Rachmaninoff, Sergei - *Capricho Bohemio*, op. 12

Sergei Rachmaninoff (1873 - 1943)

Capricho Bohemio, op. 12

Si se excluyen sus cuatro conciertos para piano y orquesta, y su Rapsodia sobre un tema de Paganini, la producción de música puramente orquestal de Sergei Rajmaninov (quien escribía para la orquesta tan eficazmente como para el piano), consta de catorce obras, con las siguientes precisiones:

Bosquejos inconclusos de otro concierto para piano, 1889
Manfredo, poema sinfónico perdido, 1890
Suite perdida, 1891
Primer movimiento de una sinfonía, 1891
Bosquejos de una sinfonía, 1897

Con esto, el total de la música puramente orquestal de Rajmaninov queda en nueve obras, que van desde el Scherzo (1887) hasta las Danzas sinfónicas (1940). Entre estos dos extremos cronológicos hay algunas partituras que no por ser poco conocidas carecen de atractivo y, sin duda, al menos una obra maestra indiscutible: La isla de los muertos (1909), soberbio poema sinfónico basado en la pintura homónima de Arnold Böcklin.
En el año 1891 Rajmaninov había presentado exitosamente, con un año de adelanto académico, su examen final de piano en el Conservatorio de Moscú. Al año siguiente, en circunstancias análogas, preparó a conciencia su graduación como compositor. El musicólogo Geoffrey Norris escribe al respecto:

El ejercicio principal habría de ser la ópera en un acto Aleko, basada en el poema de Pushkin Tsïgani (‘Los gitanos’). Por este trabajo Rajmaninov recibió la máxima calificación posible, y se graduó del conservatorio con la Gran Medalla de Oro, que previamente se había concedido sólo a Koreshchenko y Taneyev.

Aunque a primera lectura no lo parezca, todo esto guarda una estrecha relación con el Capricho bohemio de Rajmaninov. Y si en principio esa relación se antoja un tanto oscura, el asunto se aclara al abordar una mala traducción del título original de la obra. Estrictamente, Kaprichchio na tsïgankiye temi quiere decir Capricho sobre temas gitanos, y no Capricho bohemio. La comprensible confusión surge del hecho evidente de que “gitano” y “bohemio” no son sinónimos ni mucho menos. El caso es que el compositor abordó la composición de esta obra poco después de terminar su ya mencionada ópera Aleko, seguramente con la intención de retomar, aprovechar y llevar un poco más allá las sonoridades gitanas que había creado para la obra escénica.

La conexión gitana del Capricho bohemio va más allá de sus referencias a la ópera Aleko. Entre 1890 y 1893 Rajmaninov escribió su primer ciclo de canciones, media docena de ellas, agrupadas en su Op. 4; el ciclo es conocido también como Seis romances. El compositor dedicó la primera de las canciones del Op. 4, titulada Oh no, te ruego, no me abandones, a Anna Alexandrovna Lodyzhenskaya, la esposa gitana de su amigo Piotr Viktorovich Lodyzhensky, a quien está dedicado el Capricho bohemio. Más tarde, en 1895, Rajmaninov habría de dedicar otra obra a la dama gitana, su Sinfonía No. 1. En diversos trazos biográficos del compositor se menciona la posibilidad de que Rajmaninov hubiera estado enamorado de Anna. Se dice que el compositor escribió el Capricho bohemio primero para piano a cuatro manos y en 1894, dos años después de realizar esta versión, transcribió la partitura para orquesta. Sin embargo, la versión pianística no aparece citada en el catálogo de Rajmaninov.

En contra de lo que pudiera pensarse, no se trata de una obra chispeante y extrovertida de principio a fin. Por el contrario, la primera mitad del Capricho bohemio (y un poco más) transcurre en un tempo lento y un estado de ánimo contemplativo, con importantes solos para la flauta, el clarinete y el violoncello. Es más tarde cuando la obra adquiere su carácter festivo y auténticamente rapsódico.

El propio Rajmaninov se encargó de dirigir el estreno de su Capricho bohemio, en Moscú, el 22 de noviembre de 1894. Con el paso del tiempo, el compositor mostró un disgusto cada vez mayor con esta obra suya, llegando incluso a decir que el Capricho bohemio era la única de sus partituras que preferiría no reconocer.

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