Ganadoras The Gurwitz 2024
Esta página documenta un concierto pasado.
![Ilustración sobre el concierto](http://ofcm.cultura.cdmx.gob.mx/sites/default/files/styles/large/public/conciertosIlustraciones/250122_SITIO%20WEB_02.png?itok=aaKY2fCC)
Sábado 1 de febrero, 18 horas
Domingo 2 de febrero, 12:30 horas
Sala Silvestre Revueltas
SCOTT YOO, director
YUNYUNG GUO, piano
YOUNG SUN CHOI, piano
TATIANA DOROKHOVA, piano
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) Concierto para piano no. 27 en si bemol mayor K. 595
Concierto para piano no. 27 en si bemol mayor K. 595
El pianista Alfred Brendel es, sin duda, uno de los mejores y más reconocidos intérpretes de los conciertos para piano de Mozart. Como complemento a un álbum en el que interpreta 24 de los 27 conciertos de Mozart, Brendel escribió un fascinante texto que, más que una nota de programa, es una profunda reflexión sobre diversos aspectos de ejecución de los conciertos mozartianos. Como epígrafe de su texto, Brendel cita un párrafo del compositor, pianista y teórico italiano Ferruccio Busoni (1866-1924), que dice así:
Inequívocamente, Mozart toma el canto como su punto de partida, y de ello surge la melodiosidad ininterrumpida que brilla en todas sus composiciones, como las adorables formas de una mujer a través de los pliegues de un vaporoso vestido.
Después del epígrafe viene el texto de Brendel, titulado Un intérprete de Mozart se da consejos. En uno de sus párrafos más atractivos, Brendel dice lo siguiente:
Mozart no está hecho de porcelana, ni de mármol, ni de azúcar. El Mozart lindo, el Mozart perfumado, el Mozart permanentemente extático, el Mozart ‘no me toques’, el Mozart sentimentalmente inflado, todos deben ser evitados. Debe haber ciertas dudas, también, sobre el Mozart que es incesantemente ‘poético’. Los intérpretes ‘poéticos’ pueden encontrarse sentados en un baño de vapor al que no puede entrar el aire fresco; uno quiere llegar y abrir las ventanas. Que la poesía sea el condimento, no el plato fuerte. Es significante que sólo hay ‘poetas del teclado’; un instrumento relativamente prosaico necesita ser transformado, hechizado. Los violinistas, los directores, aún los cantantes de Lieder, según lo sugiere la costumbre, parecen sobrevivir muy bien sin ‘poesía’
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Esta lúcida observación de Brendel sobre diversas (y casi siempre erróneas) aproximaciones a la música de Mozart, en especial a su música para el piano, debiera ser materia obligatoria de estudio para cualquier pianista que se disponga a abordar sus conciertos para piano. En el resto de su texto, el gran pianista austríaco propone una serie de comentarios que, en su conjunto, pueden ser considerados como una guía completa, aplicable en distintos momentos a cualquiera de los conciertos que Mozart creó para su instrumento favorito. Dicho de otra manera: Brendel condensa aquí prácticamente todo lo que se necesita para interpretar adecuadamente los conciertos de Mozart, desde aquellos tempranos conciertos para clavecín y fortepiano basados en obras de J.C. Bach, Raupach, Honauer, Schobert, Eckard y C.P.E. Bach, hasta los espléndidos conciertos de su madurez, concebidos casi todos ellos para su propio uso como intérprete. Si bien es cierto que, como es lógico, los conciertos de Mozart van adquiriendo una mayor complejidad y empaque a medida que se avanza en la cronología y en su catálogo, el sereno y contemplativo Concierto No. 27 parecería representar una pausa reflexiva, un momento de meditación e introspección.
