Concierto para contrabajo
Allegro moderato
Adagio
Finale: Allegro moderato
Conocedores de la afición del melómano por la trivia y las rarezas, Robert y Celia Dearling publicaron en Inglaterra, en colaboración con Brian Rust, The Guinness Book of Music Facts and Feats (‘El libro Guinness de hechos y hazañas musicales’, 1976). Años más tarde, ya sin la ayuda de Rust, produjeron el volumen en una versión revisada, bajo un nuevo título: The Guinness Book of Music. Además de toda clase de datos extraños y asombrosos sobre música, músicos, instrumentos, obras, etc., el libro en cuestión contiene algunas secciones meramente informativas que, por sus cualidades de síntesis, pueden ser muy útiles. En el capítulo titulado Today’s Orchestra (‘La orquesta de hoy’), los autores dedican una breve sección a cada instrumento de la moderna filarmónica (o sinfónica, que es exactamente lo mismo). En la sección dedicada al contrabajo, se informa que el nombre antiguo del instrumento, violone, se mantuvo hasta el siglo XVIII tardío. También, se da noticia de que su nombre en inglés, double bass, se debe a que durante un largo tiempo su función fue la de doblar la parte del bajo (el violoncello casi siempre) y, en ocasiones, apoyar la parte de mano izquierda del instrumento de teclado. Cito ahora textualmente una parte del texto de Robert y Celia Dearling:
Este, el miembro más grave de la familia del violín, no fue considerado digno de un solo hasta que Haydn, recién llegado a la corte de los Esterházy en 1761, se encontró con un contrabajista llamado Johann Georg Schwenda, para el que escribió un concierto (hoy perdido), así como importantes partes solistas en las sinfonías Nos. 6-8 (1761), 31 y 72 (1763-65). El Concierto en Mi mayor de Vanhal (ca. 1765) es el más antiguo concierto sobreviviente para contrabajo; Rodney Slatford, el virtuoso inglés del contrabajo, conoce más de 200 conciertos.
Así pues, para conocer al autor de este concierto históricamente importante, es posible iniciar diciendo que en realidad no se llamaba Johann Baptist Vanhal, sino Jan Křtitel Vanhal, y que germanizó sus nombres siguiendo una costumbre muy usual en aquellos tiempos en que checos y bohemios eran vistos (y oídos) con suspicacia en el dominante mundo alemán. Violinista y maestro además de compositor, Vanhal alcanzó una buena reputación como ejecutante y en el año de 1761 se mudó a Viena, donde habría de permanecer el resto de su vida, salvo los períodos de sus giras de conciertos. Dedicado a la enseñanza y a la composición, Vanhal entabló contacto con las figuras musicales más relevantes de su tiempo en la capital austriaca; bien conocido es el testimonio del tenor irlandés Micahel Kelly sobre el formidable cuarteto de cuerdas formado por Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), Franz Joseph Haydn (1732-1809), Karl Ditters von Dittersdorf (1739-1799) y Vanhal. En la producción de Vanhal como compositor destacan sobre todo sus sinfonías, ejemplos tempranos de la forma en los que el compositor checo utilizó primitivos esbozos de la forma sonata, ayudando así a poner los cimientos de la sinfonía clásica. En la última parte de su vida, Vanhal retomó la creación de formas más simples, y dedicó muchas de sus obras a los ejecutantes aficionados de su tiempo; entre ellas, destacan sus sonatas para teclado, sus sonatinas, sus capriccios y algunas interesantes piezas de música programática. Entre otros datos interesantes respecto a Vanhal destaca, por ejemplo, el hecho de que fue uno de los primeros músicos independientes; dicho de otra manera, nunca tuvo un puesto formal en una corte o establecimiento religioso, y pudo ganarse la vida como compositor y maestro free lance. Algunos ensayos biográficos a su respecto indican que Vanhal sufrió durante algunos años alguna clase de enfermedad mental que le impidió aspirar a un puesto permanente. Por otra parte, algunas fuentes de la época se refieren a él indistintamente como Van Hal, Vanhall, Wanhal, etc., y en varios documentos su nombre no aparece como Johann Baptist ni como Jan Křtitel, sino como Jan Ignatius.
En el campo de la música para instrumentos solistas, Vanhal produjo un buen número de conciertos; no deja de ser interesante el hecho de que el más conocido y difundido de ellos, un Concierto para dos fagotes, sea de dudosa atribución. Por lo demás, Vanhal compuso conciertos para teclado, violín, oboe, flauta, viola, violoncello, fagot, órgano y clarinete. Específicamente, su Concierto para contrabajo y orquesta es considerado como una de las obras básicas de un repertorio que no es muy amplio y numeroso; en efecto, este concierto suele ser mencionado junto con obras concertantes de Dittersdorf, Domenico Dragonetti (1763-1846), Giovanni Bottesini (1821-1889) y Serge Koussevitzki (1874-1951) como una de las partituras fundamentales para cualquier contrabajista solista. Quienes conocen el Concierto para contrabajo de Vanhal afirman que en esta obra, como en otras partituras suyas, es posible detectar la presencia sutil de algunos ritmos y melodías de la tradición popular checa, finamente entrelazados en la textura de una forma cabalmente clásica. Y para finalizar, un dato organológico interesante: algunos contrabajistas contemporáneos que han investigado el instrumental del siglo XVIII indican que el Concierto de Vanhal fue escrito probablemente para un contrabajo de cinco cuerdas, con trastes en el mástil, y afinado de manera distinta al contrabajo moderno.