicio de la obra. Sin pausa, llega el segundo movimiento, lírico y nostálgico, protagonizado por el sonido de la trompeta con sordina; aquí se hacen aún más evidentes los puntos de contacto entre la música de Arutiunian y la de su colega y compatriota, Aram Khachaturian. El último movimiento llega, de nuevo, sin pausa, y se trata de una especie de reflejo, tanto en sus temas como en su estado de ánimo, del primer movimiento. No es casual, en este sentido, que el movimiento conclusivo esté designado como Tempo I, en una clara referencia al movimiento inicial. Así, la forma general del concierto también es A-B-A’.Después de reestablecer enfáticamente los materiales principales de la obra, Arutiunian propone una cadenza marcada ad libitum en la partitura, lo que indica que el intérprete puede prescindir de ella si así lo decide. Sin embargo, ¿qué trompetista que se respete querría perderse esta oportunidad para el lucimiento de su sonido y su técnica? El final de la cadenza marca también el final del concierto, ya que después de ella hay apenas unos cuantos acordes conclusivos.
Alexander Arutiunian escribió su Concierto para trompeta con dedicatoria al gran trompetista ruso Timofey Dokshitser, quien se encargó de su estreno y, más tarde, al emigrar a Occidente, lo dio a conocer en el mundo entero. Su grabación de la obra sigue siendo el registro de referencia del Concierto para trompeta de Arutiunian, pero los aficionados harían bien en escuchar, a manera de gozosa comparación, las grabaciones que han realizado otros notables trompetistas, como Bibi Black, Sergei Nakariakov, Jouko Harjanne, Guy Touvron y el mismísimo Arturo Sandoval, trompetista cubano asociado principalmente con el jazz y otras expresiones afines. Nota final para los amantes de la trompeta:
Arutiunian compuso también unas interesantes Variaciones para trompeta y orquesta que datan de 1972.
Andante – Allegro energico
Meno mosso
Tempo I
Gustav Holst (1874-1934) Los planetas
Los planetas
Si fuera necesario hacer una lista de los compositores con tendencias místicas, seguramente entre los primeros lugares estarían músicos como el ruso Alexander Scriabin (1872-1915) y el estadunidense Alan Hovhaness (1911-2000), y muy cerca de ellos, el inglés Gustav Holst. La genealogía y la historia de sus primeros años no parecen justificar el hecho de que Holst haya desarrollado un interés tan especial en ciertas cuestiones esotéricas. Originalmente, la educación musical de Holst parecía tenerle reservado un buen futuro como pianista, pero una lesión en una mano lo obligó a dedicarse al órgano y, con mayor vocación aun, al trombón. Después de terminar sus estudios de trombón con el profesor Case, el joven Holst se unió a la orquesta de la Compañía de Ópera Carl Rosa como primer trombón. Durante su estancia en esta orquesta Holst comenzó a interesarse por la mitología y la filosofía del oriente, al grado de que se puso a aprender el sánscrito para poder estudiar la literatura oriental en versiones originales. De estos primeros contactos de Holst con el misticismo surgió lo que a la larga sería una de las dos vertientes principales de su música. En la otra vertiente hallamos una serie de obras suyas relacionadas directamente con el espíritu inglés, ya sea en forma de canciones basadas en poemas ingleses, o sus suites para banda, o su música para piano basada en temas populares. Por otra parte, encontramos que Holst transformó en música su interés por las cuestiones místicas a través de diversas formas musicales. Así, compuso la ópera Sita basada en un episodio del Ramayana, el libro sagrado hindú. Más tarde, Holst escribió varias piezas vocales y corales sobre textos del Rig-Veda, y para completar el ciclo de los libros sacros de la India, compuso la ópera Savitri, basada en un episodio del Mahabarata. Hacia 1901 Holst se interesó por una peculiar fiesta religiosa de Argelia, y sobre ella escribió la suite orquestal Beni Mora. Así pues, no es extraño que Holst haya decidido abordar en su música un tema místico que es común a toda la humanidad: la astrología, bajo cuya inspiración compuso la más popular de sus obras, y sin duda una de las suites orquestales más interesantes del siglo XX: Los planetas.