Concluido en enero de 1791, el Concierto No. 27 de Mozart, último de la serie, representa una interesante depuración de su lenguaje, una visión musical de una elegancia incomparable y de proporciones perfectas. El primer movimiento se inicia con una extensa introducción orquestal, refinada y muy bien orquestada. Durante el resto del movimiento, aparecen sutiles y rarificadas referencias al estilo “marcial” o “militar” que es posible hallar de manera evidente en varios de los movimientos iniciales de Mozart. Desde el inicio, se hace evidente que la parte solista es menos compleja y menos virtuosística que en otros conciertos mozartianos; después de una cadenza escrita por el propio Mozart, el Allegro inicial concluye con una coda breve y sencilla, graciosa como una caravana cortesana. El Larghetto central se inicia con el piano solo, y la orquesta provee más tarde el complemento a sus primeras afirmaciones temáticas. El movimiento es de una gran transparencia, y en él destaca (como siempre en Mozart) la gran nobleza y sabiduría en la escritura para los alientos. Hay aquí íntimos y evocadores momentos de un dramatismo contenido, envueltos en un acompañamiento orquestal engañosamente simple, pero de gran profundidad expresiva. No es difícil hallar aquí reminiscencias del Concierto K. 467. Para el Allegro final, Mozart acude a su patrón rítmico favorito de 6/8, que se encuentra en varios de sus rondós conclusivos. De nuevo, un movimiento de gran elegancia en el que el compositor combina de modo interesante la estructura episódica del rondó con algunos elementos de la forma sonata. En este sencillo y a la vez experimental movimiento, Mozart se da el lujo de realizar sugestivas aventuras armónicas. Algunos especialistas que han estudiado a fondo el Concierto K. 595 han encontrado en él algunas citas de otras obras de Mozart: de la ópera El rapto del serrallo K. 384, de la Sinfonía No. 41, K. 551 y del Lied titulado Nostalgia de primavera, K. 596. Asimismo, hay en este concierto una cita de la ópera La fidelidad premiada, de Franz Joseph Haydn (1732-1809).
Allegro
Larghetto
Allegro
Sergei Rachmaninoff (1873 - 1943) Rapsodia sobre un tema de Paganini op. 43
Rapsodia sobre un tema de Paganini op. 43
Entre los años de 1801 y 1807, el violinista y compositor italiano Niccolò Paganini (1782-1840) compuso sus 24 caprichos para violín solo, Op. 1, que son sin duda la obra más significativa de su catálogo. En estos caprichos, Paganini expandió la técnica del violín al grado de dejarla en el punto más alto de su desarrollo durante la era romántica. La gran inventiva musical de los caprichos llamó la atención de otros compositores, quienes escribieron algunas obras basadas en las melodías originales de Paganini. Entre ellos vale la pena mencionar a Franz Liszt (1811-1886), Robert Schumann (1810-1856), Johannes Brahms (1833-1897) y, de modo especial, a Sergei Rajmaninov, quien en el año de 1934 escribió su muy popular Rapsodia sobre un tema de Paganini, tomando como base el último de los 24 caprichos originales del violinista genovés.
Desde un punto de vista estrictamente académico, esta nota bien podría terminar aquí, con los escuetos datos ya mencionados. Sin embargo, dadas las peculiares personalidades de los dos compositores involucrados en esta obra, no puede uno menos que ceder a la tentación de explorar un poco más a fondo la conexión diabólica de la Rapsodia sobre un tema de Paganini. No es coincidencia que una de las pocas series de televisión de calidad que se han dedicado a explorar las vidas de los compositores se refiera precisamente a Niccolò Paganini, alrededor de quien se tejieron muchas leyendas y fantasías típicamente románticas, basadas muy libremente en la realidad. Es un hecho que la apariencia cadavérica de Paganini le hacía un buen candidato para tener tratos con el diablo, según decían sus contemporáneos (especialmente otros violinistas menos dotados), y que el hecho de que tocara casi exclusivamente su propia música no le ganó muchas amistades de orden convencional. Lo que poca gente admite es que tal apariencia de ultratumba fue asiduamente cultivada por Paganini a través de una vida disipada, dedicada sobre todo a los juegos de azar y a la persecución neurótica de relaciones amorosas enfermizas. A este respecto puede recordarse el hecho de que Paganini se retiró de la vida pública durante varios