Hanson, Howard - Sinfonía no. 2, *Romántica*

Howard Hanson (1896 - 1981)

Sinfonía no. 2, Romántica

Adagio - Allegro moderato
Andante con tenerezza
Allegro con brio

Si de vez en cuando pusiéramos verdadera atención a lo que hablamos, nos daríamos cuenta de que hay una serie de palabras de las que abusamos continuamente, sin estar muy seguros de su significado real. Creo que una de esas palabras es romántico, vocablo que se presta idealmente para el abuso en estos tiempos de telenovelas, mensajes oficiales optimistas y crisis de pareja. Directamente del diccionario más cercano extraigo esta especie de aclaración del término: Se da el nombre de romanticismo al movimiento literario y artístico que, a comienzos del siglo XIX, creó una estética basada en el rompimiento con la disciplina y las reglas del clasicismo y el academicismo.

En el enorme párrafo con que continúa la definición del romanticismo, el diccionario obsequia varios nombres fundamentales en cuanto a lo romántico: Schiller, Heine, Byron, Shelley, Keats, Lamartine, Musset, Manzoni, Espronceda, Zorrilla, Pushkin, Emerson, Melville, David, Delacroix. O sea, compañía bastante ilustre en general. El final de este artículo del diccionario afirma que los máximos representantes de lo romántico en la música fueron Mendelssohn, Schubert, Schumann, Liszt, Chopin y Berlioz. Esta última afirmación es ampliamente refutable, porque en ella no están todos los que son, aunque probablemente sí son todos los que están, pero esa es materia de discusión para otro espacio, así que la dejaré por la paz. Pero ya entrados de lleno en este asunto de lo romántico en la música, no está de más señalar un dato ciertamente interesante: varios compositores de importancia en sus respectivos países, y de temperamentos radicalmente distintos, compusieron una sinfonía a la que calificaron con esta palabra tan usada y abusada. Así, se puede hacer la siguiente lista:

1.- Anton Bruckner (1824-1896) Sinfonía No. 4, Romántica
2.-. Enrique Soro (1884-1954) Sinfonía Romántica
3.- Howard Hanson (1896-1981) Sinfonía No. 2, Romántica
4.- Carlos Chávez (1899-1978) Sinfonía No. 4, Romántica

Queda de tarea para el lector indagar qué pueden tener en común estos cuatro compositores de Austria, Chile, Estados Unidos y México, o qué puntos de contacto hay entre sus sinfonías románticas. Entre ellos, el que interesa en este momento es Howard Hanson. De ascendencia sueca, Hanson mantuvo siempre cercanos contactos con Europa. Después de una temporada de estudio y trabajo en Italia, el compositor estadunidense regresó a su país en 1924, y tuvo la oportunidad de dirigir su Primera sinfonía en Rochester. Ahí conoció a George Eastman, magnate supermillonario, cabeza del emporio fotográfico Eastman-Kodak, y quien habría de ser una presencia importante en la carrera de Hanson. En un admirable gesto filantrópico, Eastman sacó de su bolsillo algunos millones de dólares para fundar la Escuela de Música Eastman de Rochester, y procedió a nombrar director de la institución a Howard Hanson, quien por entonces tenía 28 años de edad. Esto ocurrió en 1924, y Hanson permaneció como director de la Escuela Eastman hasta 1964, ayudando a convertirla en uno de los institutos musicales de mayor reputación en toda América, y dirigiendo con frecuencia en conciertos y grabaciones a los distintos grupos musicales surgidos de la escuela.

La Sinfonía Romántica le fue encargada a Hanson por la Orquesta Sinfónica de Boston como parte de la celebración de su aniversario número 50. Cuestionado repetidamente sobre el título de la sinfonía, Hanson apuntó lo siguiente:

Como el título de mi Segunda sinfonía implica, representa para mí el asumir definitivamente una fase romántica. Reconozco, claro, que el romanticismo es, en este momento, el hijastro pobre, sin el status social de su hermano mayor, el neoclasicismo. Sin embargo, me apego al romanticismo aún más fervientemente, creyendo como creo que el romanticismo encontrará en este país un terreno fértil para un nuevo, joven y vigoroso crecimiento. Mi meta en esta sinfonía ha sido crear una obra joven de espíritu, romántica en temperamento y simple y directa en expresión.

Si al escuchar esta sinfonía de corte romántico usted siente curiosidad por saber qué influencias marcaron la obra de Hanson, aquí van algunas de ellas: el canto gregoriano, la solidez estructural de Palestrina y Händel, la orquestación de Respighi, y el estilo de Sibelius y Grieg. El estreno de la Sinfonía Romántica de Howard Hanson se llevó a cabo el 28 de noviembre de 1930, con la Orquesta Sinfónica de Boston dirigida por Serge Koussevitzki. No está de más mencionar que Koussevitzki impulsó decididamente la carrera de Hanson como director de orquesta, invitándolo con frecuencia a dirigir la orquesta bostoniana. Como homenaje a este apoyo, Hanson compuso en 1956 una de sus mejores obras orquestales, la Elegía, a la memoria de Koussevitzki, quien había muerto en 1951.
No hay duda de que Hanson logró buenos momentos románticos en su sinfonía, tal y como era su intención original. Lo que es dudoso es que se haya cumplido su profecía en el sentido de que el medio musical de los Estados Unidos habría de convertirse en un campo fértil para el desarrollo de un nuevo romanticismo.

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