El nacimiento de esta pieza tiene una interesante historia, que bien vale la pena de ser narrada otra vez. El gran director de orquesta inglés Adrian Boult escuchó primero la versión para dos pianos de Los planetas, tocada por dos señoritas que eran asistentes de Holst en la Escuela de San Pablo, donde el compositor era maestro. Poco después, en el otoño de 1918 y en plena Primera Guerra Mundial, Holst se puso en contacto con Boult para hacerle una proposición. El compositor debía partir hacia Salónica, en donde participaría en los proyectos de educación del ejército británico. Sucedió entonces que Balfour Gardiner, un compositor menor cuyo mérito principal fue el de promover continuamente la música de sus colegas, ofreció a Holst un interesante regalo de despedida: una orquesta sinfónica y un auditorio a su disposición durante toda la mañana de un domingo. Fue entonces que, para aprovechar al máximo el regalo, Holst se aproximó a Boult y le propuso que dirigiera la versión orquestal de Los planetas. Así, en la mañana del 29 de septiembre de 1918, con la Orquesta del Queen’s Hall dirigida por Adrian Boult (quien aún no había sido armado caballero por la reina), se escucharon por primera vez Los planetas de Gustav Holst, para gran emoción del compositor y el deleite de muchos de los asistentes. Entre ellos se hallaban algunos miembros de la Sociedad Filarmónica Real, quienes invitaron a Boult a repetir la ejecución de Los planetasen uno de sus conciertos.
Quienes conocen a fondo esta suite y al mismo tiempo saben algo de astrología nos dicen que el significado de cada uno de los siete movimientos de Los planetas debe ser descifrado a partir del perfil astrológico de cada planeta y no a partir de cuestiones mitológicas que tengan que ver con los dioses griegos. Los planetas, un verdadero alarde de maestría en el manejo del color orquestal, tiene muchos momentos felices y asombrosamente poderosos y evocativos, entre los cuales tres merecen especial atención.
El primero es el brutal impulso guerrero de Marte, logrado por Holst a base de un incesante pulso en compás de 5/4. El segundo es la compacta y categórica brillantez de Júpiter, llena de fuerza y de contagiosa energía. El tercero es la conclusión de la obra, en la que el misticismo deNeptuno se presenta bajo el aura de un movimiento que, paradójicamente, carece casi por completo de movimiento y que, hacia sus últimas páginas, introduce sutilmente un coro de voces femeninas que cantan fuera de la escena, vocalizando misteriosas y elusivas armonías sin texto, en un final que parece no terminar nunca.
Entre las muchas preguntas, no necesariamente místicas, que podrían surgir después de escuchar Los planetasde Holst, una es particularmente apropiada: ¿por qué no aparecen en esta suite ni la Tierra ni Plutón? En el caso de la Tierra, sólo podemos especular que Holst no se sintió capaz de crear una representación sonora de este complejo y atribulado planeta que le sirvió de hogar. Otra posible explicación: desde la antigüedad, los alquimistas solo consideran a estos siete planetas como pertenecientes al sistema energético que rige el destino de la humanidad. El caso de Plutón es más sencillo: este planeta fue descubierto por Clyde Tombaugh doce años después de que Holst se marchó a Salónica para cumplir sus deberes de guerra luego de escuchar sus Planetasdirigidos por Adrian Boult.
ADDENDA 1: En agosto de 2006, durante una reunión en la ciudad de Praga, la Unión Astronómica Internacional decidió quitar a Plutón de la lista oficial de planetas de nuestro Sistema Solar, degradándolo a la ínfima calidad de “planeta enano”. Dicho de otra manera, la suite Los planetasde Gustav Holst es más completa a partir de esa fecha. Tales son las veleidades de la ciencia moderna. Y desde entonces, el asunto se ha complicado bastante, pero eso es materia de las publicaciones especializadas en astronomía.