años, a la edad de 19, para irse a vivir con una noble dama toscana, y que aprovechó ese período para aprender la técnica guitarrística que en la actualidad le es poco reconocida. Si bien es un hecho que el mismo Paganini hizo todo lo posible por fomentar su propia imagen demoníaca, lo cierto es que hay algunos otros datos musicológicos que tienden a poner muy cerca a los violines y a los diablos. En el año de 1734, el gran luthier Giuseppe Guarnerius del Gesú construyó en Cremona un famoso violín que fue conocido como El violín del diablo. Apenas un par de años después, el compositor y violinista italiano Giuseppe Tartini (1692-1770) tuvo un agitado sueño en el que veía y escuchaba al diablo tocando el violín. De este extraño sueño nació su famosa sonata en sol menor, conocida como El trino del diablo. Más de un siglo después, el diablo volvió a tener un famoso acercamiento con el violín: en 1874, Camille Saint-Saëns (1835-1921) compuso su divertida Danza macabra, historia de diablos, tumbas y cadáveres en la que un violín en scordatura lleva el papel protagónico. Finalmente, está la referencia diabólica en la música de Igor Stravinski (1882-1971). En su partitura titulada Historia del soldado, de 1923, el diablo compra el alma del soldado en la forma de un violín. Una década después, Rajmaninov habría de añadir la más notable de las piedras de este edificio musical que celebra la relación íntima entre violines y diablos, pero a través del piano y la orquesta. Siendo el propio Rajmaninov un típico virtuoso romántico, no es extraño que haya elegido una obra de Paganini para su Rapsodia: un claro homenaje musical, de un virtuoso a otro, de un siglo a otro. En la primavera de 1934, Rajmaninov abrevió una gira de conciertos que tenía planeada para dedicarse de lleno a la Rapsodia, cuya partitura elaboró en su casa campestre a orillas del lago Lucerna, entre el 3 de julio y el 18 de agosto. Los analistas coinciden en afirmar que esta es una de las obras más redondas y completas de Rajmaninov, a pesar de que el compositor trabajó en contra del pasado: años atrás, Brahms había compuesto dos libros enteros de variaciones sobre el mismo tema, y sus posibilidades de expansión se consideraban ya agotadas. Sin embargo, Rajmaninov supo explotar el capricho de Paganini bajo una luz musical distinta a la de sus predecesores, para producir una brillante obra, típica de los ideales virtuosísticos del romanticismo tardío. La pieza se desarrolla en un solo movimiento, con tres secciones bien definidas que agrupan respectivamente las variaciones 1-10, las variaciones 11-18 y las variaciones 19-24. Desde el punto de vista formal, la elección de una forma sinfónica concertante para una rapsodia desarrollada en variaciones representó en su momento algo fuera de lo común. La verdadera integración de la conexión diabólica hecha por Rajmaninov en la Rapsodia está presente en las variaciones séptima, décima y vigésimacuarta, en las que el compositor incluyó, además del tema original del capricho de Paganini, la melodía del Dies irae de la misa de Réquiem de la tradición gregoriana. Ahora bien, Rajmaninov no ha sido el único compositor en utilizar esta famosa secuencia musical, pero sin duda ha sido el que con más frecuencia la incluyó en su trabajo compositivo. Si se considera que el Dies irae es una tremebunda descripción del Día del Juicio, no cabe duda que Rajmaninov tenía muy presente la diabólica leyenda romántica asociada con Paganini, así como su propia leyenda de virtuoso insuperable. El estreno de la Rapsodia sobre un tema de Paganini se llevó a cabo en la ciudad de Baltimore, el 11 de noviembre de 1934, con el propio Rajmaninov como solista y la Orquesta de Filadelfia dirigida por Leopold Stokowski. Para quienes puedan suponer que el tema original de Paganini se agotó definitivamente con Rajmaninov, puede mencionarse el hecho de que ya en plena segunda mitad del siglo XX ese Capricho No. 24 sigue siendo atractivo para compositores y arreglistas de todo tipo. Como ejemplos, pueden mencionarse las Variaciones para violoncello y orquesta de Andrew Lloyd Webber (1948), y una serie de variaciones para cuarteto de cuerdas escritas por Javier Montiel (1954), violista del Cuarteto Latinoamericano, en cada una de las cuales explora inteligentemente una forma distinta de técnica y producción sonora en el cuarteto de cuerdas.