ADDENDA 2: En el año 2006, la Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por Sir Simon Rattle, realizó una nueva grabación de Losplanetasde Gustav Holst. El álbum doble que contiene esta nueva versión también incluye obras encargadas ex profeso para la ocasión, en una especie de intento por “completar” la obra del compositor inglés, obras que se refieren a diversos asuntos planetarios y espaciales. Estas obras son: Plutón, el renovador, de Colin Matthews; Ceres, de Mark-Anthony Turnage; La caída de Komarov, de Brett Dean; Asteroide 4179: Toutatisde Kaija Saariaho; Hacia Osiris, de Matthias Pintscher.
Marte, el mensajero de la guerra
Venus, el mensajero de la paz
Mercurio, el mensajero alado
Júpiter, el mensajero de la alegría
Saturno, el mensajero de la vejez
Urano, el hechicero
Neptuno, el místico
Scott Yoo

Director(a)
Scott Yoo es director principal y director artístico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y director musical del Festival Mozaic. Es también anfitrión y productor ejecutivo de la nueva serie de PBS Now Hear This, primera serie sobre música clásica en la televisión estadounidense agendada para prime time en 50 años. Es director del festival de música de Colorado College y fundador del Medellín Festicámara, programa de música de cámara que reúne a artistas de talla mundial con jóvenes músicos desfavorecidos.
En el último año, el Mtro. Yoo dirigió la London Symphony Orchestra y la Royal Scottish National Orchestra en grabaciones para Sony Classical. Ha dirigido las sinfónicas de Colorado, Dallas, Indianápolis, Nuevo Mundo, San Francisco y Utah, y a la Orquesta de Cámara de St. Paul tanto en su festival propio, el Elliott Carter, como en su debut en el Carnegie Hall. En Europa ha dirigido la English Chamber Orchestra, la City of London Sinfonia, la Britten Sinfonia, la orquesta filarmónica de Radio Francia, el ensamble orquestal de Paris, la Odense Symphony y la Sinfónica Nacional de Estonia. En Asia el Mtro. Yoo ha dirigido la Orquesta sinfónica Yomiuri Nippon en Tokio, la Filarmónica de Seúl y Filarmónica de Busan en Corea.
Como defensor de la música de nuestro tiempo, Yoo ha estrenado 71 obras de 38 compositores. Con la orquesta de cámara Metamorphosen, grabó American Seasons de Mark O'Connor para Sony Classical; con la orquesta de cámara John Harbison, trabajando con la soprano Dawn Upshaw para Bridge Records, consiguieron la nominación al National Public Radio Performance Today; y los ciclos de canciones de Earl Kim con las sopranos Benita Valente y Karol Bennett para el sello New World, grabación que recibió el Critics Choice en el New York Times. Otros de sus proyectos de grabación incluyen la obra integral para orquesta de Earl Kim con la Orquesta Nacional de Irlanda RTE para el sello Naxos, las obras de Carter, Lieberson y Ruders, y el ciclo de conciertos para piano de Mozart.
Como violinista, Yoo se ha presentado como solista en la Boston Symphony, la Dallas Symphony, la San Francisco Symphony, la Colorado Symphony, la Indianapolis Symphony, la New World Symphony y la Orquesta de St. Luke's. También ha sido invitado a festivales de música de cámara en todo Estados Unidos, como el Bargemusic, el propio de la Boston Chamber Music Society, con la Chamber Music Society del Lincoln Center, el Kingston Chamber Music Festival, Laurel Music Festival, New Hampshire Music Festival y el Seattle Chamber Music Festival.