Introducción. Allegro vivace — Variación I
Tema. L'istesso tempo
Variación II. L'istesso tempo
Variación III. L'istesso tempo
Variación IV. Più vivo
Variación V. Tempo precedente
Variación VI. L'istesso tempo
Variación VII. Meno mosso, a tempo moderato
Variación VIII. Tempo I
Variación IX. L'istesso tempo
Variación X. L'istesso tempo
Variación XI. Moderato
Variación XII. Tempo di minuetto
Variación XIII. Allegro
Variación XIV. L'istesso tempo
Variación XV. Più vivo scherzando
Variación XVI. Allegretto
Variación XVII. Allegretto
Variación XVIII. Andante cantabile
Variación XIX. A tempo vivace
Variación XX. Un poco più vivo
Variación XXI. Un poco più vivo
Variación XXII. Un poco più vivo (Alla breve)
Variación XXIII. L'istesso tempo
Variación XXIV. A tempo un poco meno mosso
Ludwig van Beethoven (1770-1827) Concierto para piano y orquesta No. 4 en sol mayor, Op. 58
Concierto para piano y orquesta No. 4 en sol mayor, Op. 58
De vez en cuando, si las condiciones musicales son propicias, tenemos la oportunidad de asistir a conciertos que perduran en nuestra memoria durante muchos años. Esto es posible aun en tiempos de crisis aguda gracias a que hay quienes todavía se interesan en promover la música de concierto en su más alto nivel. Sin embargo, es muy posible que nunca se vuelva a dar un concierto como el que tuvo lugar en el Theater an der Wien de la ciudad de Viena, el 22 de diciembre de 1808. El atractivo principal del concierto consistió en que se dedicó toda la velada musical a las obras de un compositor de gran fama y reputación: Ludwig van Beethoven. Sin embargo, lo especial del concierto no terminó ahí; esa noche, el público de Viena fue obsequiado con un maratón musical único en la historia. Según nos dicen las fuentes documentales de la época, este programa Beethoven estuvo integrado de la siguiente manera:
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La Fantasía coral para piano, coro y orquesta
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El aria de concierto Ah, pérfido
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Fragmentos de la Misa en do mayor
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El estreno mundial de la Quinta sinfonía
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El estreno mundial de la Sexta sinfonía
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El estreno público del Cuarto concierto para piano
Sin duda, éste fue un concierto espectacular, incluso en el contexto de la costumbre de aquellos tiempos de organizar conciertos gigantescos. Se menciona que esa noche se estrenó en público el Cuarto para piano de Beethoven porque, de hecho, la obra había recibido un pre-estreno en privado, en uno de los conciertos por suscripción que se realizaban en el palacio del príncipe Lobkowitz, en marzo de 1807. A pesar de ser privado, este concierto fue también un asunto monumental. Además del concierto Opus 58, el programa del palacio Lobkowitz incluyó la obertura Coriolano y las cuatro primeras sinfonías de Beethoven. En ambos conciertos, el privado y el público, el mismo Beethoven fue solista al piano, y el concierto de diciembre de 1808 marcó la última aparición del compositor como pianista virtuoso. A causa de la sordera que iba creciendo, Beethoven ya sólo tocó en algunos recitales de música de cámara, y finalmente tuvo que abandonar el piano por completo. El Cuarto concierto para piano fue escrito por Beethoven en el año de 1806, uno de los más brillantes y productivos de su carrera. Además de esta obra de singular belleza y profundidad, Beethoven compuso en ese año su Cuarta sinfonía, su Concierto para violín, la obertura Leonora No. 3 y los tres cuartetos de cuerdas del Opus 59 llamados Razumovsky. Así pues, en diciembre de 1807, nueve meses después del estreno privado del concierto en casa del príncipe Lobkowitz, Beethoven organizó una velada musical en la cual tenía la intención de estrenar públicamente la obra, pero con otro pianista como solista. En primera instancia, Beethoven ofreció el honor a Ferdinand Ries, quien lo rechazó diciendo que no tenía tiempo suficiente para aprender la obra. Luego, Beethoven dio la partitura a Friedrich Stein, quien la estudió diligentemente hasta que, la víspera del concierto, se dio por vencido. Así, el Cuarto concierto de Beethoven se quedó sin estreno público en diciembre de 1807, y hubo de pasar un año más, hasta el maratónico concierto de diciembre de 1808. Algunos musicólogos han hecho notar que el suave y delicado inicio de este concierto, cuatro notas repetidas en varias ocasiones por el piano solista, es como un espejo del poderoso tema de cuatro notas con el que Beethoven inicia su Quinta sinfonía. Sin embargo, lo que en la sinfonía es energía desbordada, en el concierto es pasión contenida. Al final del primer movimiento, ese mismo tema vuelve, en una conclusión brillante y categórica. Después de un breve y contemplativo Andante, Beethoven cierra este concierto con un rondó que parece ser una herencia directa de los movimientos finales de los conciertos de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), lleno de chispa y de nerviosa energía. De la noche del estreno de este concierto nos ha llegado un texto crítico escrito por el compositor Johann Friedrich Reichardt (1752-1814), quien estuvo presente en esa ocasión. Decía Reichardt:
Beethoven tocó el piano magistralmente, con gran inteligencia y en el tempo más rápido posible. En el segundo movimiento, una canción bellamente desarrollada, cantó en su instrumento con una profunda melancolía que me emocionó.
Otro músico que quedó impresionado con el segundo movimiento de este concierto fue Franz Liszt (1811-1886), quien dijo que esta serena música era como una imagen de Orfeo domando a las fieras salvajes. Es probable que tales fieras salvajes no hayan sido sino las que el propio Beethoven traía dentro de su atribulada alma. La orquestación que el compositor pide en su Cuarto concierto para piano incluye una flauta, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos cornos, dos trompetas, timbales y cuerdas.
Allegro moderato
Andante con moto
Rondó: Vivace
Scott Yoo
![](http://ofcm.cultura.cdmx.gob.mx/sites/default/files/styles/thumbnail/public/retratos/scott_yoo-by_gaviria.jpg?itok=c9xNGy9M)
Director(a)
Scott Yoo es director principal y director artístico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y director musical del Festival Mozaic. Es también anfitrión y productor ejecutivo de la nueva serie de PBS Now Hear This, primera serie sobre música clásica en la televisión estadounidense agendada para prime time en 50 años. Es director del festival de música de Colorado College y fundador del Medellín Festicámara, programa de música de cámara que reúne a artistas de talla mundial con jóvenes músicos desfavorecidos.
En el último año, el Mtro. Yoo dirigió la London Symphony Orchestra y la Royal Scottish National Orchestra en grabaciones para Sony Classical. Ha dirigido las sinfónicas de Colorado, Dallas, Indianápolis, Nuevo Mundo, San Francisco y Utah, y a la Orquesta de Cámara de St. Paul tanto en su festival propio, el Elliott Carter, como en su debut en el Carnegie Hall. En Europa ha dirigido la English Chamber Orchestra, la City of London Sinfonia, la Britten Sinfonia, la orquesta filarmónica de Radio Francia, el ensamble orquestal de Paris, la Odense Symphony y la Sinfónica Nacional de Estonia. En Asia el Mtro. Yoo ha dirigido la Orquesta sinfónica Yomiuri Nippon en Tokio, la Filarmónica de Seúl y Filarmónica de Busan en Corea.
Como defensor de la música de nuestro tiempo, Yoo ha estrenado 71 obras de 38 compositores. Con la orquesta de cámara Metamorphosen, grabó American Seasons de Mark O'Connor para Sony Classical; con la orquesta de cámara John Harbison, trabajando con la soprano Dawn Upshaw para Bridge Records, consiguieron la nominación al National Public Radio Performance Today; y los ciclos de canciones de Earl Kim con las sopranos Benita Valente y Karol Bennett para el sello New World, grabación que recibió el Critics Choice en el New York Times. Otros de sus proyectos de grabación incluyen la obra integral para orquesta de Earl Kim con la Orquesta Nacional de Irlanda RTE para el sello Naxos, las obras de Carter, Lieberson y Ruders, y el ciclo de conciertos para piano de Mozart.
Como violinista, Yoo se ha presentado como solista en la Boston Symphony, la Dallas Symphony, la San Francisco Symphony, la Colorado Symphony, la Indianapolis Symphony, la New World Symphony y la Orquesta de St. Luke's. También ha sido invitado a festivales de música de cámara en todo Estados Unidos, como el Bargemusic, el propio de la Boston Chamber Music Society, con la Chamber Music Society del Lincoln Center, el Kingston Chamber Music Festival, Laurel Music Festival, New Hampshire Music Festival y el Seattle Chamber Music Festival.