Tras comenzar sus estudios musicales a la edad de tres años, recibió el primer premio en el Concurso Internacional de Violín Josef Gingold en 1988, el Young Concert Artists International Auditions en 1989 así como la beca de carrera Avery Fisher en 1994. En 1993 fundó la orquesta de cámara Metamorphosen, que ha dirigido en los conciertos por suscripción en la Jordan Hall en Boston y en el Troy Savings Bank Music Hall en Troy, Nueva York; de gira también en lugares como Avery Fisher Hall y 92nd Street. 'Y' en Nueva York y la Biblioteca del Congreso en Washington.
Scott Yoo nació en Tokio y se crió en Glastonbury, Connecticut. Hijo de madre japonesa y padre coreano, asistió a la Universidad de Harvard, donde obtuvo la licenciatura. Estudió violín con Roman Totenberg, Albert Markov, Paul Kantor y Dorothy DeLay, y dirección orquestal con Michael Gilbert y Michael Tilson-Thomas.
Ignacio Cornejo Díaz

Trompeta
Ignacio Cornejo Díaz
Trompetista
Egresado del Conservatorio Nacional de Música, como Licenciado en Concertista de Trompeta, bajo la guía del Maestro José Oviedo Rodríguez.
Originario de Santa Catarina del Monte Texcoco, Estado de México.
Ha sido trompetista principal de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Guanajuato, Orquesta Sinfónica de San Luís Potosí, Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México, Orquesta Filarmónica de Acapulco, Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y como asistente con la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Como recitalista de trompeta, se ha presentado en la sala Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música, en el Teatro de la Paz de San Luís Potosí, en el Conservatorio de las Rosas de la Ciudad de Morelia Michoacán, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, en la Catedral de Texcoco, en la Universidad Autónoma de Chapingo y también como solista con la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de
Tamaulipas, con la Orquesta Filarmónica de Acapulco, con la Orquesta de Cámara de la Universidad de Morelia Michoacán, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, la Orquesta Filarmónica del Estado de Chihuahua y con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato.
Ha tomado clases de trompeta con maestros, como Juan Manuel Arpero, Christopher Thomson, José Oviedo, Francisco Lopéz, Hans Clebsch, Pierre Dutot (profesor del Conservatorio de Lión Francia) Philip Smith (trompetista principal de la Filarmónica de New York), James Thomson, Wolfgang Guggenberger, Timothy Mckcown, Urban Agnas y Angela Whelan. Participó en el curso de metales que impartio German Brass, y así como en otros
ensambles de renombre como san Luis Brass, Suiza Brass, Fine Arts Brass, Stockholm Chamber Brass ensamble entre otros.
En el año 2007 realizó una gira por la República Popular China con la Orquesta Sinfónica de Guanajuato.
En el 2008, participó con la Orquesta Sinfónica del Estado de México en la gira que se efectuó por gran parte de los Estados Unidos.
2009, realizó una gira con la Orquesta Sinfónica de Guanajuato al Cairo y Alejandría en Egipto. Así mismo, hizo un estudio profesional en Europa, tomando clases de trompeta en el Conservatorio Superior de Paris, con Antoine Cure y Eric Aubier, y en el Conservatorio de
Bordeaux Francia, con Dion Vous.
En el 2010 asistió a un curso de trompeta en Saarbrucken, Alemania tomando clases con el Mtro. Peter Leiner, primera trompeta de la Orquesta de la Radio de Saarbrucken.
En el 2015 realizaron una gira por España, Italia y Francia con el Ensamble Nacional de Trompetas, participando en cursos y conciertos con artistas de talla internacional.
Recientemente (En época de pandemia) realizó un álbum discográfico titulado “Metamorfosis”, acompañado por el ensamble de metales de México, donde es solista y director.
Actualmente es trompeta Principal de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, trompeta Principal Adjunto de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes (Opera), director artístico de la Academia de Trompeta de Texcoco y director artístico del ensamble de metales de México.
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