Tras comenzar sus estudios musicales a la edad de tres años, recibió el primer premio en el Concurso Internacional de Violín Josef Gingold en 1988, el Young Concert Artists International Auditions en 1989 así como la beca de carrera Avery Fisher en 1994. En 1993 fundó la orquesta de cámara Metamorphosen, que ha dirigido en los conciertos por suscripción en la Jordan Hall en Boston y en el Troy Savings Bank Music Hall en Troy, Nueva York; de gira también en lugares como Avery Fisher Hall y 92nd Street. 'Y' en Nueva York y la Biblioteca del Congreso en Washington.
Scott Yoo nació en Tokio y se crió en Glastonbury, Connecticut. Hijo de madre japonesa y padre coreano, asistió a la Universidad de Harvard, donde obtuvo la licenciatura. Estudió violín con Roman Totenberg, Albert Markov, Paul Kantor y Dorothy DeLay, y dirección orquestal con Michael Gilbert y Michael Tilson-Thomas.
Yungyung Guo
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Piano
Yungyung Guo
Medalla de Oro Gurwitz 2024
Nacida en Hong Kong, Yungyung Guo comenzó sus estudios de piano a los cuatro años. Actualmente estudia con Moye Chen en el Conservatorio de Música de Shanghai. Anteriormente se graduó en la Escuela Secundaria Afiliada al Conservatorio de Música de Shanghai bajo la dirección de Jia Xie. Ha recibido la Beca del Pueblo, la Beca de Shanghai y la Nueva Beca Lily En-Teh.
Yungyung recibió la Medalla de Oro del Concurso Internacional de Piano Gurwitz, el Segundo Premio del Concurso Internacional de Piano de Nueva Orleans, el Tercer Premio del Concurso Internacional de Piano de Sydney, la Medalla de Oro con Alta Distinción del Concurso Internacional de Música de Manhattan, y los primeros premios del Concurso Internacional de Piano de la Asociación Mundial de Profesores de Piano, el Concurso Internacional de Piano Artciál, el Concurso Internacional de Música G-Clef, el Concurso Internacional de Piano Pacific Stars y el Concurso Internacional de Piano Orbetello. También ha sido galardonada en el Concurso Internacional de Piano NextGen, el Concurso Internacional de Piano WPTA España, el Concurso Internacional de Piano WPTA Singapur, el Concurso Internacional de Piano Sviatoslav Richter y el Concurso de Conciertos "Jóvenes Talentos".
Yungyung ha actuado en la Sala de Conciertos de la Basílica Di San Pietro (Italia) y en renombrados escenarios chinos como el Centro Nacional de Artes Escénicas (Pekín), el Gran Teatro de Shanghai, la Sala de Conciertos de Shanghai, la Ópera de Shangyin, la Sala de Conciertos He Luting, el Gran Teatro de Hangzhou, la Ópera de Shangyin, la Sala de Conciertos de Ningbo y la Sala de Conciertos Hongtai de Xiamen. Ha actuado en todo el mundo como solista y músico de cámara en festivales de música, ofreciendo una aclamada actuación en el Music Fest Perugia con la Orquesta de los Virtuosos de Brunensis bajo la batuta de Gaddiel Dombrowner y con la Orquesta Filarmónica de Shanghai bajo la dirección de Xiao-ou Zhao.
El primer premio obtenido por Yungyung en el Concurso Internacional de Manhattan también le brindó la oportunidad de grabar un disco con el sello Orpheus, que se publicará próximamente.
Young Sun Choi
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Piano
Young Sun Choi
Medalla de Bronce Gurwitz 2024
Ganadora del 26º Concurso Internacional de Piano Rina Sala Gallo Monza, Young Sun Choi ha obtenido los máximos galardones en otros concursos como el Concurso Internacional de Piano Gurwitz, el Concurso Internacional de Piano Bösendorfer USASU, el Concurso Internacional de Piano Paderewski de Estados Unidos, el Concurso Internacional de Música de Cámara Franz Schubert y Música Moderna y el Concurso Internacional de Piano de Lyon. También ha recibido becas en Estados Unidos, entre ellas el Mildred E. Allen Memorial Piano Award de Indianapolis Matinee Musicale, y el Ham Merit Award y el O'Meara Merit Award de la National Society of Arts and Letters.
Choi ha actuado con la Orquesta Sinfónica Italiana de Milán Giuseppe Verdi, la Orquesta Sinfónica de la Korean Broadcasting System, la Orquesta Filarmónica Prime, la Orquesta de Cámara de Kazán "La Primavera" y la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Indiana. Ha actuado como solista en la Sala de Conciertos Fazioli (Italia), el Festival Paderewski (EE.UU.) y el Kumho Art Hall (Corea del Sur). Miembro del Trío Unio, Choi también ha actuado como parte de un trío de piano en la Sala de Conciertos Alpensia y en la Sala Perigee (Corea del Sur).
Young Sun Choi empezó a tocar el piano a los seis años y estudió en la Escuela de Arte de Seúl con Jung Won Moon. Posteriormente obtuvo una beca nacional y asistió a la Universidad Nacional de Seúl, donde estudió con Aviram Reichert y la musicóloga Hee-Sook Oh. Después de graduarse summa cum laude, Choi luego obtuvo su maestría en la Escuela de Música Jacobs de la Universidad de Indiana. Desde 2018, ha estado estudiando con Arnaldo Cohen para su doctorado y sirviendo como profesora asociada de piano en la Escuela de Música Jacobs de la Universidad de Indiana.
Tatiana Dorokhova
![](http://ofcm.cultura.cdmx.gob.mx/sites/default/files/styles/thumbnail/public/retratos/Tatiana_Dorokhova_foto-106%20%283%29.jpg?itok=cI6GDR3_)
Piano
Tatiana Dorokhova
Medalla de Plata Gurwitz 2024
“En sus interpretaciones se evidencia siempre una implicación y una comprensión innata de la música”, así describió la gran pianista Dina Yoffe una de las actuaciones de Tatiana Dorokhova.
Tatiana toca con virtuosismo, un toque sensible y una clara comprensión del contexto cultural y del estilo. Interpreta con destreza música que abarca todas las épocas, desde el barroco hasta la actualidad.
Incluso durante sus años de formación, a pesar de su joven edad, músicos distinguidos comentaban en muchas ocasiones la impresionante madurez de las interpretaciones musicales de Tatiana; sus interpretaciones invariablemente dejaron huellas profundas y duraderas en los corazones de los oyentes de todo el mundo. Hoy en día, Tatiana sigue dejando recuerdos imborrables al dar conciertos en las salas más prestigiosas de Europa, Estados Unidos y Asia.
Tatiana nació en Volgogrado, en el sur de Rusia, en una familia de músicos. A los 6 años comenzó a estudiar música. Su talento fue descubierto de inmediato y se decidió que se trasladaría a Moscú para estudiar en el Conservatorio de Moscú con el profesor Alexander Mndoyants, ganador del quinto Concurso Internacional de Piano Van Cliburn. Más tarde, trabajó como su asistente en el conservatorio.
En 2023, Tatiana cambió su vida radicalmente y entró en el Centro Internacional de Música de la Universidad Park para estudiar con un profesor destacado: Stanislav Ioudenitch, ganador de la medalla de oro del 11º Concurso Internacional de Piano Van Cliburn. Bajo su sensible dirección, Tatiana se convirtió en galardonada de concursos tan prestigiosos como el Concurso Internacional de Piano Gurwitz (San Antonio, EE. UU.), el Concurso Internacional de Piano Santa Cecilia (Oporto, Portugal) y el Concurso Internacional de Música Enescu (Bucarest, Rumania).
Tatiana actuó con orquestas bajo la dirección de Stanislav Kochanovsky, Christian Reif, Scott Yoo y otros.
Las grabaciones de Tatiana fueron publicadas por el sello mundialmente conocido “Melodiya”, como participante del gran proyecto de la serie de CD Antología de música para piano rusa y soviética. Su primer álbum en solitario saldrá con KNS Classical en 2025.
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